BILBAO
Actualizado:No hay paraguas que frene esta lluvia. Cuando los niños de Yemen miran al cielo, rezan para que haya nubes y no aviones con bandera saudí. La monarquía árabe se ha convertido en la peor pesadilla para quienes han tenido la desgracia de nacer en territorio yemení, un suelo golpeado diariamente por la coalición militar que lidera Arabia Saudí. A pesar de todo (incluso de los cerca de tres mil niños que según Naciones Unidas ya han muerto por esos bombardeos), España mantiene unos negocios privilegiados con los máximos responsables de esta matanza.
El ejemplo más cercano está en el puerto de Santander. Este miércoles, un nuevo barco ha cargado allí armamento con destino a Arabia Saudí, casi un mes después de que ese mismo país bombardease un autobús escolar. Sólo en ese acto murieron 40 niños. Algunas semanas más tarde, los saudíes acabaron admitiendo que fue un “error”. Ni más ni menos. Punto final. O mejor dicho, punto seguido hasta la próxima lluvia de dinamita.
Menos de 48 horas después de que el Gobierno anunciara la paralización de la venta de 400 bombas de precisión a la monarquía saudí, el barco Bahri Hofuf (perteneciente a la naviera de capital público Bahri) ha atracado en el puerto de la capital cántabra, del que ha partido con varios contenedores con munición y explosivos con destino al régimen saudí, según confirmaron a Público fuentes portuarias.
“Es una tremenda contradicción”, destacó a Público Luis Arbide, integrante de la comisión La Guerra Empieza Aquí de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak. “La misión de ese barco es la misma de otras ocasiones –subrayó-: cargar proyectiles de gran dimensión que se utilizan fundamentalmente para artillería terrestre y naval”. “Las bombas que paralizó el gobierno no son de fabricación española, pero estos proyectiles, que se fabrican en Burgos, sí”, afirmó.
España es el tercer exportador de armas a Arabia Saudí, con 932 millones desde que comenzó la guerra en Yemen
Las cifras indican que España es hoy el tercer principal exportador de armas a Arabia Saudí: entre 2015 (año en el que empezaron los bombardeos contra Yemen) y 2017, este negocio ha reportado 932 millones de euros de facturación. Las 400 bombas de precisión paralizadas por el gobierno tienen un valor de 9,2 millones, lo que equivale a algo menos del 10% del total.
La postura del Gobierno
¿Habrá un cambio en la política del Gobierno respecto a la venta de armas a Arabia Saudí? Esa pregunta, aún sin respuesta, circulaba en las últimas horas por distintos corrillos. De momento, sólo se sabe que el Gobierno tendrá dos oportunidades para aclarar su postura: la primera será este viernes, cuando comparezca ante la comisión de Defensa del Congreso la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.
La siguiente ocasión para abordar este asunto llegará el día 19 de septiembre con la reunión que mantendrá la Junta Interministerial de Material de Defensa y Doble Uso, que se encarga de autorizar las exportaciones de armas. “Allí se revisarán determinadas autorizaciones, y habrá que ver qué ocurre con las que tienen como destino Arabia Saudí, Emiratos Árabes o Israel”, avanzó a Público la activista de Greenpeace Sara Del Río.
Precisamente, el Ministerio de Defensa hizo saber durante las últimas horas que tiene intención de “revisar” la venta de armamentos a países “sensibles”, entre los que se ubica precisamente el régimen saudí. Público consultó este miércoles a Defensa sobre cuál será el alcance de esa medida, pero aún no ha obtenido respuesta.
De Bilbao a Santander
La polémica ya ha tenido su traslación a los puertos. Hasta principios de año, la carga de armamentos en barcos saudíes se realizaba en el puerto de Bilbao, donde a lo largo de 2017 se llegaron a embarcar más de 10 mil toneladas de productos de guerra. “Desde Bilbao se enviaban cientos miles de proyectiles de artillería”, recordó a este periódico Ina Robles, el bombero que fue sancionado por negarse a cargar armas en un barco saudí.
A día de hoy, la naviera saudí oculta en su página web cuáles son los puertos que utiliza en España, algo que no hace en los casos de los demás países donde opera. En ese contexto, Arbide confirmó a Público que “actualmente, los puertos de carga habituales son Santander y Motril”.
Desde la costa andaluza han partido barcos con contenedores de explosivos procedentes de la fábrica Santa Bárbara en al menos tres ocasiones. En el caso de Santander, las operaciones suelen ser de carácter mensual, salvo durante los meses de julio y agosto, en los que se produjo un parón que se interrumpirá este martes con la llegada del Bahri Hofuf, cuya tripulación ya conoce estas costas: en mayo pasado, ese mismo barco se llevó cuarenta contenedores de armamento desde Santander, según informó entonces el portal Elfaradio.com.
“Acabar con el secretismo”
“A pesar de las deliberadas agresiones a la población civil en Yemen, todavía seguimos teniendo reparos para decir categóricamente que no se puede hacer negocios con Arabia Saudí”, denuncia Arbide. Ese mismo asunto estuvo este lunes sobre la mesa de la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, quien recibió en su despacho a los integrantes de las ONG que forman parte de la campaña Armas Bajo Control (Oxfam Intermón, Amnistía Internacional, FundiPau y Greenpeace). “Ha sido una reunión importante, porque no se producía desde hace años”, dijo Esteban Beltrán, presidente de Amnistía Internacional.
Precisamente, los promotores de esta campaña exigieron a la representante del gobierno “el cese de la venta de armas a Arabia Saudí” y a otros países que forman parte de la coalición que bombardea Yemen, como Emiratos Árabes Unidos. Además, reclamaron que se adopte la misma medida contra Israel por sus ataques indiscriminados contra Palestina. Como tercer punto, exigieron a Méndez que el gobierno “acabe con el secretismo en el comercio de armamento que impide realmente que se rindan cuentas respecto a la aplicación correcta de la Ley de Control de Comercio de Armas”, afirmó por su parte Sara del Río, representante de Greenpeace.
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