madrid
El tamaño de las poblaciones de animales vertebrados ha sufrido un catastrófico declive del 73% en apenas 50 años –de 1970 a 2020–. Las poblaciones de especies de agua dulce son las que han sufrido el mayor declive, con una caída del 85%, seguidas de las terrestres (69%) y las marinas (56%). Así lo confirma el informe Planeta Vivo 2024 que WWF publica este jueves.
El índice Planeta Vivo muestra una disminución promedio del 73%, pero esto se refiere a una tendencia en el conjunto de las poblaciones de vertebrados vigiladas, según enfatiza en declaraciones a Público Luis Suárez, coordinador de Conservación en WWF. "No se refiere a una pérdida de individuos", insiste.
El estudio, elaborado en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres, analiza casi 35 000 tendencias poblacionales de 5495 especies entre 1970 y 2020. La degradación y pérdida de hábitats, impulsada principalmente por nuestro sistema alimentario, es la amenaza más señalada en cada región, seguida de la sobreexplotación, las especies invasoras y las enfermedades.
Suárez también destaca, entre los factores implicados, la contaminación y el cambio climático. Con respecto a las enfermedades, indica que se trata de un agente al que se le presta más atención desde la pandemia de la covid-19. Además, está relacionado con las especies invasoras, ya que ahora los mosquitos del sur llegan al norte y propagan dolencias para las que antes el frío servían como dique de contención.
Cuando los ecosistemas sufren daños, dejan de proporcionar a la humanidad los beneficios de los que dependemos –como el aire limpio, agua y suelos sanos para la alimentación– y pueden volverse más vulnerables ante perturbaciones e impactos y llegar a puntos de inflexión. Esto se produce cuando un ecosistema supera un umbral crítico que provoca un cambio sustancial y potencialmente irreversible.
Peligrosos puntos de inflexión global
Aunque todavía queda tiempo, el informe advierte de que el planeta se acerca a puntos de inflexión que plantean graves amenazas. Cuando la acumulación de impactos ambientales supera cierto umbral, se generan cambios en el entorno de manera sustancial, abrupta e irreversible. Las consecuencias pueden ser catastróficas, con daños en los sistemas que soportan la vida en la Tierra y una inestabilidad social generalizada en el mundo.
WWF menciona dos ejemplos en este sentido. El primero es la extinción de la selva amazónica. Esta alberga más del 10% de la biodiversidad terrestre de la Tierra, almacena entre 250.000 y 300.000 millones de toneladas de carbono y es hogar de más de 47 millones de personas. Su deforestación conlleva una reducción de las lluvias, por lo que de continuar así, junto con el impacto de la crisis climática, se podrían dar cambios "devastadores, con pérdidas de biodiversidad y valor cultural", alerta el estudio.
La deforestación amazónica provocaría "pérdidas de biodiversidad y valor cultural", según el informe
Además, un cambio de esta magnitud también aceleraría el cambio climático global, ya que la Amazonía pasaría de ser un sumidero de carbono a una fuente de emisiones a través de incendios y la muerte de plantas. Hasta 75.000 millones de toneladas de carbono podrían liberarse a la atmósfera, lo que haría imposible alcanzar el objetivo de mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 1,5 °C con respecto a la temperatura preindustrial, tal y como los gobiernos internacionales pactaron en 2015 mediante el Acuerdo de París.
El segundo punto de inflexión que WWF ilustra en su estudio es la extinción de los arrecifes de coral. . El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha predicho que del 70% al 90% de los arrecifes de coral se extinguirán incluso con un aumento de 1,5 °C de la temperatura global.
La pérdida de algunos de los ecosistemas más biodiversos del planeta tendría graves consecuencias sociales y económicas. De acuerdo con el informe, cerca de 330 millones de personas dependen directamente de los arrecifes para protegerse contra oleajes, como fuente de alimentos y medio de vida, entre otros beneficios.
De acuerdo con Suárez, "no sabemos a ciencia cierta cómo de cerca estamos de alcanzar los puntos de inflexión", pero alerta de que "la capacidad de reacción es cada vez menor". El experto admite que es difícil ponerle una fecha exacta a los límites de los umbrales, pero todo apunta a que, con mayor o menor velocidad, nos acercamos a ellos.
"La naturaleza está pidiendo auxilio. Las crisis vinculadas de la pérdida de la naturaleza y el cambio climático están empujando a la vida silvestre y a los ecosistemas más allá de sus límites", afirma en una nota de prensa Kirsten Schuijt, directora general de WWF Internacional.
Los objetivos mundiales, lejos de alcanzarse
Desde WWF señalan que la comunidad internacional está muy alejada de cumplir con los objetivos climáticos para 2030. Entre ellos se incluyen, además del compromiso de no superar la temperatura global más de 1,5 grados, detener y revertir la pérdida de biodiversidad, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La organización denuncia que "las estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad son inadecuados y carecen de apoyo financiero e institucional". En este sentido, considera que los compromisos locales "están muy por debajo de lo necesario" para cumplir las metas pactadas para el año 2030.
"Haca falta una mayor ambición", reclama Suárez en declaraciones a este medio. Precisamente la falta de ambición en materia medioambiental es lo que ha llevado a varios grupos ecologistas a poner en marcha el primer litigio climático en España que llega al Tribunal Constitucional. Esta demanda acusa al Estado de vulnerar el derecho a la vida y a la integridad física, recogido en el artículo 15 de la Constitución española. "Hay que poner en práctica todas las estrategias", valora Suárez al respecto.
No todo está perdido. "Sabemos qué hacer y sabemos que, si se le da la oportunidad, la naturaleza puede recuperarse", subraya en un comunicado Andrew Terry, director de Conservación y Políticas de LA Sociedad Zoológica de Londres. "Lo que necesitamos ahora es un aumento de la acción y la ambición. Tenemos cinco años para alcanzar compromisos internacionales para restaurar la naturaleza para 2030", remata.
Cuatro transformaciones sostenibles, según WWF
1. La conservación
Las áreas protegidas cubren actualmente el 16% de las tierras del planeta y el 8% de sus océanos. Los países deben extender, mejorar, conectar y financiar adecuadamente sus sistemas de áreas protegidas, respetando los derechos y necesidades de las personas. Los esfuerzos de conservación solo tendrán éxito a largo plazo si tienen en cuenta los
derechos, necesidades y valores de los pueblos indígenas y las comunidades locales. También es esencial una conservación más
efectiva fuera de las áreas protegidas.
2. El sistema alimentario
La producción de alimentos es una de las principales razones del declive
de la naturaleza: utiliza el 40% de toda la tierra habitable, es la principal causa de pérdida de hábitat, representa el 70% del uso del agua y es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se necesita una acción coordinada: fomentar una producción positiva que proporcione suficiente comida para todas las personas y permita, al mismo tiempo, que la naturaleza prospere.
3. El sistema energético
La forma en que producimos y consumimos energía es el principal
causante del cambio climático. Debemos hacer una transición rápida de los combustibles fósiles a la energía renovable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad para 2030 y mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance. En los próximos cinco años,
necesitamos triplicar la energía renovable, duplicar la eficiencia energética, electrificar del 20% al 40% de los vehículos ligeros y modernizar las redes eléctricas para una transición energética rápida, verde y justa.
4. El sistema financiero
Redirigir las finanzas lejos de actividades dañinas y hacia modelos
y actividades empresariales que contribuyan a los objetivos mundiales
sobre naturaleza, clima y desarrollo sostenible es esencial para garantizar un planeta habitable y próspero. La financiación verde
implica movilizar fondos para la conservación y el impacto climático a
gran escala, mientras que hacer más verdes las finanzas implica alinear los sistemas financieros para cumplir con los objetivos de naturaleza, clima y desarrollo sostenible.
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