Peligra la supervivencia del catalán en la escuela de la Catalunya Nord, donde su uso social ya es mínimo
La lengua arrastra la ruptura de la transmisión familiar. Activistas reclaman más recursos para la educación y más presencia fuera de las aulas para evitar su desaparición.

Barcelona-
El grito de auxilio de La Bressola ha puesto nuevamente sobre la mesa la situación de emergencia que vive el catalán en la Catalunya Nord. Un golpe para la supervivencia de una lengua que ha visto cómo se reducía drásticamente su uso social en los últimos 80 años: el porcentaje de población nortecatalana que lo utilizaba entonces era del 90%, mientras que en la actualidad se ha desplomado hasta el 5%, según los últimos datos de usos lingüísticos. "Nuestros abuelos lo hablaban habitualmente, pero los padres rompieron la transmisión generacional porque querían una vida más próspera para sus hijos", argumenta el sociólogo perpiñanés Gautier Sabrià, que admite la dificultad de hacer una radiografía clara del estado de salud de la lengua en la zona.
"Nadie quería hablar en catalán públicamente porque estaba mal visto. En cambio, estaba presente en algunos espacios íntimos, y por eso la generación de jóvenes adultos tenemos ganas de recuperar las raíces. Quizás no de una manera directa, pero sí a través de la educación de nuestros hijos", continúa Gautier.
Según datos de la Oficina Pública de la Lengua Catalana (OPLC) publicados por El Món, menos del 20% del alumnado que cursa estudios obligatorios en la Catalunya Nord lo hace en catalán. En concreto, apenas son 15.200 estudiantes de un total de 84.000, repartidos entre las 40 escuelas bilingües públicas ―donde reciben 12 horas de catalán y 12 de francés―, dos escuelas de primaria de la asociación Arrels y siete escuelas y dos colegios de La Bressola. Ambas asociaciones ofrecen el sistema de inmersión lingüística, pero una es pública y la otra recibe financiación a través de subvenciones, donaciones y cuotas de las familias. El modelo de inmersión engloba a unos 1.300 alumnos.
El Mòn: Menos del 20% del alumnado que cursa estudios obligatorios en la Catalunya Nord lo hace en catalán
Según el presidente de Òmnium Cultural en la Catalunya Nord, Guillem Dalmau, "haría falta mucha más enseñanza en catalán" para revertir el escenario actual. "Hay encuestas que dicen que un 80% de la población nortecatalana querría más centros donde aprender la lengua, pero la realidad es mucho más compleja. Se necesitan más escuelas bilingües y más medios para que los alumnos puedan continuar estudiando en catalán cuando salgan del colegio", añade.
El colegio francés sólo contempla el primer ciclo de la educación secundaria, es decir, que actualmente todavía no hay ningún liceo ―centro de segundo ciclo, entre los 15 y los 18 años― donde se pueda seguir estudiando en catalán. La Bressola tiene en marcha un proyecto de liceo en el Monasterio del Vernet, en Perpiñán, pero está a la espera de resolver un litigio judicial con el Ayuntamiento ―en manos de la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional― para sacarlo adelante.
El monolingüismo francés que desplazó al catalán
El declive del catalán en la Catalunya Nord no tiene una única causa. Para el escritor perpiñanés y activista por la lengua Joan-Lluís Lluís, es imprescindible revisar la historia: "La Catalunya Nord no es un territorio diferente de Catalunya. Es el resultado de la negociación entre españoles y franceses, la frontera podría haber estado más al sur o más al norte". Entonces, el activista se pregunta: ¿por qué una misma población cortada en dos partes desiguales tiene destinos tan diferentes en cuanto a la lengua?
Básicamente, por el Estado que controla cada parte. "En el 1700, el rey Luis XIV prohibió el uso oficial del catalán. Y eso no ha cambiado nunca. Todos los regímenes que han gobernado en Francia ―monarquías diversas, repúblicas, imperios y una dictadura― han mantenido la no oficialidad hasta el día de hoy. Por lo tanto, este fue un elemento muy importante en la caída del prestigio de la lengua entre los mismos hablantes", explica Joan-Lluís Lluís. Además, añade, la victoria en las dos guerras mundiales "aceleró el afrancesamiento de una manera muy dura y rápida".
A diferencia del Estado español, que optó históricamente solo por "reprimir" el catalán, "Francia utilizó la técnica del palo y la zanahoria". Además de relegar el catalán al ámbito rural y "castigar" a las personas que lo hablaban, promovió el francés como vía de acceso al ascensor social. El último caso paradigmático de esta circunstancia fue en abril de 2023, cuando el Estado francés se personó como acusación en un juicio contra cinco ayuntamientos nortecatalanes por haber usado el catalán en los plenos municipales.
Joan Lluís: Además de relegar el catalán al ámbito rural, Francia promovió el francés como requisito para ascender socialmente
Aun así, el exitoso escritor ―ganador de premios tan importantes en la narrativa catalana como el Sant Jordi o el Òmnium, entre otros― afirma que "las connotaciones negativas casi han desaparecido" a nivel social, gracias a la visibilidad que ganó Catalunya a finales del siglo XX. "Cuando era adolescente y empezaba a interesarme por la lengua, recibía regularmente bromas y a veces algún insulto. Ahora eso no pasa", añade. Los castellers o el Barça, por ejemplo, abrieron Catalunya al mundo y ayudaron a la recuperación del prestigio del catalán en la Catalunya Nord, pero en ningún caso compensaron la falta de transmisión familiar.
Y por este motivo, asociaciones educativas como La Bressola y Arrels o entidades sociales y lúdicas nacieron para evitar la desaparición del catalán. Era primordial enseñarlo en las aulas, pero también trasladarlo nuevamente fuera del sistema académico. "El objetivo del mundo asociativo nortecatalán es romper el monolingüismo francés, pero los recursos humanos y financieros son reducidos. Si el niño aprende catalán en la escuela como si fuera latín y no lo puede utilizar para comprar una barra de pan, será complicado recuperarlo", alega Dalmau.
La financiación de las entidades
En este sentido, el presidente de Òmnium en la Catalunya Nord muestra inquietud por el futuro de las asociaciones: "Recibimos financiación del Departamento de los Pirineos Orientales, de la Región de Occitania y de los municipios, pero me da miedo que lo que pasa hoy en La Bressola, pase mañana a Arrels o a nosotros mismos". A modo de recapitulación, La Bressola alertó hace un par de semanas que en mayo no podrá pagar los salarios de sus trabajadores si las dos grandes administraciones no hacen una aportación de 200.000 euros cada una.
Presidente de Òmnium: Me da miedo que lo que pasa hoy en La Bressola, pase mañana a Arrels o a Òmnium Catalunya Nord
"El problema es que hace 15 años que recibimos subvenciones muy limitadas, aunque hayamos duplicado el número de alumnos ―de 500 a 1.100. Antes recibíamos 150.000 euros de la Región, pero el año pasado rebajaron la cifra hasta los 117.000", explica Geoffroy Lourdou, presidente de los Amics de La Bressola. Esta entidad, que opera desde Catalunya, nació diez años más tarde para ayudar económicamente a La Bressola. Hace pocos días, lanzó una campaña para recaudar 600.000 euros, especialmente enfocada en sensibilizar a particulares, pero también a empresas.
En relación con el número de alumnos que acoge La Bressola, Lourdou asegura que cada curso deben rechazar inscripciones porque no tienen suficientes plazas para recibirlos: "La preocupación que tenemos no es si llenaremos un centro o no, sino encontrar lugares para abrir nuevos". Desde su perspectiva, hay muchas familias que quieren llevar a sus hijos a estas escuelas no solo por el aprendizaje del catalán, sino también por el método pedagógico. "Nuestros pilares son la lengua, la verticalidad ―mezclar alumnos de diversas edades― y la enseñanza por proyectos", concluye. De momento, no está prevista ninguna apertura; al contrario, La Bressola se verá obligada a cerrar líneas si no alcanza el objetivo de financiación.
¿Qué responsabilidad tiene la Generalitat?
Según Joan-Lluís Lluís, el Govern históricamente nunca se ha manifestado en contra del Estado francés en este aspecto, pero sí ha intentado ayudar a la promoción del catalán en la Catalunya Nord de manera "más o menos discreta o eficaz". "La Generalitat, desde los inicios de Jordi Pujol hasta hoy, da subvenciones a La Bressola, por ejemplo, pero sin interferir directamente en la política francesa", añade.
Fuentes de la Generalitat de Catalunya alegan que el Govern debe "respetar las decisiones que tomen otros Estados", pero que el consejero de Política Lingüística, Xavier Vila, "ya ha trasladado al resto de consellers" que están trabajando para responder "de forma positiva" a la demanda de La Bressola.
"La idea era aportar 150.000 euros más respecto a la ayuda concedida el año pasado. Esta aportación debía elevar hasta los 800.000 euros la aportación prevista para este año de la Generalitat, si había presupuesto. Como no lo hay, la ayuda seguramente se mantendrá como la del año pasado: 650.000 euros", concluyen.
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