Este artículo se publicó hace 6 años.
#oCientificaoMadreCuatro investigadoras lanzan una campaña para visibilizar la discriminación que supone ser madre y científica
Con un vídeo y una campaña en redes, animan a otras científicas a visibilizar sus historias de disparidad por el hecho de haber sido madres. El hashtag #oCientificaoMadre invita también a otros colectivos a hacer visibles sus reivindicaciones
Marisa Kohan
Madrid--Actualizado a
“Al quedarte embarazada, has tirado tu carrera por la borda”. Esto es lo que un supervisor le dijo a una investigadora estando embarazada de ocho meses. Una compañera se lo contó a Carmen Agustín, bióloga y doctora en Neurociencias, y Agustín lo recoge en un vídeo lanzado hoy por ella y otras tres investigadoras. El objetivo de este video es visibilizar la discriminación a la que se enfrentan las científicas en España cuando son madres.
A María de la Fuente, directora de la Unidad de Nano-Oncología en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, le contabilizaron el permiso de maternidad como si fuera tiempo trabajado, por lo que estuvo en desventaja para acceder a un ascenso porque había acumulado menos méritos que sus colegas.
A Ana Isabel González-Tablas, ingeniera de Telecomunicación y doctora en Ingeniería Informática, le denegaron una beca porque le contabilizaron su baja de maternidad y se pasó 15 días del plazo para pedirla. Diana de la Iglesia, ingeniera informática y doctora en inteligencia artificial, tuvo que abandonar el proyecto de investigación en el que trabajaba por no poder conciliarlo con la maternidad.
Son sólo cuatro ejemplos, las cuatro que han querido dar cara y voz a una campaña que pretende sacar a la luz pública lo que les ocurre a muchas mujeres en el mundo de la ciencia cuando deciden ser madres. Para ello han participado en un vídeo que se lanza este jueves y una campaña en redes sociales, con la que invitan a otras mujeres a que cuenten su propia historia.
Apoyadas por la plataforma Change.org, este grupo de científicas lanza este jueves el hashtag #oCientificaoMadre y animan a otras mujeres a hacer públicos los casos de discriminación que han sufrido en su carrera científica.
"Perdemos competitividad por ser madres"
En marzo de este año, María de la Fuente inició una campaña de firmas en Change.org denunciando que "las mujeres científicas que trabajamos para la investigación pública estamos perdiendo competitividad sólo por ser madres".
En ella explica que se presentó a una evaluación obligatoria para continuar con su puesto de trabajo y poder subir de categoría. "Al evaluarnos como candidatos valoraron nuestros méritos profesionales en un periodo concreto de tiempo (publicaciones científicas, conferencias, patentes, tesis doctorales dirigidas, etc.). Sin embargo, en mi valoración no se tuvo en cuenta el tiempo que estuve de baja por maternidad. Si he trabajado menos tiempo, es lógico que tenga menos méritos profesionales. Estoy claramente en desventaja", afirma.
“En el momento de dar a luz, me encontraba trabajando en un proyecto de investigación que no pude continuar debido a que me era imposible compatibilizarlo con la maternidad”, cuanta Diana de la Iglesia en el vídeo. “Esto, unido a la precariedad y a la inestabilidad de los contratos científicos, me hace preguntarme si de verdad es posible ser científica y madre o si es necesario priorizar una de las dos cosas", añade De la Iglesia, que es también una de las coordinadoras de 500 Women Scientists Madrid, una asociación por la equidad y la inclusión de la mujer en la ciencia.
Ana Isabel González-Tablas también cuenta una historia de discriminación. No pudo optar a unas becas de movilidad tras su doctorado porque entre la solicitud de esta beca y la presentación de la tesis no podían haber transcurrido más de cuatro años. Durante este período fue madre. Excedió el plazo en 15 días, ya que le contabilizaron su baja por maternidad. “Me sentí desconsolada y enfadada”, afirma.
Carmen Agustín retrasó su decisión de ser madre porque le pareció “demasiado complicado compatibilizarlo con las mudanzas continuas y los contratos precarios”. “Mi hija nació en enero de 2018, cuando yo tenía casi 38 años y acababa de firmar un contrato como profesora en la Universidad de Valencia. Se trata de un contrato de cinco años, el más largo que ha tenido a lo largo de su carrera.
"Sé que la maternidad me va a poner las cosas más difíciles porque las medidas de conciliación brillan por su ausencia. Por ejemplo, nadie se plantea la necesidad que adaptar los horarios de docencia para poder compatibilizarlos con el cuidado de un bebé y se asume que tu producción científica no se va a detener aunque estés de permiso”, explica Agustín.
La Administración y la igualdad de oportunidades
"¿No debería la administración dar ejemplo de políticas de conciliación?"
“La mayoría de nosotras trabajamos para proyectos de investigación financiados por el servicio público ¿No debería la administración dar ejemplo de políticas de conciliación? El nuevo Gobierno insiste en lo importante que es la ciencia para el país. Si de verdad lo es, lo primero que debería hacer sería garantizar que mujeres y hombres trabajamos en igualdad de condiciones”, se pregunta María de la Fuente.
"Las mujeres científicas que trabajamos para la investigación pública estamos perdiendo competitividad sólo por ser madres. La única alternativa es trabajar durante las bajas o dejar a los bebés al cuidado de otras personas", añade De la Fuente.
"El mío no es un caso aislado", afirma De la Fuente, "hay otras convocatorias que tampoco contemplan medidas para paliar esta desigualdad, y esto explica el techo de cristal y la brecha de género". Afirma que debido a esta discriminación profesional, muchas mujeres se están viendo obligadas a abandonar sus carreras. "No solo pierden ellas, que dejan de ejercer su profesión tras mucho sacrificio, sino que también pierde la sociedad al dejar escapar a profesionales", añade De la Fuente.
Por todo ello, estas cuatro investigadores que han decidido hacer público su testimonio piden que otras mujeres científicas que se sientan identificadas compartan su experiencia en Twitter bajo el hashtag #oCientificaoMadre. La realidad es que, a día de hoy, la maternidad no solo penaliza a las científicas, sino a muchas mujeres de otros ámbitos. Por ello, animan a que cualquier mujer que sienta que ha tenido que priorizar su carrera profesional o su decisión vital de tener hijos haga público su caso empleando el hashtag y añadiendo su profesión.
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