Este artículo se publicó hace 3 años.

Gustavo Duch: "Tenemos que adaptar el sistema alimentario a la realidad de cada ecosistema"

13/06/2022 - L'activista per la sobirania alimentària Gustavo Duch, retratat per l'entrevista de 'Públic'.
El activista por la soberanía alimentaria Gustavo Duch, retratado para la entrevista de 'Público'. Público

Barcelona--Actualizado a

Publicidad

En los últimos meses el precio de alimentos básicos como el trigo o el maíz se ha incrementado muchísimo, en algún caso hasta niveles inéditos durante el siglo XXI. La guerra de Ucrania ha acentuado la situación, pero la problemática ya venía de antes por el encarecimiento de los carburantes o de los fertilizantes nitrogenados, derivados del gas. ¿La crisis alimentaria global es inevitable?

Publicidad

Sin embargo, como siempre, el impacto va por barrios, y a corto plazo es especialmente acentuado en países del sur altamente dependientes de las exportaciones de grano de Ucrania y Rusia, como Egipto, Sudán, Líbano, Argelia... Todo ello agrava las desigualdades globales.

Una situación como ésta tiene un enorme potencial disruptivo. En parte, el origen de las primaveras árabes de 2011 era el encarecimiento del pan y de los alimentos básicos. ¿Se pueden repetir estas revueltas?

Publicidad

Ha pasado más de una década desde el 15-M, cuestiones como las crisis climática o energética se han hecho mucho más evidentes y existe este horizonte presente que el tiempo se agota mientras que el sistema actual no da respuestas y las reformas cosméticas ya no sirven. ¿Toca ir a la raíz del problema?

¿Cuáles son los principales problemas que genera el actual sistema alimentario, básicamente industrial?

Para resumirlo de algún modo, es un sistema en el que el poder se concentra en muy pocas manos y que sirve para maximizar los beneficios de estos actores, pero no para resolver necesidades humanas.

Publicidad

Cita el lema de Vía Campesina, pero la realidad es que la mercantilización de los alimentos ha ido a más y funcionan como un producto financiero en los mercados de futuros. La especulación alimenticia de la gran banca y de fondos de inversión globales es un hecho.

Para definir el actual sistema hay expertos que dicen directamente que "comemos combustibles fósiles". Ahora bien, si éstos son cada vez más escasos y más caros, como estamos viendo, tenemos un problema y grave.

Claro, pero no se puede hacer una transición hacia un modelo diferente de un día para otro y si hay un colapso quien más lo sufrirá serán las clases populares.

Publicidad

Para realizar una transformación como la que plantea sería necesaria una gran voluntad política, porque no parece haberla por parte de las grandes empresas del sector. ¿Ve esa voluntad?

Publicidad

¿Si tuviéramos que dibujar un sistema alimentario equilibrado que realmente funcionara cómo debería ser?

¿Comparte la sensación de que mientras la idea de soberanía alimentaria ha ganado peso en los relatos y apoyo ciudadano, cada vez hay menos pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas y las grandes explotaciones industriales avanzan?

Parece claro, por tanto, que ganar posiciones en la narrativa, en el relato, no es suficiente para conseguir un cambio profundo.

Publicidad

Uno puede pensar que lo que plantea es utópico, pero ¿quizás en el momento en que estamos si no avanzamos hacia la utopía nos abocamos al caos?

Marc Font

Periodista con formación en economía social y solidaria, es coordinador de Públic. Trabajó en medios como la Directa o Crític y en Producciones del Barrio, entre otros. Escribe sobre política catalana, movimientos sociales, medio ambiente y emergencia climática, memoria democrática y economía. Antes, ejerció como freelance en Irlanda, Palestina y Uganda. Periodista amb formació en economia social i solidària, és coordinador de Públic. Ha treballat en mitjans com la Directa o Crític i a Producciones del Barrio, entre d'altres. Escriu sobre política catalana, moviments socials, medi ambient i emergència climàtica, memòria democràtica i economia. Fa uns anys va exercir com a freelance a Irlanda, Palestina i Uganda.

Comentarios de nuestros suscriptores/as