Washington
La pandemia de la covid-19 ha dejado un saldo hasta ahora de más de 800.000 contagios confirmados y al menos 45.000 muertes en Estados Unidos, la primera de ellas hace menos de dos meses, según los datos de la Universidad Johns Hopkins. En este contexto de crisis de salud pública y económica y con un sistema sanitario como el americano basado en pólizas privadas, se podría colegir que este sector está siendo uno de los más afectados por una pandemia como la actual. Nada más lejos de la realidad. El grupo United Health, la primera aseguradora médica del país, ha hecho ya balance del primer trimestre del año: ha obtenido 164 millones de dólares en beneficios, un 3,4% más que en el mismo período de 2019.
UnitedHealth admite en un comunicado que la pandemia de la covid-19 está teniendo un "impacto mínimo" en sus objetivos y, de hecho, afirma que el grupo "mantiene sus perspectivas de ganancias […] para todo el año en 2020".
El brote de la covid-19 llegó a Estados Unidos un poco más tarde que Europa, pero más de dos tercios de este primer trimestre del año han estado bajo el azote del coronavirus: el 21 de enero se detectó el primer caso en el país, el 29 de febrero el primer fallecimiento y el 13 de marzo el presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia.
Esta hecatombe económica beneficia perversamente a las compañías privadas de salud
A medida que el país era cada vez más golpeado por la covid-19, la economía se desplomaba hasta el punto de que más de 20 millones de personas han perdido su empleo desde el inicio de la pandemia, lo que ha llevado el paro a los niveles de la Gran Recesión de 1929.
Aunque esta hecatombe económica para la clase trabajadora y para muchas pequeñas y medianas empresas beneficia perversamente a las compañías privadas de salud, puesto que la mayoría de los estadounidenses tienen seguro médico a través de su empleador, de modo que si son despedidos y acaban en el paro, pierden el seguro y son ellos mismos los que tienen que asumir sus facturas médicas.
Muchos de ellos, según cuál sea su nivel de ingresos, pueden acceder a un seguro médico financiado con fondos públicos, lo que acaba repercutiendo en que la posible factura que tengan que afrontar (de un hospital privado) acabará siendo pagada por las arcas públicas. En conclusión: la banca, las aseguradoras privadas, siempre gana.
El grupo United Health afirma en su comunicado que el coste que le haya podido generar la pandemia ha sido compensado por "una menor demanda de cuidados electivos". Es decir, que la pandemia de la covid-19, como está sucediendo en todos los países, está llevando a la cancelación de mucha actividad no urgente en centros sanitarios u hospitales, sobre todo cirugías, que son los procesos que más dinero les cuesta a las compañías privadas.
El grupo no necesitará "ninguna asistencia del gobierno", ha presumido el director general del grupo, David Wichmann, en declaraciones recogidas por The New York Times. Wichmann es conocido por ser un destacado opositor de la propuesta de Bernie Sanders de un sistema de salud público, universal y gratuito –Medicare-For-All–.
El portavoz de la ONG Public Citizen alerta de que en California las compañías de seguros ya han sugerido que podrían incrementar los precios un 40% el año que viene
"Las compañías de seguros privados están priorizando proteger sus beneficios en vez de la salud y la vida de los pacientes", critica Mike Stankiewicz, portavoz de la ONG Public Citizen, que defiende un sistema sanitario público, gratuito y universal.
Stankiewicz critica, además, que "UnitedHealth tiene ya a sus espaldas un papel inapropiado en el desembolso de fondos a los hospitales" y añade que "aunque el grupo aún no ha recibido fondos específicos de los paquetes de ayudas públicas porque han obtenido beneficios, es muy probable que reciban algunos en el futuro, cuando digan que necesitarán un rescate para evitar un aumento masivo en los precios de los seguros del próximo año".
De hecho, Stankiewicz alerta de que en California las compañías de seguros ya han sugerido que podrían incrementar los precios un 40% el año que viene. California es uno de los Estados más golpeados por la covid-19.
La opción de pedir un rescate no es ninguna entelequia. Es, de hecho, lo que ha sucedido con las empresas hospitalarias. En el tercer y cuarto paquetes de ayudas federales aprobados sobre la covid-19 –el último de ellos esta misma semana–, se han destinado 175.000 millones de dólares (160.000 millones de euros) para mantener a flote los hospitales.
Si el sector va bien, beneficios; si va mal, rescates millonarios. Como sucedió con el sistema bancario en la crisis de 2008, el sistema sanitario americano, de carácter privado, no puede quebrar. Luego, dentro de este esquema, pase lo que pase, sólo puede ganar. Y de cambiar el esquema, salvo Sanders con su Medicare-For-All y algunos pocos más, ni se plantea políticamente.
Wendell Potter, exdirector general de comunicación corporativa de Cigna, la quinta compañía de seguros privados del país, ha criticado en su cuenta de Twitter que "mientras Estados Unidos se tambalea por la crisis de la covid-19, mi antiguo sector, el negocio de los seguros médicos privados, está ganando a lo grande".
El exdirector general de comunicación corporativa de Cigna critica que "las compañías de salud privadas están negando la cobertura y exprimiendo a los médicos para generar beneficios récord"
Potter, quien en 2009 se hizo famoso al revelar las prácticas de la industria médica americana (llegó incluso a declarar ante el Congreso), lamenta que United Health haya ganado "5.000 millones de dólares más en los primeros tres meses del año respecto al primer trimestre del año pasado. En otras palabras, están prosperando durante una pandemia".
"United Health ahora recibe 2,5 veces más dinero del gobierno federal y estatal que de sus clientes individuales y corporativos, a pesar de que atiende a muchas menos personas en sus planes de salud del sector público", asegura el exdirector de comunicación corporativa de Cigna, que en los últimos años se ha convertido en un defensor acérrimo del Medicare-For-All de Sanders.
Potter critica que, en lugar de utilizar las ganancias para reducir las primas y los gastos del bolsillo de sus clientes en medio de la pandemia, United Health "ha utilizado 1.700 millones de dólares para recomprar sus propias acciones".
El resultado final, concluye, es que mientras que "los estadounidenses están enfermando y muriendo, y los médicos están arriesgando sus vidas para salvarlos, las compañías de salud privadas están negando la cobertura y exprimiendo a los médicos para generar beneficios récord".
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