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Seis distopías antimigratorias que parecen sacadas de 'Black Mirror'

Desde detectores de mentiras hasta perros-robot y cárceles flotantes, los gobiernos usan nuevas tecnologías para vigilar, controlar y reprimir a las personas migrantes.

Un migrante camina de regreso a su campamento improvisado al amanecer en Calais (Francia), después de un intento fallido de cruzar el Canal de la Mancha hacia el Reino Unido. REUTERS/Pascal Rossignol
Un migrante camina de regreso a su campamento improvisado al amanecer en Calais (Francia), después de un intento fallido de cruzar el Canal de la Mancha hacia el Reino Unido. Pascal Rossignol / REUTERS

Este lunes el Gobierno de Reino Unido anunció su plan para disminuir los costes de alojamiento de solicitantes de asilo: encerrar a más de 500 personas migrantes en una prisión flotante

El buque, llamado Bibby Stockholm, ha sido utilizado anteriormente por otros países europeos; entre 2005 y 2012 Países Bajos utilizó la embarcación como un centro de detención de migrantes hasta que el Gobierno decidió suspender su uso después de que dos personas perdieran la vida en un lapso de dos meses.

Esta no es la única ocasión en la que un país occidental ha implementado medidas de control migratorio que parecen sacadas de Black Mirror, convirtiendo las fronteras en un espacio casi distópico. Desde perros robot y drones hasta sistemas de reconocimiento de emociones, la Industria del Control Migratorio usa nuevas tecnologías para controlar y vigilar a las personas migrantes en cada etapa de su trayecto. A continuación repasamos seis ejemplos.

Una sierra flotante en Río Grande

En julio el Gobierno de Texas (Estados Unidos) instaló una barrera flotante en Río Grande para disuadir a las personas migrantes que trataban de cruzar desde México.

Ahora, el lado estadounidense del río es una pared de boyas anaranjadas y mallas de concertinas que también se extienden bajo la superficie del agua. Para asegurarse de que las personas en busca de protección internacional no trepen entre las boyas, las autoridades instalaron placas de metal dentadas que parecen sierras circulares entre cada una de ellas.

Los trabajadores pasan junto a las boyas colocadas para disuadir a los migrantes que intentan cruzar el río Grande en Eagle Pass (Texas) desde México a EEUU. REUTERS/Adrees Latif
Los trabajadores pasan junto a las boyas colocadas para disuadir a los migrantes que intentan cruzar el río Grande en Eagle Pass (Texas) desde México a EEUU. Adrees Latif / REUTERS

"Todos necesitan ver lo que vi hoy en Eagle Pass. Ropa enganchada en alambre de púas donde las familias quedaron atrapadas. Dispositivos de motosierra en medio de boyas. La operación Lone Star es una barbaridad", denunció Joaquín Casto, congresista por el Estado de Texas.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, decidió mantener el muro flotante a pesar de la demanda que el Departamento de Justicia de Estados Unidos interpuso al estado sureño. Un mes después, las autoridades encontraron un cuerpo atrapado entre las boyas instaladas ilegalmente.

Robots antimigratorios

En 2018, la empresa tecnológica BRINC propuso desplegar drones equipados con tásers electrocutantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Este "muro de drones", como lo llamaba el fundador de la empresa, está diseñado para colocar cajas metálicas equipadas con aeronaves robóticas, sensores avanzados y una pistola eléctrica en varios puntos a lo largo de la frontera.

Estos drones pueden detectar y rastrear a las personas que intenten cruzar la frontera, siendo capaces de interrogar e incluso atacarlos físicamente con una descarga eléctrica que puede llegar a provocar la muerte.

La propuesta de BRINC no es la única de años recientes. En 2020, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense anunció que estaba entrenando "perros robot" desarrollados por la empresa Ghost Robotics para patrullar la frontera sur. Diseñadas originalmente para operaciones de combate y entrenamiento táctico, estas máquinas cuadrúpedas son autónomas y, en algunos casos, están armadas.

La robotización del control fronterizo avanza a toda velocidad en Estados Unidos, donde ya se están utilizando nuevas tecnologías como torres de vigilancia fijas y drones para monitorear las fronteras.

Melilla y la "frontera inteligente"

Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, anunció a finales de 2022 un plan para poner en marcha una "frontera inteligente" como proyecto piloto en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, antes de su implementación en otros puntos fronterizos.

Su objetivo es la puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas, que registrará a todas las personas extranjeras que crucen las dos únicas fronteras terrestres europeas en suelo africano, grabando las veces y las fechas en las que la persona ha entrado y salido para facilitar la expulsión de quienes excedan su tiempo de estancia.

La valla de Melilla, que comenzó a construirse en 1995, fue el primer muro fronterizo erigido en Europa desde la caída del muro de Berlín. Inicialmente, consistía en una valla de doble hilada con un muro de seis metros y otros de tres metros de altura, que luego se reforzó colocando concertinas en su parte superior.

Actualmente esta frontera está compuesta de cinco vallas e incluye drones, cámaras térmicas y sistemas de reconocimiento facial. Ya en 2005 el Gobierno había instalado sensores radar capaces de detectar a personas a más de 2.000 metros de distancia.

Flores colocadas en la valla de Melilla durante la I Marcha por la Justicia 24J ‘Un año sin Justicia’, a 24 de junio de 2023, en Melilla (España).
Flores colocadas en la valla de Melilla durante la I Marcha por la Justicia 24J ‘Un año sin Justicia’, a 24 de junio de 2023, en Melilla (España). Ilies Amar / Europa Press

Estos sistemas de vigilancia han sido reforzados progresivamente para aumentar el poder de detección y el control de las personas que intentan entrar a territorio español. En 2022, España anunció la compra de un sistema militar de cámaras y sensores valorado en más de dos millones de euros para detectar e identificar a las personas migrantes que se concentren cerca de la valla.

Tu visado en manos de un algoritmo

La vida de Amin cambió drásticamente en febrero de 2015 cuando 12 agentes de inmigración irrumpieron en su hogar. Los oficiales le dieron cinco minutos para empacar sus pertenencias y le comunicaron que sería expulsado del país esa misma noche. Sheikh Amin, originario de Bangladesh, tenía la esperanza de establecer un negocio en el Reino Unido, pero su visa fue revocada tras ser acusado de hacer trampa en un examen de inglés.

Su historia es solo una de las muchas que constan en una investigación llevada a cabo por el Financial Times. Según este medio, casi 7.000 estudiantes fueron deportados del Reino Unido después de que un algoritmo de análisis de voz los acusara falsamente de hacer trampa en los exámenes de inglés TOEIC. Los afectados nunca tuvieron la oportunidad de apelar la decisión o probar su fluidez en el idioma.

"Para mí este es un ejemplo realmente importante", explica a Público Petra Molnar, directora asociada del Laboratorio de Derecho de Refugiados de la Universidad de York y cofundadora del Monitor de Migración y Tecnología. "Estos 7.000 estudiantes fueron expulsados del país. Digamos que eres uno de ellos y quieres desafiar la decisión. ¿Quién es realmente responsable? ¿La compañía que desarrolló el algoritmo? ¿El oficial que usó el algoritmo? ¿El algoritmo en sí? ¿Puedes demandar a un algoritmo?", se pregunta.

Reino Unido no es el único país europeo que ha empezado a automatizar decisiones que pueden afectar a las personas migrantes. En abril de 2023, una investigación de Lighthouse Reports reveló que desde 2015 Países Bajos ha empleado un algoritmo secreto para calcular una puntuación de riesgo en las solicitudes de visado.

De acuerdo con la investigación, el sistema tiene en cuenta variables como la nacionalidad, el género y la edad de los solicitantes para clasificar su "nivel de riesgo". Aquellas personas consideradas de alto riesgo son automáticamente dirigidas a una "vía intensiva", lo que puede resultar en pesquisas más exhaustivas y demoras en su proceso para obtener documentos.

Inteligencia artificial para detectar mentiras

En 2016, la Unión Europea financió un proyecto piloto en Grecia, Letonia y Hungría que buscaba introducir un detector de mentiras basado en Inteligencia Artificial. El proyecto, llamado iBorderCtrl, tenía el objetivo de desarrollar un avatar virtual que monitorizara las expresiones faciales de las personas que entrevistaba a medida que hacía preguntas cada vez más complicadas. El objetivo: generar situaciones incómodas o difíciles para determinar si mentían.

Numerosos expertos y organizaciones de la sociedad civil criticaron fuertemente el proyecto. "Tenía claras limitaciones ya que se desarrolló con actores y no contaba con un número de participantes suficiente para entrenar a un sistema de inteligencia artificial. Además todo esto está basado en pseudociencia. No hay pruebas de que las microexpresiones sean un indicador fiable de que alguien miente", explica a este medio Ana Valdivia, investigadora en King's College de Londres y experta en el uso de inteligencia artificial para el control migratorio.


A pesar de las críticas, la Unión Europea usó los fondos del programa Horizon 2020 para financiar un proyecto que, entre otras cosas, analiza cuentas de la red social Twitter de quienes cruzan la frontera. Este sistema también rastrea la web oscura (deep web) y utiliza imágenes de cámaras de seguridad para realizar un "análisis de comportamiento en tiempo real".

Geolocalización forzada contra migrantes irregulares

En el 2022 Reino Unido puso en marcha un programa para monitorizar a las personas que llegan a su territorio de manera irregular. Desde entonces, las personas migrantes en riesgo a ser deportadas son obligadas a utilizar un dispositivo GPS, similar al que usan exconvictos peligrosos o maltratadores, que proporciona información sobre su geolocalización minuto a minuto como requisito para obtener la libertad bajo fianza. Las personas sujetas a estas medidas también deben presentarse regularmente en los centros de inmigración o estaciones de policía y deben cumplir con un toque de queda.

El Ministerio del Interior también ha planteado la idea de utilizar relojes inteligentes para aquellas personas que "tengan alguna vulnerabilidad que les impida usar el dispositivo GPS" y proponen introducir estos relojes con reconocimiento facial para personas migrantes que hayan cometido algún delito, a quienes se les requeriría tomar una fotografía periódicamente.


Organizaciones como Privacy International han denunciado este tipo de prácticas por sus efectos sobre la salud mental y el estigma que generan, llevando a mayores dificultades para acceder al empleo y generando problemas de ansiedad.

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