Violencia de género 2.0: cuando el maltrato también se viraliza
Las redes sociales son un altavoz y refugio para miles de mujeres que deciden romper el silencio frente a la violencia machista. Influencers, adolescentes y campañas educativas están cambiando el juego, visibilizando un problema que no solo golpea en casa, sino también en la pantalla.
Con la llegada de las redes sociales nacieron las y los influencers. Estas personas que adquieren notoriedad por los contenidos que publican (lifestyle, humor, cocina, videojuegos, libros, etc.), también se enfrentan a ejércitos de detractores. Y es que gracias al anonimato que ofrecen las pantallas hay quienes se crecen y cargan contra todo y todos y de forma gravemente despectiva, rallando la violencia. Víctimas de estos comentarios han sido Laura Escanes, Dulceida o Paula Gonu entre muchísimas otras mujeres.
Otras influencers también han sido víctimas de la violencia de género en sus propias carnes y, lejos de callarse, están usando sus plataformas para alzar la voz. Admitir haber sido víctima de violencia de género sigue siendo un tabú, incluso para las reinas y reyes del algoritmo.
Mar Lucas: de víctima a creadora de himnos de resiliencia
Mar Lucas, cantante e influencer con millones de seguidores en TikTok, ha transformado su experiencia personal en una bandera de lucha contra la violencia de género. Su relación con el controvertido Naim Darrechi estuvo marcada por episodios de agresión física y psicológica que, según confiesa, normalizó durante años. En ese momento, llegar a casa con moretones o heridas no le parecía alarmante, porque había aprendido a justificar lo injustificable: “Era como si se le hubiera ido la cabeza, como un accidente”, explicó en una entrevista con Inés Hernand para Freeda. Sin embargo, con el tiempo y el acompañamiento de terapia, logró identificar que vivía en un ciclo de maltrato.
Ahora, a través de su música, Mar ha encontrado una forma de procesar ese dolor y ayudar a otras mujeres. Su tema Rota no solo es un relato desgarrador, sino también una declaración de fuerza. En una de las frases más impactantes, canta: “Tus manos me dejaron cicatrices en la piel, ya cerraron las heridas, pero no dejan de doler”. Más que una canción, es una liberación personal que Mar describe como un punto de inflexión en su vida. “Al terminar el videoclip sentí que había salido de ese lugar oscuro. Era la persona más feliz del mundo porque por fin podía contar mi historia”, relató emocionada.
Jessica Goicoechea: el dolor no es amor
La modelo e influencer Jessica Goicoechea pasó por una relación que casi destruye su vida, tanto física como emocionalmente. En 2020, sufrió una brutal agresión a manos de su expareja, un hecho que quedó documentado en vídeos filtrados sin su consentimiento. Años después, Jessica decidió hablar, no para revivir el trauma, sino para evitar que otras mujeres sufran lo mismo. "El maltrato físico es solo la punta del iceberg", confesó en el podcast Somos estupendas de Luc Loren, señalando que el control emocional y la manipulación son igual de devastadores. Jessica hizo de su experiencia un altavoz para quienes no se atreven a decir “basta”.
Lili Redondo: salir del control, volver a ser tú misma
Lili Redondo, quien desapareció de las redes sociales por el control y las amenazas de su pareja, volvió con fuerza. Su libro Te lo digo porque te quiero cuenta cómo fue aislada de su entorno y de sí misma por un novio manipulador. Ahora, Lili usa su voz para recordar que el amor nunca debe doler. Su experiencia es un grito contra el aislamiento que muchas víctimas sufren y una invitación a recuperar la vida que les han arrebatado.
Cuando el acoso también se cuela en los DMs
La violencia de género no es solo física o psicológica; las redes sociales han creado un nuevo frente de batalla. Paula Gonu, otra influencer española, vivió, en 2021, un episodio de chantaje digital por la difusión de vídeos íntimos.
Esta forma de violencia, conocida como violencia digital, no es un caso aislado: según la Fundación ANAR, el 70% de las víctimas de ciberacoso en España son mujeres jóvenes. Paula ha denunciado públicamente su caso, dejando claro que la privacidad no es un lujo, sino un derecho.
Jóvenes y violencia de género: educar para transformar
El 25 de noviembre no solo es un recordatorio de la lucha contra la violencia de género, sino también una oportunidad para reflexionar sobre su impacto en las generaciones más jóvenes. Según el informe “Generación Expuesta” de Fad Juventud, el 60,6% de los jóvenes ha sufrido alguna forma de violencia sexual digital (VSD), siendo las mujeres las principales afectadas. Desde la recepción de contenido sexual no consentido (28,7%) hasta el acoso por adultos cuando eran menores (18,8%) o la presión para enviar imágenes íntimas (16,4%), el entorno digital ha amplificado estas agresiones. Además, el impacto emocional es devastador: casi 4 de cada 10 mujeres sienten vergüenza, un 33% sufre ansiedad, y un 26,9% experimenta deterioro en su autoestima tras vivir estos episodios.
El silencio sigue siendo un obstáculo importante para combatir estas formas de violencia. Un 56,7% de las jóvenes no comparten sus experiencias por vergüenza o miedo al juicio social, y apenas un 11,6% decide denunciar. Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, subraya la importancia de una ciudadanía digital responsable donde la privacidad y el respeto sean prioritarios. El objetivo debe ser un entorno digital seguro, que permita a los jóvenes crecer libres de violencia y estigmas, fortaleciendo la confianza para que puedan alzar la voz y construir relaciones saludables tanto en el mundo online como offline.
Ante esta situación de violencia como el sexting sin consentimiento, el ciberacoso o el grooming en Internet, Save the Children ha lanzado la campaña #SinConexión, recordando que los derechos de los niños deben ser garantizados también en el mundo digital. La campaña incluye la iniciativa “Si pasa, no pases”, una caja de herramientas diseñada especialmente para el profesorado, con juegos de rol y recursos para identificar y combatir la violencia online en el aula.
Según el estudio que respalda esta iniciativa, el 51% de los adolescentes ha presenciado exclusión en chats o grupos online. El 49% ha visto a parejas intentar controlarse a través de internet, y un 36,4% ha sido testigo de grabaciones no consentidas de compañeros. Sin embargo, muchos jóvenes admiten no saber cómo actuar frente a estas situaciones: el 30% de los adolescentes encuestados reconoce no intervenir en casos de ciberacoso por no saber qué hacer. Ante esto, 8 de cada 10 piden más formación, destacando la importancia de que sean sus propios profesores quienes lideren este aprendizaje.
El poder de las influencers: más que hashtags, son historias reales
Cuando influencers como Mar, Jessica o Lili comparten sus historias, no solo están exponiendo su vulnerabilidad, están ofreciendo esperanza. “Si ellas pueden, yo también puedo”, piensan miles de mujeres al escuchar estas experiencias. Y es que el impacto de estas confesiones va más allá del ámbito digital: rompe tabúes, genera conversaciones y, sobre todo, salva vidas.