Los ricos no lloran, los ricos facturan: los españoles con más ingresos están más satisfechos con su vida
A mayores ingresos, mayor satisfacción vital. Los españoles ponen una nota de 7,12 a su vida, de media. Pero la desigualdad es patente: mientras el 1% más rico de la población sube la puntuación hasta un 8; las personas en riesgo de exclusión social la bajan a un 6,40.
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"Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan", cantaba Shakira en su ya mítica canción con Bizarrap. Lo cierto es que, al menos en España, hombres y mujeres se sienten satisfechos con sus vidas en una proporción similar. Pero, los que lloran menos que el resto son los ricos. Público ha analizado los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE de 2022 y muestran que los ricos declaran ser más felices que la media de los españoles.
En la ECV se pregunta a la población por "el grado de satisfacción con su vida". Las conclusiones son claras: las personas que más dinero ingresan, están más satisfechas. El conjunto de españoles pone un 7,12 como valoración global a su vida. Ese es el promedio de los más de 50.000 encuestados en la última ECV. Pero al comparar esas notas con el dinero que ingresan hay una tendencia clara: a más ingresos, más satisfacción. El 10% más rico valora su vida con una nota promedio de 7,69, más que ningún otro grupo.
La tendencia se hace evidente a partir del 30% más pobre. El primer decil, donde está el 10% más pobre de la población, promedia un 7,07 de nota sobre la satisfacción con su vida, casi al nivel de la media nacional. ¿Por qué sucede esto? En este primer decil, es decir, en el 10% más pobre de la población, hay una gran presencia de gente joven que aún se dedica a estudiar y aún no ingresa dinero.
De hecho, en el 10% más pobre hay un 36,92% de personas que están estudiando. En el siguiente decil, son el 15,84%. En el tercero, el 4,54%. Y a partir de ese todos tienen un valor cercano al 3%. También se ve en la edad. El primer y segundo decil están comparativamente menos envejecidos que el resto: tienen una edad promedio de 41 y 46 años, respectivamente. En el resto de deciles la media sobrepasa los 50 años.
De hecho, al ir más al detalle se ve aún más claro. El 12% más pobre de los españoles mayores de 16 años no ingresa nada al año, pero su satisfacción promedio es de 7,03 sobre 10. Sucede por ese efecto del peso de los jóvenes.
Alrededor del percentil del 30% de los más pobres se puede empezar a ver de forma más precisa la tendencia. El 29% más pobre evalúa su vida con un 6,61. A partir de ahí la nota media va subiendo. En la mediana es de un 7,07 y en el percentil del 15% de los españoles más ricos, de un 7,47. Esta tendencia no para de escalar: el 1% más rico promedia una satisfacción de 8 puntos sobre 10. Ningún otro percentil alcanza esa nota tan alta.
Aún así, la satisfacción global de los españoles no es baja. El 70,64% evalúan su vida con una puntuación entre el 7 y el 10. Pero en el caso de los ricos, la satisfacción es aún mayor. El 88,57% de los españoles que ingresan más de 45.000 euros netos al año valoran su satisfacción vital con un 7 o más: 18 puntos por encima del total de la población.
Aunque las personas con mayores rentas están más satisfechas con su vida, esto no las aleja completamente del sufrimiento psíquico. "Desde el lado de la psicología, en muchas ocasiones las personas entran en crisis debido a sus condiciones precarias de vida, pero no sólo. La riqueza también genera mucho estrés y ansiedad. Conservar y acumular la riqueza les cruje a nivel mental", matiza María Camacho, experta en salud mental y activista en colectivos críticos.
Los jóvenes, más satisfechos
A la hora de puntuar su satisfacción vital, la brecha de renta juega un papel significativo. Mayor incluso que la diferencia entre otros grupos sociales, como hombres y mujeres o los grupos de edad. Así los españoles que superan los 45.000 al año le dan un 7,83 a su vida, cuando la media española según la ECV de 2022 es de 7,12.
En cambio, entre hombres y mujeres la diferencia no es muy grande. Ellos promedian una nota de satisfacción de 7,15. Ellas, de 7,10. Ambas son un poco más bajas que el año anterior. En la ECV de 2021 los hombres promediaron un 7,23 y las mujeres, un 7,16.
Pero ocurre un fenómeno curioso. Las mujeres están más satisfechas que los hombres en todos los grupos de edad, aunque con diferencias muy pequeñas, excepto en los más mayores. Los hombres de 65 años en adelante puntúan su satisfacción con 7,05 puntos. Las mujeres de la misma edad, solo con 6,74. La diferencia en ese grupo de edad es la que hace que el promedio de puntuación de las mujeres caiga por debajo del de los hombres.
Aún así, tanto en hombres como en mujeres, quienes puntúan mejor su satisfacción vital son los jóvenes de entre 16 y 25 años. Sin diferenciación por género, el promedio en esa franja es de 7,70, casi un punto más que entre los más mayores.
La exclusión social
Pese a esa tendencia, las diferencias por grupos de edad no son tan grandes como las que ocasiona la desigualdad social. Mientras que la media española de satisfacción es del 7,12, quienes están en riesgo de pobreza o exclusión social puntúan el global de su vida con un 6,40.
La brecha es aún más grande si nos fijamos en las personas que viven en hogares con todos sus miembros en el paro o baja intensidad en el empleo, que puntúan su satisfacción vital con un promedio del 6,11. Todavía es peor con quienes están en situación de carencia material severa, que promedian un 5,03. Estos últimos están 2,8 puntos por debajo de los más ricos. Los adultos que ingresaron el año pasado más de 45.000 euros netos evaluaron su vida con un promedio de 7,83 puntos.
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