Nuevo cisma en Belorado: una monja y el obispo de Brasil abandonan el convento
La exclarisa era una de las más importantes del convento y anteriormente era la vicaria general, la número dos después de la abadesa. Desde el Arzobispado de Burgos están a la espera de contactar con ella para "restañar las posibles heridas".
Madrid-Actualizado a
Se abre una brecha en la comunidad de exclarisas de Belorado (Burgos) con el abandono del convento por parte de Teresa Roca (Sor Paz) y del obispo brasileño Rodrigo Ribeiro Da Silva, antiguo encargado de la asistencia religiosa de las mujeres que ocupan el convento. Ella ya abandonó el lugar hace un mes, si bien su salida no se ha conocido hasta este viernes.
Tal y como han informado desde la revista Vida Nueva, "las desavenencias entre Sor Paz, la exvicaria de la comunidad, y la exabadesa, Sor Isabel de la Trinidad, estarían detrás de esta decisión". La religiosa era una de las mujeres más importantes del convento y, mientras residía en Belorado, fue la vicaria general y número dos después de la abadesa. De hecho, estaba previsto que fuera designada abadesa tras el fin del ciclo de Sor Isabel (en su vida civil Laura García de Viedma).
Además, Sor Paz fue una de las denunciantes (junto con Sor Sión y Sor Isabel) contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en los Juzgados de Burgos. Desde el Arzobispado de Burgos y desde la propia Comisión Pontificia se está a la espera de contactar con la exmonja para tenderle la mano y ofrecerle regresar a su lugar y "restañar las posibles heridas", como ha asegurado Iceta.
Esta es la segunda deserción que vive el convento, al margen de otras cinco religiosas de esta agrupación que no han sido excomulgadas. Primero fue Sor Amparo quien, no conforme con las propuestas de García de Viedma, renunció a su estancia con el resto de clarisas. En este caso, en cambio, la partida viene motivada por desavenencias en aspectos personales, doctrinales y de procedimiento con el resto de las cismáticas.
Rodrigo Ribeiro da Silva, una vez ha visto el escenario poco alentador y el futuro incierto de la comunidad a la que asesoraba, ha decidido abandonar también. La frágil permanencia de la comunidad clarisa en Belorado se suma a la imposibilidad del Ministerio del Interior de convertir una congregación religiosa en asociación civil, lo que las deja al margen de la ley.
Asimismo, su renuncia se produce igualmente por la negativa de la mayor parte de las exmonjas a pasar una entrevista con los asistentes sociales de Belorado de cara a evaluar su situación de vulnerabilidad. Ante esta circunstancia, los servicios sociales entienden que no están afectadas por ninguna situación vulnerable y así han informado al Arzobispado.
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