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El segundo año en España tras huir de Kabul: "Tengo papeles, pero es difícil trabajar"

Algunas de las familias que inicialmente decidieron pedir asilo en España, una vez obtenido el reconocimiento, optaron por ir a vivir con familiares a Alemania o Francia debido a las dificultades para encontrar trabajo.

Mujeres Afganistán
Mujeres en Kabul, capital de Afganistán (archivo). Reuters

Cuando se cumplen dos años de la evacuación de ciudadanos afganos tras la llegada al poder del régimen talibán, muchas de las familias que se han quedado en España se topan con un muro: "Tengo permiso de trabajo, pero me piden tres años de experiencia para trabajar y una nómina para alquilar", cuenta Arezo Rahini en una entrevista con EFE.

Arezo Rahini era la presidenta de la Federación Femenina de Fútbol en Afganistán y estaba en el punto de mira de los talibanes. Cuando la entrevistamos hace un año apenas hablaba español y nos contaba en inglés que quería entrenar a equipos femeninos en España, pero lo veía muy complicado. Se ha cumplido a medias su deseo, dice ahora en un ya avanzado español.

Desde hace unos meses entrena a un equipo de niñas refugiadas en un barrio de Madrid, Orcasitas, en un proyecto de la Fundación Atlético de Madrid, "aunque es solo un día en semana". Su marido tiene contratos por varias semanas de manera intermitente y ya han salido del sistema de protección en el que han permanecido dos años de la mano de CEAR.

De los casi 4.000 afganos evacuados en distintas operaciones desde el 15 de agosto de 2021, permanecen en el sistema de acogida y protección 715, explican a EFE fuentes del Ministerio de Inclusión. Otros 1.108, que han llegado a España por sus propios medios, también son atendidos en el sistema de acogida en estos momentos.

Dos años después, fuera del sistema

Arezo quiere trabajar, en cualquier sector, porque debe pagar el piso de 40 metros que le cuesta 1.000 euros al mes. "Encontrar piso y trabajo es muy difícil para los refugiados", explica en un encuentro en un parque del barrio de San Blas, donde vive.

Le acompaña su hija Yusra, que nació cuatro meses después de llegar a España. Estaba embarazada cuando tuvo que salir de la noche al día de Kabul y ahora espera a su segundo hijo para el mes de octubre. "Nos gusta mucho España, pero económicamente es difícil vivir aquí".

"Tenemos muchos familiares viviendo en Europa, como Alemania o Francia, y ellos no tienen problemas de casa, ni de trabajo. Reciben más ayuda; en España solo ayudan por dos años, pero no es suficiente. Si encontramos trabajo está bien, pero si no encontramos trabajo, es muy difícil. Solo dos años es muy poco", lamenta.

Sigue manteniendo contacto con algunas de las jugadoras de fútbol que permanecen en Afganistán: "Tienen muchos problemas: no pueden ir a la escuela, no pueden trabajar, no pueden jugar al fútbol. Me dicen que necesitan ayuda, pero no sé cómo ayudarles".

Con Arezo y su marido se encuentran también en España sus padres y un hermano con su mujer y su hijo. "Están a salvo, pero no tienen trabajo. Mi hermano estudió Informática y puede trabajar en cualquier sitio, pero no encuentra nada, el próximo mes se le acaba la ayuda, está desesperado. Tiene familia y un alquiler para pagar".

"Tenemos permiso de trabajo después de unos ocho meses", señala Arezo, pero cuando vas a buscar trabajo te piden experiencia de tres años y dime cómo lo hacemos".

Algunos afganos se fueron a Alemania o Francia

No todos los afganos evacuados se quedaron en nuestro país. España actuó como un punto de asistencia del Servicio Exterior de la Unión Europea facilitando la salida, principalmente desde Pakistán, para luego trasladarlos a distintos países europeos como Dinamarca, Alemania, Polonia y Letonia.

Algunas de las familias que inicialmente decidieron pedir asilo en España, una vez obtenido el reconocimiento -a los 6 meses aproximadamente- optaron también por ir a vivir con familiares a Alemania o Francia, entre otros destinos.

"La llegada fue atropellada por las circunstancias en las que tuvieron que abandonar el país, algunos vinieron con expectativas de irse a Alemania donde tenían familiares; hace un año en torno a un tercio habría abandonado el sistema español", explica a EFE Mónica Pedraza, responsable de Acogida de ACCEM, una de las entidades que interviene en el proceso de acompañamiento de los refugiados.

Para muchas de las familias afganas su principal preocupación es conseguir traer a España a sus familiares. "Una vez que adquieren la protección, hacemos con ellos esas gestiones de información y apoyo para solicitar la reagrupación, pero duran entre uno y dos años", indica la experta.

Además de los vuelos de evacuación fletados por el Gobierno, otra de las vías de llegada de ciudadanos afganos es mediante la aplicación del artículo 38 de la Ley de Asilo, que permite el traslado a España de personas en necesidad de protección internacional desde un tercer país a través de las embajadas y consulados.

"Es una vía complicada y requiere que se desplacen a los países limítrofes; entre la lista de espera que hay se puede extender el tiempo hasta que lo consiguen y mientras están en una situación de muy alta vulnerabilidad", en países como Pakistán o Irán, recuerda.

Para la técnica de acogimiento de ACCEM Maite Bueno, del itinerario de acogida los refugiados salen "preparados" para la integración, tras trabajar en su empleabilidad y en el idioma. "Están preparados para afrontar una vida con autonomía, pero lo que se encuentran, al igual que el resto de los refugiados, es una situación complicada en el tema de vivienda y trabajo".

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