Un operario de 56 años falleció el pasado viernes por un golpe de calor mientras trabajaba en Móstoles, municipio de la Comunidad de Madrid. El trabajador alcanzó los 42,9 grados de temperatura corporal, según el sindicato UGT.

El individuo se desvaneció ante sus compañeros, quienes relatan que la temperatura de la nave en la que trabajaban habría podido alcanzar los 46 grados. Estos, tras ver que "le hablaban y no respondía muy bien", llamaron al Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA) antes de que desfalleciera y empezara a convulsionar.

El SUMMA, a su llegada a la nave, recuperó al hombre de una parada cardiorrespiratoria tras sufrir convulsiones y lo estabilizó. Posteriormente, este fue trasladado al hospital Universitario de Móstoles "en estado crítico", donde finalmente falleció sobre las 2.30 horas de la madrugada del sábado. Según Emergencias, todo indica que el trabajador sufrió una hipertermia —aumento de la temperatura corporal hasta alcanzar niveles anormalmente altos—, ya que los síntomas eran compatibles con un golpe de calor.

Este es el segundo caso de un fallecimiento por las temperaturas extremas en jornada laboral después de que durante la madrugada del sábado falleciera un operario municipal de la limpieza. El hombre, de 60 años, sufrió un golpe de calor mientras trabajaba en el distrito de Puente de Vallecas. 

El fallecimiento de este operario de limpieza ocurrió sobre las 17.30 horas, y la temperatura corporal del fallecido alcanzó los 41,6 grados. Este fue trasladado en estado grave al Hospital Gregorio Marañón tras sufrir la hipertermia en la avenida de San Diego.

El trabajador tenía un contrato de un mes de duración y habitualmente tenía el turno por las mañanas, pero ese día se lo había cambiado a un compañero. Esta semana arrancarán las investigaciones por parte de la inspección de trabajo por el fallecimiento. Los sindicatos afirman que un protocolo de prevención adecuado para las altas temperaturas podría haber evitado esta muerte.