Este artículo se publicó hace 3 años.
Volver a Tinder por Navidad
El ambiente festivo, el afecto y las salidas en Navidad llaman al apetito sexual. Sin embargo, aquí está Tinder para aliviar ese dolor llamado soledad: se abre el telón, ves quince matches y cuatro superlikes, ¿cómo se llama la película?

Andrea García
Es diciembre y según la decoración de la calle ya es Navidad. Entras en Instagram, ¿qué ves? Vídeos y post de parejas ansiosas por compartir momentos especiales que saben a algodón de azúcar. Te enfadas un poco y dejas el móvil. Piensas y te sientes solo, echas de menos a tu ex. Te haces Tinder, un match. Ya hay magia. Ya tienes un hueco menos por llenar, te sientes deseado y el cielo es más azul. La propia compañía sabe que tienes un check pendiente en la lista de propósitos del año pasado y Tinder te anima a encontrar pareja antes de que acabe 2022. Cualquier diría que estamos en una carrera de obstáculos en busca de la meta, en lugar de formar una relación de pareja. O lo que surja.
Estamos ante el modus operandi de muchos de los usuarios que inician sesión en esta famosa aplicación de citas. Un carrusel de fotos y un pequeño texto son determinantes para decidir si quieres hacer swipe a la derecha. Con solo esta información es un poco difícil saber si una persona puede llegar a gustarnos, y peor, nos hace más superficiales. Y como hay una media de tropecientos perfiles por kilómetro, no pasa nada. Pasamos al siguiente hasta que alguien nos entre por los ojos.
El sexo con alegría: más y mejor
Una cosa está clara: hay momentos del año donde sentimos la necesidad de no estar solos. Los anuncios de la lotería de Navidad no ayudan, nos emocionan y nos tocan la fibra. Las comidas y cenas en familia nos afloran los sentimientos de afecto, al menos, hasta que el cuñado de turno nos vuelve a preguntar por enésima vez si ya tenemos novi@. En Navidad nos cuesta más ser esa "resistencia" que defiende Samantha Hudson.
Un estudio de la revista Nature revela que el comportamiento sexual depende de nuestra cultura. De la misma forma, el interés en mantener relaciones va de la mano de cómo nos sentimos y del estado de ánimo colectivo, propio de celebraciones culturales como estas fiestas. Las época del descanso laboral nos suben la moral. El proyecto también discute la hipótesis biológica, es decir, la creencia de que los ciclos reproductivos son una adaptación a las estaciones del año. Gracias a este experimento, damos respuesta a una gran incógnita: en Navidades hay más sexo y la gente se anima a darle a Tinder. Por lo tanto, las personas nacidas en septiembre somos consecuencia de la alegría navideña de nuestros padres. Jo, jo, jo....
El amor está cambiando
Las apps de ligar influyen en nuestro modo de relacionarnos, incluso, construyen parejas. Sin embargo, nadie dijo que estas aplicaciones fueran fáciles y, mucho menos, que nos ayuden a encontrar el amor. El hashtag #responsabilidadafectiva va ganando adeptos mientras suman episodios de ghosting por encima de sus posibilidades. La psicóloga y sexóloga Ana Lombardía habla sobre el fenómeno del sexo sin compromiso en el programa No es un día cualquiera, donde destaca que el sexo no es solo sexo; defiende que conlleva complicidad y hace que segreguemos sustancias que tienen que ver con el vínculo, aunque la gente se asuste a menudo por sentir algo. Lombardía asegura que ahora las relaciones sexuales van más rápido que lo personal y existe una desigualdad a la hora de conocerse. Eso afecta también a la calidad de nuestra vida sexual porque, como dice la psicóloga, algo es obvio: si no sabes nada de la persona con la que te vas a acostar, no vas a sentir plena confianza de hacer malabares en la cama.
La búsqueda de un rollo navideño durante este mes en Tinder es especialmente atractiva, activa la validación de nosotros mismos y, ¿por qué no admitirlo?, conocer a alguien de cero es divertido. Pero, ¡cuidado!: hay que tener muy claro qué es lo que buscamos y, según Lombardía, “nos deshumaniza creer que no podemos conectar con los demás”.
Vivimos un individualismo que parece crónico. Cada vez son más las personas que asumen no estar preparadas para los cuidados de una relación. Tinder es un escenario donde se abre el telón y aparecen cientos de miembros de ese equipo, en busca de una tirita para aquella herida sin curar. En estas fechas del año donde nos ataca la nostalgia y activamos el modo "idealizar" cuando desempolvamos aquello que lo mismo no fue tan perfecto. Precisamente por eso, merece la pena rescatar a nuestro Pepito Grillo para empoderarnos y recordar la importancia de desacostumbrarse del sexo sin cuidados. El afecto, el respeto y la comunicación importan. ¿Por qué vas a renunciar a ellos cuando buscas un swape a la derecha en Navidad?