En el vasto mundo digital, las estafas en internet se han convertido en una amenaza omnipresente. Los ciberdelincuentes han perfeccionado sus tácticas, adoptando diversas formas de fraude que van desde el conocido phishing, en el que se hacen pasar por personas de confianza para obtener información personal, hasta los fraudes románticos, donde los estafadores utilizan perfiles falsos para enamorar a sus víctimas y conseguir dinero.

Una de las tácticas que está a la orden del día es el hackeo de cuentas en redes sociales. Los hackers roban la cuenta a una persona y se hacen pasar por ella para quitar dinero a los seguidores más desprevenidos.

Todo comienza de la siguiente manera: la víctima recibe un correo electrónico que indica que su dirección de email ha sido añadida a una cuenta de Instagram ya existente, solicitándole un código para verificar su identidad. Apenas un minuto después, llega otro correo electrónico advirtiendo de un intento de inicio de sesión en su cuenta, con un nuevo código de verificación.

Dos minutos más tarde, otro mensaje informa que alguien ha accedido a su cuenta desde un nuevo dispositivo ubicado en Nigeria. En ese momento, el hacker cambia la contraseña y activa la autenticación en dos pasos, blindando  la cuenta contra cualquier intento de recuperación por parte del legítimo propietario.

Sólo se necesitan tres minutos para que los hackers tomen el control total de una cuenta. Si la víctima no está usando su dispositivo en ese preciso momento, es muy probable que ni siquiera se percate del hackeo. Para empeorar la situación y no levantar sospechas, los hackers eliminan estos correos de alerta en cuanto obtienen acceso a la cuenta, reduciendo aún más las probabilidades de que la víctima descubra lo que ha sucedido.

¿Qué podemos hacer si nos encontramos ante una situación como esta? Y, ¿qué se esconde detrás de estas estafas? Lo desvelamos en el vídeo.