Un mal año, que ha ido precedido de un desfavorable ejercicio. Así vislumbran los fabricantes y vendedores de coches las perspectivas de las matriculaciones para el recién estrenado 2023 en Catalunya. La inflación, la crisis de los semiconductores y los problemas de entrega por las sucesivas huelgas del transporte por carretera han agudizado una situación delicada para el sector.

Las estadísticas de la patronal de fabricantes Anfac han constatado que las matriculaciones de coches en Catalunya durante el año 2022 han caído un 8,1% respecto a 2021. Durante el último año, se entregaron en Catalunya 101.724 turismos, 9.000 menos que en 2021 (110.728). La cifra se sitúa tres puntos por encima de la media estatal. Pese a no ver el vaso muy lleno por el futuro inmediato, Anfac confía en que "se normalicen las cadenas logísticas para poder entregar más vehículos". De hecho, estos retrasos de coches sin matricular son los que han hundido las ventas, según afirman fuentes del sector, que depositan la esperanza en este stock de vehículos a inscribir.

En relación al enfriamiento de la decisión de compra por parte de los ciudadanos, las patronales de fabricantes y de los vendedores indican que el incremento del precio de los carburantes y el alza de los tipos de interés también influyen. Desde Anfac se alerta de que con un mercado de venta deprimido, como el actual, se corre un riesgo real de una pérdida de inversiones y empleo. Por su parte, la patronal de los concesionarios, Faconauto, señala que "el pasado año, el mercado no pudo cambiar su tendencia negativa a consecuencia sobre todo de los persistentes cuellos de botella en el aprovisionamiento de vehículos, lo que ha condicionado mucho nuestra actividad".

La patronal de la distribución Ganvam aboga por una reorientación de las políticas de movilidad. "En un contexto en el que el ritmo de la electrificación todavía no ha alcanzado la velocidad de crucero, reenfocar las estrategias de descarbonización para conseguir parar en seco el envejecimiento del parque se convierte en objetivo prioritario para este curso que acabamos de estrenar". En España, las matriculaciones han caído un 5,4% durante el año 2022, quedándose en las 813.396 unidades vendidas, lejos del millón de matriculaciones que el sector sitúa históricamente como el umbral de la rentabilidad.

Mejor comportamiento de los eléctricos

En el caso de Catalunya, los 9.035 vehículos vendidos en diciembre de 2022 suponen una caída del 22% respecto al mismo mes del año 2021. Aunque los descensos se dan en todas las categorías, éstos se amortiguan más en los eléctricos. Así, la bajada de los de gasolina y diésel supera el 20% y el 40%, respectivamente, mientras que en los híbridos y eléctricos, ésta se reduce al 16%.

La incertidumbre derivada de la Covid-19, la guerra en Ucrania y el retraso en la producción por la falta de semiconductores generan el estancamiento de las ventas, según valora Jaume Roura, el presidente de la patronal catalana de la Distribución de Automoción (Fecábamos). En relación a la peor posición de Catalunya en el mercado respecto a otras comunidades autónomas o la media estatal, Roura lo atribuye a los datos del segmento del renting. "En el Estado, un 26% del mercado lo conforman los coches de alquiler y de éstos, una tercera parte pertenecen a Catalunya. Pero en estos vehículos, su volumen de ventas no queda reflejado en las estadísticas, donde consta como si estuvieran matriculados en Madrid". Este fenómeno genera perjuicios tributarios vinculados a la fiscalidad asociada a la compra de coche. "Son turismos que circulan por aquí, pero no se contabilizan".

Roura insiste en que la cartera de coches sin entregar por vicisitudes diversas, como la falta de componentes o los retrasos por las huelgas del transporte, están detrás de los malos datos de matriculaciones. A pesar de la esperanza en el reavivamiento que pueda representar el desarrollo del vehículo eléctrico, el presidente de Fecavem matiza las expectativas porque "todavía nos falta una red consolidada de puntos de recarga y acelerar su producción, que se ha frenado por incremento de los costes energéticos".

Combustión y electrificación

Desde Fecavem se recuerda que el Gobierno estatal se comprometió a terminar el 2022 con 45.000 puntos de recarga instalados en todo el Estado para los vehículos eléctricos y ahora la cifra no supera los 15.000. "Esta distancia desanima a los potenciales compradores de los coches eléctricos", afirma Jaume Roura. El presidente de Fecavem augura que "nos tocará convivir más tiempo de lo que pensábamos entre la combustión y la electrificación". Sin embargo, precisa que los primeros ya se fabricarán con una tecnología que hará que apenas emitan CO2, pareciéndose cada vez más en el caso de los híbridos.

Ante el fracaso de la puesta en marcha de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades catalanas de más de 50.000 habitantes, Roura explica que "se ha demostrado que el sistema de movilidad privado es necesario para hacer frente a la carencia de soluciones integrales que ofrece el transporte público". Una de las alternativas que propone Roura para avanzar en este ámbito es modernizar el parque, retirando los vehículos sin distintivo por unos nuevos u otros de menor antigüedad. La posibilidad es rechazada por la asociación Ecologistas en Acción, que ha denunciado esta misma semana los altos niveles de contaminación en la capital catalana, que han superado el límite de 40 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico establecido por la normativa.

Ecologistas en Acción lamenta que, según los datos provisionales de la calidad del aire proporcionados por la Generalitat durante el último año, se habría vuelto a incumplir el valor límite anual establecido por la normativa, después de la pausa por la pandemia. En este contexto, la entidad cree que las ZBE de Barcelona "se están demostrando como insuficientes para reducir la contaminación del aire, en el primer caso por afectar a muy pocos automóviles y en el segundo por limitarse a dos ámbitos muy reducidos de la ciudad y ser demasiado permisivas". Una vez establecido este debate, que se prevé que continúe a lo largo de este año, parece que la determinación definitiva de las Zonas de Bajas Emisiones tendrá un rol esencial en la configuración de la movilidad y del tipo de vehículos que se van a adquirir, una vez las turbulencias geopolíticas abandonen el mercado de la venta de coches.