Vecinos, ayuntamientos y organizaciones ecologistas de la comarca de A Limia (Ourense) han denunciado la "aberración ambiental" que representa un proyecto de megaparque eólico que persigue levantar 32 molinos de 240 metros de altura en áreas de montaña protegidas y habitadas entre los municipios de Trasmiras, Sarreaus y Xinzo da Limia.

El parque, aseguran, ocuparía cerca de mil hectáreas de suelo en espacios naturales, afectaría gravemente al patrimonio ecológico, histórico y paisajístico de la zona y dejaría dentro de su perímetro a una veintena de núcleos de población. Además, las infraestructuras de evacuación de la electricidad -una línea de alta tensión de 97 kilómetros con torres de hasta 80 metros de altura- atravesaría 18 municipios.

La promotora es la multinacional portuguesa Greenvolt, que presentó el año pasado la documentación inicial de los trámites para obtener los permisos para construir el parque. Público ha intentado sin éxito ponerse en contacto con sus responsables para obtener su versión sobre las denuncias de los vecinos y ecologistas, que reclaman al Gobierno que frene el proyecto por la "catástrofe patrimonial y paisajística" que podría causar si sale adelante.

Según la documentación de inicio presentada por Greenvolt, a la que ha tenido acceso este diario, los aerogeneradores tendrán una altura de 240 metros desde la base hasta la punta de sus palas, con un diámetro de rotor de 170 metros. Se levantarán sobre una zapata de hormigón armado de casi 24 metros de diámetro y un pedestal de más de cuatro metros de altura. Serán los más grandes instalados hasta la fecha Galicia, la cuarta comunidad española con mayor potencia eólica instalada, y requerirán complejas obras con maquinaria pesada e ingentes movimientos de tierra.

Tres proyectos en uno

La plataforma Stop Eólicos Xurés-Celanova, que ha presentado alegaciones al proyecto en colaboración con la asociación Petón do Lobo, explica que la compañía ha dividido el megaparque en tres proyectos diferentes para, a su juicio, minimizar el impacto real del complejo en su totalidad y "eludir una evaluación ambiental conjunta, que daría lugar a una verdadera evaluación ambiental".

El parque afecta a dos espacios ecológicos protegidos en la Red Natura de la UE -Río Támega y Macizo Central- y al Área Prioritaria de Avifauna Amenazada de A Limia, la segunda más importante de Galicia. Además, la línea de evacuación eléctrica atravesaría la Reserva de la Biosfera de Allariz.

Stop Eólicos asegura que los megageneradores causarían "un destrozo paisajístico sin precedentes, con graves impactos en las Áreas de Especial Interés Paisajístico del Val de Laza, del Mosteiro del Bon Xesús de Trandeiras, de la Torre da Pena y de las Touzas da Saínza", y añaden que parte de las infraestructuras afectarían también a las áreas de Correchouso, Queixa, y en la comarca de Celanova, a las de Castromao, Baixo Arnoia y Torre de Sande.

Los 32 aerogeneradores, añade la asociación, provocarían daños al patrimonio histórico, "difícil de calcular dada la insuficiente catalogación de la huella celta y romana en la zona". "Es evidente en el caso del macizo tectónico A Pena-Bresmaus, montes que representan un elemento singular en la morfología de A Limia y que contienen, entre otros bienes, el Castelo, el Monasterio y el castro de la Cidá". "Allí, la empresa promotora pretende clavar seis aerogeneradores doce veces más altos que la propia Torre do Castelo da Pena", alertan.

Riesgos para la salud de los vecinos

Junto a esos impactos, los ecologistas advierten de que dentro del perímetro del polígono quedarían 17 aldeas habitadas, cuyos vecinos se verían sometidos a riesgos graves para su salud, su economía y su bienestar.

"Los impactos del ruido (lo que se escucha y los ultrasonidos) y del efecto sombra [el sombreado repetitivo de la luz solar directa provocado por la rotación cíclica de las aspas] están suficientemente documentados por la comunidad médica e incluso existen precedentes de sentencias que condenan a las empresas eólicas", señala Stop Eólicos. "El ganado también sufre impactos sobre su salud que además, y está constatado científicamente, afectan su productividad", apuntan sus portavoces.

Por otro lado, la organización recuerda la existencia de informes que señalan que en las áreas habitadas donde se instalan parques eólicos se produce "una pérdida de entre un 30% y un 50% del valor de las propiedades, fincas y casas afectadas", y que, frente a las cuantiosas ganancias que obtienen las eléctricas con los parques eólicos, éstos apenas generan empleo ni beneficios para las localidades donde se instalan.

A finales del año pasado, el Ayuntamiento de Xinzo da Limia acordó solicitar a la Xunta y al Gobierno una moratoria inmediata sobre las decenas de proyectos eólicos en A Limia. En Galicia se tramitan en la actualidad centenares de licencias que afectan también a otras zonas protegidas y de las mismas características.