MADRID
Actualizado:Tras la incautación por parte de Italia del barco Open Arms, de la ONG espñaola Proactiva, tan sólo queda un buque de rescate humanitario de migrantes y refugiados en el Mediterráneo de Central, una ruta migratoria en la que más de 15.000 personas han muerto o desaparecido en los últimos cuatro años. El Aquarius, fletado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée, ha rescatado a más de 3.600 personas entre septiembre y diciembre del pasado año, frente a las más de 5.600 que salvó en el mismo periodo del 2016. Un descenso que, según explica Hernán del Valle, coordinador de MSF desde Holanda de esta misión humanitaria, no se debe a que haya menos personas tratando de llegar a Europa, sino a la financiación europea para que Libia frene las salidas desde sus costas e intercepte las pateras y a las zancadillas que Italia está colocando a las labores de las ONG.
Según denunció recientemente MSF, buques de la Armada italiana se han desplegado en aguas territoriales libias como parte de "una estrategia europea más amplia para acordonar sus costas y contener a refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en un país en el que están expuestos a una violencia y explotación extremas y generalizadas". Mientras tanto, a bordo del Aquarius, el personal médico sigue rescatando y atendiendo a personas con lesiones sufridas durante su estancia en Libia y escuchando sus relatos de violencia y maltrato a manos de traficantes, grupos armados y milicias. Este cooperante explica a Público cómo ha cambiado el escenario en la ruta migratoria más peligrosa del mundo desde que MSF empezó a trabajar en el Mediterráneo en 2015
Vuestro barco 'Aquarius' es el único que sigue rescatando a personas en el Mediterráneo Central, ¿a qué se debe la desaparición de las ONGs en esta ruta?
Claramente ha habido una campaña en varios frentes para criminalizar la acción de las ONGs que están rescatando y ayudando a los migrantes y refugiados. Estamos sufriendo investigaciones judiciales motivadas políticamente, como le ha ocurrido al Open Arms y, antes, al Iuventa. Hoy por hoy las ONGs que intentan trabajar allí se las ven muy difícil.
¿Cómo valoras la incautación del barco 'Open Arms'?
Se les acusa de algo poco claro. De hecho, aún no tienen claro ellos mismos los cargos que se les imputan. La Fiscalía italiana dice que cooperan o favorecen el tráfico de personas. Antes se había empezado a difundir el mismo discurso desde medios de prensa, que afirman que las ONGs no estamos rescatando a personas, sino trayéndolas ilegalmente a Italia. El discurso no está sólo en la prensa, sino en boca de muchos políticos en la Unión Europa (UE). Ahora hay causas judiciales que apuntan a lo mismo y como resultado tenemos barcos encadenados en puertos con orden judicial de no poder salir a rescatar a la gente.
MSF lleva desde 2015 rescatando personas en la zona, ¿cómo se trabaja ahora? ¿Se puede rescatar de la misma manera que al principio?
No. Yo llevo desde el principio este tipo de misiones. Siempre hemos trabajado con total transparencia y en comunicación constante con las autoridades italianas. Lo que ha ocurrido ahora es que las operaciones de rescate en el Mediterráneo se han transformado en una operación de retorno de personas. Hoy por hoy la prioridad de Italia y la UE es favorecer la intercepción y devolución de migrantes y refugiados a Libia a cualquier precio.
"Las operaciones de rescate en el Mediterráneo se han transformado en una operación de retorno de personas"
Se trabaja en un contexto en el que, cuando hay una patera que necesita auxilio, se les pide a las ONGs que no la rescaten, sino que esperen a que llegue la Guardia Costera libia o, como les pasó a los compañeros de Proactiva, que entreguen directamente a los rescatados a los guardacostas libios. No porque eso sea mejor para la gente o para la seguridad del rescate ni por cualquier razón operativa, sino porque los barcos de Libia van hacia el sur (África) y no hacia el norte (Europa). Hay que recordar que la Guardia Costera libia ha sido financiada por la UE y tiene un larga historia de intimidación y amenas en la zona.
¿Qué tipo de intimidaciones habéis sufrido?
En 2016 un barco de MSF fue abordado y atacado a disparos por la Guardia Costera libia. En 2017 casi chocan contra un barco de Sea-Watch. Nosotros siempre tenemos una comunicación muy tensa con ellos por radio, nos dicen que nos alejemos de donde están ellos, cuando nosotros nunca entramos en aguas territoriales libias. El problema es que ellos salen ahora mucho más de sus aguas y no tienen problemas en intimidarnos. Las autoridades italianas, en el otro punto de mar, están ahora siguiendo la misma lógica que los libios.
¿Quiénes son los guardacostas libios?¿Hasta dónde llega su autoridad en este mar?
Es una guardia costera de un país muy convulso, con grandes problemas internos. Nosotros siempre hemos pedido más capacidad de rescate en el mar, no nos oponemos a que ellos realicen rescates.
"Las personas recluidas en los campos de detención de Libia sufren abusos físicos y psicológicos, torturas, violencia sexual y extorsión"
El problema es el rol que realmente juegan ellos. Su objetivo no es rescatar, sino llevar a las personas de nuevo a Libia. MSF trabaja desde hace dos años en centros de detención de inmigrantes y refugiados en Libia y nuestro personal ha reportado que son centros de detención arbitraria, donde las personas sufren abusos físicos y psicológicos, torturas, violencia sexual, extorsión para poder salir de ahí... Y la Guardia Costera libia es el mecanismo por el que se intercepta y se lleva ahí de nuevo a estas personas.
¿Hay alguna normativa que os obligue a devolver a los rescatados a Libia?
No hay ninguna obligación. Nuestra misión es rescatar y llevar a la gente hasta un puerto seguro, y no consideramos que en Libia haya ningún puerto seguro para los rescatados. Esta es la mayor dificultad ahora mismo, porque el centro de coordinación de rescates de Roma se ha transformado en un centro de retorno de personas. Eso es lo que le pidieron a Proactiva hace una semana. Por eso no estoy de acuerdo de ninguna manera con lo que se le imputa a Proactiva. Ellos han hecho lo que tenían que hacer.
"Roma está colocando a las ONGs en una situación imposible"
Roma está colocando a las ONGs en una situación imposible: o se obedece su orden de no rescatar o de devolver a la gente a los libios, o no hacerlo —como hizo Proactiva— y luego enfrentar una causa judicial y la incautación de un barco. Es una situación destinada a paralizar a las ONGs más que ha favorecer el bienestar de las personas.
MSF llegó a tener hasta tres barcos en el Mediterráneo, ¿por qué decidisteis dejar sólo uno ?
Cuando empezó esta deriva de los gobiernos europeos de cooperar con Libia para el retorno de migrantes, el número de rescates se redujo temporalmente y decidimos quitar un barco. Después suspendimos otro al final de su temporada. Hoy estamos viendo claramente que hay espacio para más barcos. La gente sigue cruzando, sigue intentando salir de allí en números mayores o menores, según la época del año, osea que debemos seguir aquí trabajando. Lo que no sabemos es si tendremos la capacidad de hacerlo, porque no tenemos claro que el espacio político sea adecuado. Sin la cooperación de los puertos italianos es imposible. Por eso denunciamos la situación, porque la gente intenta salir de Libia, de condiciones de pesadilla, y llevarlos allí de nuevo es inaceptable.
Si hubiera que poner un punto de partida a esta deriva europea que denunciáis , ¿cuándo sería?
Esta pregunta merece mucha más investigación de lo que te pueda decir yo. Desde mi punto de vista, parte de una informe de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) en el que decía que, mientras estuvieran las ONGs ahí, había un alto riesgo de cooperación con el trafico ilegal de personas. Eso llegó a la prensa de forma motivada, porque no hay que olvidar que esto entra dentro de la dinámica electoral y política de diversos países europeos.
"Con la inmigración asistimos a un contradiscurso bastante peligroso y lamentable"
Antes de las elecciones, muchos partidos toman la causa de la inmigración como una de las principales, con posiciones muy polarizadas. Dentro de esta dinámica llegó la campaña de Defend Europe, de la extrema derecha, que llevó un barco al Mediterráneo para frenar a los de las ONGs. Lo que vemos al final es un contradiscurso bastante peligroso y lamentable, porque la gente sigue necesitando rescates.
Otro asunto muy criticado por las organizaciones humanitarias fue el código de conducta que impuso Italia para los barcos de rescate, ¿en qué consistía?
Dentro de esta lógica, el código de conducta vino después de todo. Fue una suerte de "solución" que ofreció el gobierno italiano. Primero se instaló la narrativa de que las ONGs colaboraban con la inmigración ilegal y, antes de elecciones, el Gobierno de Italia nos vino con un código para supuestamente regularizar las acciones de las ONGs, cuando en todo momento habíamos estado rescatando en cooperación directa con Roma, con periodistas a bordo, de la manera más transparente y siguiendo siempre las instrucciones italianas. No había un sistema desorganizado, todo era legal y estaba la vista. El código fue un intento de solucionar algo que se pintaba de irregular pero que nunca lo fue. En ese momento dijimos que, si tenía que haber un código de conducta, éste también debía incluir cosas como que la gente no fuera devuelta a Libia. Nunca estuvieron dispuestos a incluirlo, así que ese papel no aportaba nada a los rescates.
"Lo peor es que las ONGs que firmaron el código de conducta también están sin poder operar"
Nosotros decidimos no firmarlo, pero lo peor es que otros, como Proactiva Open Arms, sí lo firmaron, pero eso no hay impedido que hoy estén sin poder operar. El código fue un paso más en una campaña muy efectiva. El discurso de lo que pasa con los migrantes y refugiados se enfoca más en el rol de las ONGs que en el del gobiernos europeos que están apoyando a la Guardia Costera libia, con conocimiento pleno de lo que está ocurriendo allí.
¿Se plantea MSF abandonar el Mediterráneo en estas circunstancias?
Nuestro compromiso sigue siendo el mismo: mientras haya personas que necesiten ser rescatadas, nosotros vamos tener el barco ahí. Hasta que nos dejen, hasta que nos toque a nosotros ser el blanco de un ataque o de un bloqueo en puerto, podremos hacerlo. No vamos a parar, seguiremos haciendo lo que tenemos que hacer y nunca vamos a desembarcar o transferir gente a Libia, no queremos ser parte de esa política.
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