Las autoridades de Filipinas han emitido este viernes una alerta en varias regiones del norte y centro del país ante la llegada del tifón Man-yi, también conocido localmente como Pepito. Con el sureste de la península ibérica todavía en vilo por la tragedia de la DANA, el calentamiento de los océanos ahora amenaza con traer más desgracias al archipiélago del Pacífico. Se trata del cuarto tifón que asola el país, al que se añaden Trami y Kong-rey, que golpearon el territorio a finales de octubre y dejaron 162 fallecidos entre ambos, así como un reguero de destrucción.

Este sistema de tormentas, que se desplaza a unos 620 kilómetros de la costa con vientos sostenidos de 130 km/h, podría impactar el territorio el próximo fin de semana, de acuerdo con el último informe de la Agencia de Meteorología de Filipinas (PAGASA).

Man-yi sería el sexto ciclón en azotar el archipiélago en menos de un mes, un fenómeno que la NASA ha calificado como "inusual". PAGASA ha advertido sobre un posible incremento en la intensidad de la tormenta y señala que podría llegar a la categoría de "súper tifón" antes de su impacto en Luzón, la isla más grande y poblada del país.

Cuatro tifones simultáneos

La alerta temprana busca preparar a las comunidades locales para enfrentar el embate del tifón y reducir riesgos, dado que el territorio ya se encuentra debilitado tras los recientes ciclones. Cuatro tifones se han abierto paso a la vez esta semana por el Pacífico Occidental, un hecho inaudito desde que comenzaron los registros en 1951, según confirmó este martes la Agencia Meteorológica de Japón.

Las imágenes por satélite del Centro Conjunto de Alerta de Tifones de EEUU muestran las cuatro tormentas abarcando la cuenca del Pacífico occidental, desde Vietnam hasta Guam –la isla más grande del archipiélago de las Marianas–. Estos eventos climáticos han sido bautizados como Yinxing, Toraji, Usagi y Man-Yi.

Filipinas es azotada cada año por múltiples tormentas, pero el ritmo implacable de los sucesivos ciclones del último mes ha complicado los esfuerzos de recuperación y miles de personas permanecen en refugios de evacuación.

El tifón Yinxing asoló el noreste de Filipinas el pasado jueves, 7 de noviembre, con vientos equivalentes a los de un huracán de categoría 4 en el Atlántico. No hubo víctimas mortales, pero la tormenta provocó lluvias torrenciales, mareas violentas y corrimientos de tierra. Tras atravesar Filipinas y adentrarse en el mar de China meridional, Yinxing se desvió hacia el oeste, hacia la provincia china de Hainan, antes de virar hacia Vietnam, donde actualmente desata fuertes lluvias.

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., visitó las comunidades de Cagayan e Iloco Norte, afectadas por el tifón Yinxing. "Aunque estamos realmente agradecidos de que no se perdieran vidas, los daños que dejó tras de sí han afectado a hogares, escuelas y medios de subsistencia", expresó Marcos ante los residentes en Cagayán, mientras repartía paquetes de alimentos y ayuda este domingo. "Mientras nos centramos en la recuperación, también nos preparamos para otra tormenta que pueda llegar".

Al día siguiente, el tifón Toraji llegó la costa oriental de la provincia de Aurora, en la isla filipina de Luzón, con vientos equivalentes a los de un huracán atlántico de categoría 1. El evento provocó la evacuación de miles de personas. Después se fue debilitando a medida que se desplazó por el mar de China meridional. 

Filipinas se prepara para otra gran tormenta, la tercera en cinco días. La tormenta tropical Usagi fue la tercera qu asoló Filipinas en cinco días. Este martes se encontraba a unos 750 kilómetros (460 millas) al noreste de Luzón y se convirtió en tifón a lo largo de la jornada, según se acercaba al archipiélago.

El cuarto tifón es Man-Yi, que este martes todavía tenía la categoría de tormenta tropical, pero que se espera que alcance el noreste de Filipinas este fin de semana. Con ello, el país se prepara para una nueva oleada de fuertes lluvias y vientos, así como mareas peligrosas.