Tres bailarinas han demandado a la cantante estadounidense Lizzo y a su compañía por acoso sexual y por crear un "ambiente de trabajo hostil" entre 2021 y 2023, periodo en el que trabajaron con la artista.

Las denunciantes son Arianna Davis, Crystal Williams y Noelle Rodríguez, tres bailarinas que participaron con la cantante en varios festivales y conciertos celebrados entre septiembre de 2021 y abril de 2022. En 2023 participaron como parte del elenco en la gira por Europa de Lizzo.

Las tres acusan a Melissa Viviane Jefferson (Lizzo), a la productora que lidera Big Grrrl Touring, Inc. y a la capitana del equipo de baile, Shirlene Quigley, por episodios de acoso sexual, religioso y racial durante su estancia en la compañía.

En lo que respecta a Lizzo, alegan que la cantante le dirigió a una de ellas comentarios denigrantes por haber subido de peso, a pesar de que la acusada se posiciona como defensora de la diversidad corporal.

Sobre la capitana de baile, aseguran que Quigley intentó en repetidas ocasiones convertir al equipo a su religión y que se burló de aquellas que mantenían relaciones sexuales antes del matrimonio, además de cuestionar abiertamente la virginidad de una de las demandantes.

Arianna Davis recuerda una noche en Ámsterdam en la que el equipo salió de fiesta por el barrio rojo. Una vez allí, entraron a un club de estriptis, lugar en el que fue presionada para tocar el pecho de otra bailarina en contra de su voluntad.

Tampoco sobre la compañía guardan silencio. Las demandantes cuentan que en una ocasión pidieron al equipo directivo adelantar unos pagos determinados. En su lugar, recibieron respuestas cargadas de racismo y "gordofobia". 

Ninguna de las tres trabaja ya para Lizzo. Williams y Davis fueron despedidas: la primera por grabar una sesión en la que la artista daba instrucciones de baile al equipo de danza y la segunda por recortes presupuestarios que solo le afectaron a ella. Rodríguez, por su parte, dimitió como acto de solidaridad.

La cantante niega las acusaciones

Lizzo rompió su silencio este jueves y se ha defendido de lo que considera "alegaciones falsas" y "escandalosas". "Estas historias sensacionalistas provienen de exempleadas que ya han admitido públicamente que durante la gira se les dijo que su comportamiento era inadecuado y no profesional", precisó la cantante estadounidense.

La artista indicó en el comunicado que se toma sus actuaciones y su música de forma muy seria, y que esta pasión por lo que hace suele venir acompañada de "trabajo duro y estándares altos". "Algunas veces he tomado decisiones duras, pero nunca es mi intención hacer que nadie se sienta incómodo o que no es valorado como una parte importante de mi equipo", explica en la nota.

​Lizzo aseguró que no hay nada que se tome más en serio que el respeto por las mujeres. Además agregó que sabe "lo que se siente cuando te hacen avergonzarte de tu cuerpo a diario y en absoluto criticaría o despediría a un empleado por su peso".