Este artículo se publicó hace 5 años.
El viaje de Gabriel: la vida de un joven trans durante tres años de cambio
"El odio y la intolerancia hacia los demás proviene de la ignorancia acerca de las personas trans", afirma.
Madrid-
Gabriel Díaz de Tudanca es un español de 19 años que, aunque nació niña, se identificó como hombre desde sus primeros años de vida. "Cuando tenía tres años, al volver del colegio le dije a mi madre que cuando creciera iba a ser un hombre y me llamaría Óscar", dice.
Con el apoyo de su familia y amigos, se sometió a cirugía y a tratamientos hormonales, se cambió el nombre y el Documento Nacional de Identidad (DNI) para reflejar el que considera su verdadero género. Susana Vera, fotógrafa de Reuters, lo acompañó durante tres años en su proceso de cambio.
En términos de derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT), España ocupa un lugar relativamente alto en las comparativas. Pero las autoridades requieren un diagnóstico de salud mental antes de permitir el cambio de género en los documentos oficiales, ya que ser trans se ha considerado un trastorno mental.
Este es el caso en la mayoría de los países europeos. "No me lo tomé muy mal, el diagnóstico de trastorno mental", dice. "Pero me enfada que haga falta ese diagnóstico para poder cambiar documentos, obtener tratamiento hormonal o cirugía".
La Organización Mundial de la Salud dictaminó en junio que ser trans ya no debería ser clasificado como un trastorno mental. Ahora se considera una "incongruencia de género", incluido bajo el epígrafe destinado a las condiciones relativas a la salud sexual.
Ha participado en una campaña de concienciación del Ayuntamiento de Madrid para prevenir el crimen de odio
A los 17 años, Díaz de Tudanca comenzó con tratamientos hormonales dirigidos a desarrollar características sexuales secundarias, para tener, por ejemplo, una voz más grave y un patrón masculino de distribución de cabello y grasa. Hace aproximadamente dos años se sometió a una cirugía para extirpar sus senos. "Fue un gran cambio en mi vida", dice sobre no tener pechos. "Es una gran liberación".
Ahora es aceptado socialmente como hombre, aunque ha sido rechazado por algunos. Un amigo de la infancia le dijo que no considera que sea un hombre al no tener pene.
Díaz de Tudanca, quien ahora sale con una chica, se enorgullece de su identidad trans y ha participado en una campaña de concienciación del Ayuntamiento de Madrid para prevenir el crimen de odio, cediendo su imagen para una serie de carteles que aparecieron en la red de metro de la ciudad. "El odio y la intolerancia hacia los demás proviene de la ignorancia acerca de las personas trans", dice.
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