Este artículo se publicó hace 9 años.
Voluntarios anillan a más de 600 pollos de flamenco en Málaga
En la Reserva Natural Laguna de Fuente la Piedra hay 13.025 crías que han nacido este año de 15.000 parejas reproductoras y es el principal núcleo reproductor del Mediterráneo Occidental y África Noroccidental.
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MADRID.- Más de 450 personas, entre científicos, anilladores, conservacionistas y voluntarios ambientales, han anillado este sábado a más de 600 pollos de flamenco en la Reserva Natural Laguna de Fuente la Piedra, en Málaga. Representan solo una pequeña parte de todos los animales que allí viven, pues 13.025 crías han nacido este año de 15.000 parejas reproductoras. Por este motivo, en 2015, esta colonia se ha constituido el principal núcleo reproductor del Mediterráneo Occidental y África Noroccidental. [VER FOTOGALERÍA]
El anillamiento es una actividad que comenzó a hacerse en 1986 y, desde entonces, un total de 17.173 flamencos han sido marcados de esta manera. En primer lugar se le colocan dos anillas, una de metal, en la tibia derecha, y otra de plástico, en la izquierda. Luego se miden el ala, el pico y el tarso, se pesan, se toman muestras biológicas, y finalmente se sueltan. Todas estas operaciones tienen una duración aproximada de unas cuatro horas y permiten la identificación a distancia de las aves sin necesidad de capturarlas.
Además, los ornitólogos pueden analizar de esta forma la dispersión de la población, la vida que llevan en los humedales, sus desplazamientos, su forma de reproducirse o su supervivencia. Por ejemplo, a través de la extracción de sangre en los pollos puede saberse si tienen el virus west nile (virus del Nilo Occidental), que afecta a las aves y a humanos.
Los pollos fueron capturados en la madrugada del viernes al sábado y, una vez más, la organización de todos los voluntarios, efectuada en la tarde del viernes, ha sido esencial para que la actividad se desarrollara con normalidad y rapidez.
Alicia Quintero, voluntaria con más de 20 años de experiencia, ha señalado que en este anillamiento el nivel de agua ha sido muy bajo, lo que ha facilitado el trabajo, aunque para los pollos "ha sido un poco difícil salir, ya que tienen que hacerlo andando y no nadando".
Una experiencia que, según Loli Castellanas, voluntaria, "merece la pena vivir". Ella, que se ha desplazado desde Madrid expresamente para colaborar, está despierta desde las cuatro de la mañana y asegura que "no importa madrugar" porque a cambio te llevas una experiencia "donde tiene cabida la naturaleza, la convivencia y el trabajo en equipo".
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