Este artículo se publicó hace 3 años.

Las veinte filias sexuales más raras y sorprendentes

Dendrofilia, excitación por los árboles. Fuente: Trent Haaland (Unsplash)
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Actirastia. Es la excitación sexual producida por los rayos del sol, es decir, por la exposición a la luz solar. Seguro que más de uno opta por desplazarse a las playas españolas para poder disfrutar de este placer. 

Agalmatofilia. Esta filia la tienen quienes sienten deseo sexual hacia representaciones humanas inertes, como son las estatuas, los muñecos o los maniquíes. Museos o tiendas de ropa son lugares idóneos para dejar volar tu imaginación.

Amomaxia. Excitación sexual al mantener relaciones sexuales en un coche aparcado. Hay muchas personas a las que esto les provoca placer por el simple hecho de encontrarse en un lugar donde pueden ser vistas por otras personas. Este riesgo les provoca una excitación extra. 

Basoexia. Se refiere al placer sexual producido única y exclusivamente por los besos. Desde luego, te ahorras alguna que otra comedura de cabeza, como encontrar un sitio adecuado donde practicar el sexo. 

Belonefilia. Se da cuando el uso de agujas produce excitación. Con esta filia hay que extremar las precauciones, porque usar y compartir agujas sin conocimiento puede ser peligroso. 

Capnolagnia. Quienes tienen esta filia experimentan excitación con el humo y la ceniza provocada, por ejemplo, por el tabaco. Si fumas, a lo mejor te encontraste con alguno de estos a lo largo de tu vida. 

Clastomanía. Se trata de la excitación que produce romper la ropa que viste la pareja sexual. El morbo está en desnudar a la pareja destrozando sus prendas. Muy de película. 

Dendrofilia. Describe la atracción sexual hacia los árboles y las plantas, incluyendo su uso como objetos sexuales. Para saber si te gusta, puedes empezar probando a tener sexo en jardines o bosques. 

Elifilia. Excitación sexual por los tejidos. Las sábanas de seda, el sofá de terciopelo… Hay un sinfín de telas que pueden ser disfrutadas por aquellos que tienen esta filia. 

Espectrofilia. Es la atracción sexual producida por la imagen reflejada en un espejo. Normalmente el placer se produce al realizar prácticas eróticas frente a este, pudiendo mirar mientras tanto el reflejo. 

Formicofilia. Abstenganse personas con fobia a los insectos. Se trata de la excitación sexual que produce que ciertos insectos o animales pequeños repten sobre nuestros genitales o los de nuestro compañero. 

Illudofilia. Es la excitación sexual que provoca escribir frases o palabras sobre el cuerpo de la pareja. Nata, chocolate, fruta… Son solo algunas ideas. 

Maskefilia. Cuando practicar sexo con máscaras u otro tipo de objetos que sirvan para cubrir la cara produce un placer sexual extremo. Si eres de esos, puedes empezar probando con un antifaz. 

Misofilia. Y la cosa va de ropa. Esta filia se refiere a la atracción por la ropa sucia. El placer no está tanto en acostarse con alguien que usa ropa sin lavar, sino que la propia práctica sexual implique ensuciar las prendas. ¿Cómo ensuciarlas? Allá la imaginación de cada uno…

Parcialismo. Hace referencia a la excitación sexual por una parte concreta del cuerpo que no tiene que ver con los genitales. Pies y manos es de lo más común, ¡pero podemos encontrarnos con amantes de las axilas, los codos o las barbillas!

Psicrofilia. Aquellos que tienen esta filia sienten una terrible excitación al sentir frío o al ver a otras personas pasar frío. Son amantes de las bajas temperaturas. 

Tecnosexualismo. Se refiere al placer sexual producido por un robot. Si te interesa saber más sobre esta filia, siempre puedes echarle un ojo a la película Her.

Trullafilia. Placer sexual vinculado a los instrumentos de jardinería y las palas de cavar. Ya lo avisamos, hay filias extremadamente sorprendentes.