"No hay vuelta atrás": mujeres periodistas, académicas y políticas responden a la dimisión de Errejón ante las acusaciones de violencia machista

La publicación hace tres días en el Instagram de Cristina Fallarás del testimonio de una víctima de violencia machista por parte de un "político muy conocido" de Madrid hizo saltar las alarmas en redes sociales. A pesar de no mencionar su nombre, miles de tuits comenzaron a señalar a Íñigo Errejón como el "maltratador psicológico" del que se hablaba en la denuncia anónima.

Este mediodía, Público informaba en primicia de que el motivo real tras la dimisión de Errejón eran precisamente estas acusaciones. El ya exportavoz de Sumar anunciaba en paralelo su renuncia pero se limitaba a alegar que había llegado a un límite "de la contradicción entre personaje y persona" y ante la "subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica". Mujeres periodistas, académicas y políticas han reaccionado con contundencia a su carta de despedida.

Horas más tarde, las que fueran sus compañeras de partido, Yolanda Díaz y Elizabeth Duval, han confirmado en la red social X que se abrió esta semana un proceso interno en Sumar para investigar los testimonios de violencia machista sobre Errejón, mostrando su compromiso con "una sociedad feminista".

En la misma línea se ha expresado Más Madrid afirmando que exigieron a Sumar la dimisión del politólogo ante las informaciones conocidas este lunes.

La dimisión ha desencadenado nuevas denuncias públicas como la de la presentadora y actriz Elisa Mouliaá, quien ha afirmado en redes sociales haber sido víctima de acoso sexual por parte del expolítico.

El caso de Errejón viene a engordar la larga sombra de comportamientos machistas en políticos de izquierdas. Esta acusación no es la única contra el exportavoz de Sumar. En junio de 2023, otra usuaria anónima denunció en Twitter haber sufrido un episodio de acoso por parte del político en un concierto de punk feminista, en esta ocasión citándole directamente.

Asumir una óptica feminista implica levantar todas las alfombras, apoyar a las víctimas y señalar a los responsables de la violencia y sus encubridores, caiga quien caiga.