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Transición energética Esta es la región de España que abandonará el gas y el petróleo antes de 2040

El Gobierno de Canarias presenta una estrategia de descarbonización para fomentar el despliegue de renovables y dejar de lado los combustibles fósiles, los cuales representan cerca del 81% de la demanda energética insular. 

Varias turbinas eólicas en la isla de El Hierro.
Varias turbinas eólicas en la isla de El Hierro. Desiree Martín / AFP

El archipiélago canario no tiene otra que cambiar su modelo energético y, por ende, su economía. Las islas aspiran a situarse a la vanguardia española en la transición hacia las renovables. Al mismo tiempo, sin embargo, son uno de los territorios con mayor dependencia de los combustibles fósiles, pues de los 3.305,81 MW que hay instalados, al menos el 81% (2.696,36 MW) se corresponden a derivados del petróleo, según los datos del anuario energético. El Gobierno canario pretende actuar sobre este escenario y se plantea descarbonizar las islas en 2040, lo que permitiría al territorio insular ubicarse a la cabeza de Europa y de la propia UE, cuyos planes de neutralidad de emisiones se fijan en el horizonte de 2050.

Las características del archipiélago, con sistemas eléctricos independientes de los sistemas continentales, son un aliciente para el despliegue de tecnologías renovable, pero también existen grandes problemas debido a que las fuentes mayoritarias, eólica o solar, dependen en buena medida de la disponibilidad del sol y del viento, por lo que el Gobierno de Canarias ya trabaja en el impulso de sistemas de almacenamiento y tecnologías de respaldo para conseguir que todas las islas puedan disponer de energía en el momento.

José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, hace hincapié en esas condiciones estratégicas que obligan –y permiten– al archipiélago a actuar con mayor premura. "Planteamos 2040 desde el análisis de que Canarias tiene muchas diferencias respecto a la península. No tenemos las mismas demandas térmicas, sobre todo en los meses de invierno, y nuestra industria es menos intensiva desde el punto de vista energético", expone a Público el político, que informa de que la estrategia de descarbonización pasa por un cambio radical en diferentes sectores como la movilidad o el desarrollo del autoconsumo a gran escala.

No en vano, esta circunstancia impide que las islas puedan alcanzar la neutralidad de emisiones al 100% en las próximas dos décadas. "Podríamos llegar al 80%, pero para ello hay que eliminar los grandes grupos eléctricos dependientes del gasóleo", indica Roque Calero, catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Existen, sin embargo, alternativas para tratar alcanzar el pleno de energía renovable. "La geotermia es la única posibilidad. Hay un sistema nuevo de perforación profunda, una herramienta que no utiliza el barrenado tradicional, sino que se usa un bombardeo a la roca. Esto podría permitir operar a cualquier profundidad y en las islas, con el magma a pocos metros, puede ser una herramienta muy interesante", agrega el experto.

"Una penetración del 70% de renovables supondría un ahorro de más de mil millones anuales"

Calero sostiene que la penetración de las renovables debe ir de la mano del fomento del autoconsumo y señala que, para ello, se requiere de una inversión importante que se amortizaría en unos diez años. "Una penetración del 70% supondría un ahorro de dinero de más de mil millones anuales", advierte. Los planes del Gobierno canario se focalizan en esa dirección y estiman que en las próximas décadas el 72% de la superficie de cubierta podría quedar ocupada por paneles, lo que equivaldría a un incremento de la instalación del archipiélago de más de 7.000 MW. De esta forma se podría llegar, según la estrategia de almacenamiento, transformar el 100% del consumo energético a nivel usuario.

Los cambios del modelo energético chocan, no en vano, con el modelo económico insular, donde el turismo ocupa el 23,2% del PIB y el 29,1% del empleo, según los datos previos a la pandemia. "Desde 2019, año en el que se aprobó la declaración de emergencia climática, el Gobierno canario ha apostado por una transformación energética. Hay una aspiración elevada y se está haciendo un esfuerzo intenso para ellos, pero todo debe tener un correlato con una nueva planificación turística del archipiélago. Es decir, nos encontramos con que las prisas que animal a los planes energéticos no son las mismas que el turismo", argumenta Pablo Moros, investigador del Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS) de CCOO, que esta trabajando en un proyecto para que el cambio hacia las energías limpias sea una oportunidad para que el territorio isleño diversifique su economía.

"La cantidad de empleo que se puede generar directamente con la transición a energías renovables está siempre sujeta a controversia. Hay que diferenciar las grandes instalaciones de las que son de autoconsumo o a nivel local. Las primeras pueden generar un empleo muy puntual cuando se construyen [ejemplo de los parques eólicos] pero después la cantidad de puestos de trabajo es minúscula. Las segundas, en cambio, tiene un mayor potencial de empleo, ya que exigen de un mantenimiento y de una renovación periódica, además de procesos de reciclaje y reutilización. No es la panacea, pero es algo que puede contribuir a dar ese salto cualitativo en un modelo productivo muy dependiente del turismo", reflexiona el investigador del ISTAS. 

"Canarias puede ser un laboratorio a nivel internacional para el desarrollo de la transición energética"

Si el camino energético pasa por alcanzar una independencia de las fuentes del exterior –petróleo y gas–, la transformación de la economía pasa por un turismo alternativo no tan vinculado al exterior –las restricciones de la pandemia provocaron que el archipiélago pasase de recibir 15 millones de turistas a 4,6 millones– y por el refuerzo de otras industrias. "Una vía es la economía azul, es decir, aprovechar el mar para generar empleo. Esto pasa por todo el tema de las piscifactorías, pero también, por ejemplo, por estimular la industria de la eólica offshore, es decir, tener potencial para fabricar aerogeneradores marinos que se puedan exportar al exterior", comenta Moros.

"Canarias puede ser un laboratorio a nivel internacional para el desarrollo de la transición energética. Nosotros, desde el punto de vista de las renovables, tenemos más horas de sol que ningún otro punto de Europa, tenemos una salida de mar. Estamos situados además mirando al continente africano, que va a ser el gran demandante desde el punto de vista de las energías limpias. Esto hace que las islas puedan ser un punto de referencia en producción de paneles, baterías eléctricas y de industria renovable, sobre todo para la exportación africana. Desde el punto de vista de la transición energética y de una transición justa puede ser un revulsivo importante como lo fueron en su día los puertos", argumenta el consejero canario, que ve en este Green New Deal canario una ocasión imperdible para el progreso social y económico.

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