Más de seis millones de niños reciben atención de pediatras sin especialidad
La falta de especialización reconocida de estos profesionales les lleva a asistir problemas de cardiología, hematología o Atención Primaria, entre otras 23 áreas, sin una formación oficial.
María Martínez Collado
Madrid-Actualizado a
Más de seis millones de niños y adolescentes son atendidos en nuestro país por especialistas médicos que no están formalmente reconocidos. El cardiólogo, neumólogo, pediatra de Atención Primaria, oncólogo, alergólogo pediatra, entre otras 23 áreas, pasan consulta cada día a menores sin contar con formación oficial. Así lo ha denunciado la Asociación Española de Pediatría (AEP).
La organización ha reclamado a la Administración sanitaria "acreditar áreas de capacitación específica pediátricas para garantizar la calidad formativa de los especialistas", así como "una prestación sanitaria equitativa en todo el territorio". Hasta ahora, la forma de proceder de los diferentes gobiernos autonómico ha consistido en ofertar las especialidades pediátricas en los centros sanitarios sin contar con un reconocimiento formal.
"Lo que suelen hacer los pediatras es dedicar el último año del MIR a aprender dentro del área que desea. Lo que proponemos es que, en lugar de un año, dediquen varios. Esto mejorará su cualificación y por consiguiente la calidad de la atención que se ofrece a los pequeños", ha explicado Guillermo Martín Carballo, vicepresidente de Atención Primaria de la AEP.
Ya en 2014, la Academia Europea de Pediatría y la Unión Europea de Médicos Especialistas hablaron de la necesidad de especializar a los pediatras. Sin embargo, en España el currículo no se ha modificado desde 2006.
La falta de regulación genera "situaciones chocantes", como que "pediatras expertos en trasplante hepático sean desplazados a trabajar a la urgencia pediátrica de un hospital o pediatras de Atención Primaria sean adscritos a unidades de cuidados intensivos", aseguran fuentes de la AEP.
En adultos, por ejemplo, existe la especialidad de medicina de familia, pero no se reconoce un itinerario específico para la figura del pediatra de Atención Primaria. En contraposición, el colectivo de pediatras propone proceder con los niños "exactamente igual que con los mayores".
De tal modo que, para ejercer alguna subespecialidad dentro de la Pediatría, exista una formación concreta, reglada por el Ministerio de Sanidad. Para allanar el camino, de hecho, la AEP presentó el verano pasado un "libro blanco", donde se detallaron los requisitos deseables para que una persona estuviera lo suficientemente bien preparada como para atender las diferentes especialidades dentro de Pediatría.
"En los países anglosajones, EEUU, Inglaterra, Australia, Canadá, existe, por ejemplo, la especialidad de Urgencias pediátricas desde hace más de 40 años, igual que para adultos", ha comparado María Jesús Sánchez Álvarez, secretaria de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP). Esta experta asegura que se trata de un área, como ocurre en las demás especialidades, que requiere unas actitudes, conocimientos y capacitación específica.
"Existen técnicas que sólo nosotros, los urgenciólogos, conocemos. Lo lógico es que el médico que ofrece el servicio esté todo lo preparado posible", ha remarcado Sánchez Álvarez, insistiendo en la necesidad de regular las subespecialidades pediátricas.
La AEP lamenta que "debido a la falta de reconocimiento", los especialistas españoles sufran dificultades "al homologar las titulaciones en Pediatría para poder trabajar en otros países". Una circunstancia que se reproduce también en la movilidad entre comunidades autónomas, pues cada una, incluso cada hospital, organiza las subespecialidades a discreción.
El 30% de los niños no son atendidos por pediatras
Aparte del debate en torno a la especialización, la asociación pone el foco en los dos millones de niños y adolescentes que ni siquiera "reciben la atención que precisan por parte de los profesionales especializados en infancia y juventud". O lo que es lo mismo, que el 30% de los menores no son atendidos por un pediatra, sino por un médico de familia.
En este sentido, destaca la gran desigualdad territorial: en la Comunidad de Madrid la cifra se eleva hasta el 50%; mientras que en las del norte, como Euskadi o Cantabria, ese porcentaje disminuye al 10%. Catalunya se sitúa en la media, en el 30%. A su vez, más de medio millón de menores no tienen pediatra ni médico de familia asignado al que acudir, según afirma la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.
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