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Medición, adaptación e información: cómo afrontar desastres naturales como la DANA

Voces expertas abogan por invertir en el desarrollo de observaciones en tiempo real, elaborar planes urbanísticos adecuados para la nueva realidad climática y garantizar el acceso al conocimiento medioambiental a la ciudadanía.

Una mujer realiza labores de limpieza junto a vehículos destrozados tras el paso de la DANA por el barrio de La Torre de València, a 30 de octubre de 2024.
Una mujer realiza labores de limpieza junto a vehículos destrozados tras el paso de la DANA por el barrio de La Torre de València, a 30 de octubre de 2024. Rober Solsona / Europa Press

Cuando científicos y activistas advierten de las consecuencias de la crisis medioambiental, se refieren a desastres como el acaecido este miércoles en el este y sur de la península ibérica. Una DANA se ha saldado con casi un centenar de vidas, múltiples desaparecidos y heridos, así como una cantidad abrumadora de daños en las infraestructuras. "Ya no hay lugar para el negacionismo climático", expresa a este medio Marta Olazabal, investigadora del centro vasco para el cambio climático BC3. Es indiscutible que se deben tomar medidas para evitar que estos fenómenos supongan una gravedad mayor. Los expertos identifican tres líneas: la medición meteorológica, la adaptación de las ciudades y el acceso de la ciudadanía a la información.

La zona del mediterráneo es propensa a sufrir inundaciones derivadas de tormentas intensas como las danas. No es ninguna mentira, pero este dato se utiliza de manera falaz para tratar de minimizar la realidad de los daños. Desde Londres, Rafael Jiménez, consejero en Democracia Medioambiental de la Fundación Westminster para la Democracia (WFD), señala: "Si sabemos que esta clase de eventos suceden cada cierto tiempo, significa que se pueden prevenir".

La catedrática de Física de la Atmósfera en la Universitat de Barcelona, Carme Llasat, apunta en declaraciones a este diario que, si bien fenómenos tan devastadores como el de este miércoles son poco probables, aumentarán su frecuencia como consecuencia de la crisis medioambiental. "Aunque la atribución de estos fenómenos a la emergencia climática es compleja, los episodios torrenciales y catastróficos son cada vez más frecuentes e intensos", señala también Ecologistas en Acción en un comunicado.

Olazabal lamenta que "se está politizando la acción –o inacción– climática y utilizándola como un arma electoral, con consecuencias muy graves y directas para la salud de las personas". La investigadora apunta que "el problema de los eventos extremos es que pueden ocurrir hoy y otra vez mañana, o dentro de un mes. Hay una alta incertidumbre sobre cuándo van a suceder".

Mediciones en tiempo real

España es un país particularmente vulnerable a las consecuencias de la crisis climática. Junto al sur de Francia e Italia, es de las regiones europeas que más sufre las transformaciones medioambientales, según indica a Público  el meteorólogo y exdelegado de la Aemet en Navarra Peio Oria.

"En episodios como este surge la necesidad de establecer medidas más eficaces de respuesta temprana por parte de las administraciones públicas", destacan desde Ecologistas en Acción. Oria lamenta la falta de inversión española en sistemas de mediciones, con una Aemet que ha visto sus recursos "diezmados".

El físico aboga por desarrollar sistemas de predicción como el nowcasting, que consiste en observaciones a tiempo real. Esto permite realizar previsiones a una o dos horas vista. Por su parte, Carme Llasat indica en que también harían falta mediciones de los caudales de los ríos. Todo ello contribuye a mejorar los protocolos de avisos meteorológicos, que para Oria "son un elemento crucial".

Adaptar las ciudades a la nueva realidad climática

De acuerdo con Olazabal, la actual planificación de las ciudades agrava los problemas derivados de esta clase de eventos catastróficos. La experta critica una "urbanización densa en espacios inundables, que no es capaz de evacuar agua de una forma lo suficientemente rápida para evitar daños humanos y económicos".

En declaraciones a Público, el doctor en Geología por la Universidad de Zaragoza Antonio Aretxabala señala que estrategias como los embalses o la desviación de los ríos proporcionó a la población una "falsa sensación de seguridad" para vivir en zonas inundables. El científico arguye que esta clase de medidas podrían haber tenido sentido para una realidad climática "que ya no existe".

La investigadora del BC3 apuesta por "regenerar la infraestructura urbana, la edificación e integrar soluciones basadas en la naturaleza que nos permitan tener una mayor capacidad de respuesta". Entre las posibles líneas de acción, Olazabal destaca el aumento de suelo permeable, que absorbe el agua con mayor facilidad, evitando inundaciones. 

Información para el empoderamiento climático

La información es también un punto clave para actuar en esta materia. Rafael Jiménez indica que trabajar para tener una población correctamente concienciada forma parte de la "democracia medioambiental, que busca el empoderamiento climático ciudadano (ACE, por sus siglas en inglés).

"Las autoridades públicas tienen la responsabilidad de asegurar que los ciudadanos tienen acceso a información de la máxima fiabilidad posible sobre los riesgos medioambientales y climáticos a los que se enfrentan", afirma el miembro de la Fundación Westminster para la Democracia.

En este punto coincide Carme Llasat. Además, la catedrática de la Universitat de Barcelona recuerda a la ciudadanía que debe ser consecuente con las precauciones que comunican las autoridades competentes –como, por ejemplo, no transitar por zonas cortadas–. Pero Jiménez insiste: "Si la gente no tiene acceso a la información climática, implica un desempoderamiento".

En realidad, estas tres medidas se retroalimentan entre sí. Unos buenos sistemas de observación y medición permiten mejorar los protocolos de alerta temprana. Todo ello redunda en una población con mayor acceso al conocimiento meteorológico, contribuyendo a su concienciación. De este modo, no solo podrán exigir mejoras en los planes urbanísticos, sino que las decisiones que tomen en el ámbito urbanístico, como comprar una vivienda más cerca o más lejos de un espacio inundable, tendrá un criterio más perfilado. 

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