El TSJC confirma la condena a un subinspector de los Mossos por vejar y acosar a una agente en Granollers
La mujer desarrolló una depresión y un trastorno bipolar a causa de las vejaciones que sufrió por parte de su superior, condenado a seis meses de cárcel y a pagarle una indemnización de 150.000 euros.
Barcelona-Actualizado a
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Barcelona que en diciembre de 2021 condenó a un subinspector de Mossos d'Esquadra de la comisaría de Granollers (Barcelona) a seis meses de cárcel por acoso laboral a una agente. La sentencia también confirma que deberá indemnizarla con 149.618 euros.
Los hechos empezaron en septiembre de 2013, cuando la agente se reincorporó a su puesto tras una baja de maternidad y pidió una reducción de jornada que le fue concedida, tras lo que el superior decidió apartarla de la policía científica en la que trabajaba para adjudicarle funciones administrativas.
En 2015, tras discrepancias sobre cómo colocar las mesas de trabajo, la ubicó en el despacho de la oficina de atención al ciudadano mientras el resto de la unidad seguían trabajando en el despacho habitual, en otra planta de la comisaría.
En ese despacho no tenía teléfono y solo se le asignaban funciones administrativas, no policiales, y su superior "no la avisaba de las reuniones que se celebraban en su unidad ni le impartía directamente órdenes o instrucciones sino que lo hacía a través de sus compañeros, diciéndole que no servía como policía, que valía la mitad que el resto de sus compañeros y que únicamente servía como administrativa", aseguran los jueces.
Durante una reunión a la que sí asistió ella, el subinspector, "con ánimo de vejar y degradar" a la mujer, "le profirió expresiones como 'tú lo que tienes que hacer es operarte las tetas', '¿qué pasa?, ¿tienes un hijo mío y no lo sé?', '¿es que tienes la regla?', 'vete a la peluquería, ponte guapa y empieza a espabilarte un poquito', 'estás súper sexy, me encanta ver a una mujer llorar, así demuestras que tienes sentimientos'", mientras ella lloraba. Después sufrió un episodio de ansiedad y se desmayó.
Cuando llevaba cuatro meses de baja por ese motivo, el subinspector fue a la clínica que la trataba y envió a otros agentes a ella para pedir información sobre las visitas que su subordinada había hecho a ese centro, y pasó a sus superiores los datos sobre los días en que fue atendida durante su horario laboral sin comunicar su ausencia.
Trastorno bipolar
Como resultado de estas maquinaciones, según informa La Vanguardia, la depresión de la agente degeneró en "un trastorno bipolar" que motivó en 2017 su incapacidad laboral permanente absoluta.
Tras la sentencia condenatoria de la Audiencia, el subinspector recurrió al TSJC al entender que aquel fallo se basaba sólo en el testimonio de la mujer y que debía prevalecer su presunción de inocencia, y que su trastorno bipolar podría tener un componente genético del cual él podría no ser responsable.
El TSJC, sin embargo, concede "verosimilitud, persistencia y credibilidad" a la versión de la denunciante y recuerda que otras compañeras también denunciaron la actitud del subinspector, en cuya unidad cinco personas tuvieron que recibir "tratamiento psicológico debido al malestar desencadenado por su conducta".
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