La preocupación de las familias del colegio público madrileño Ciudad Pegaso por la seguridad y bienestar de sus niños no deja de aumentar. El edificio se cae literalmente a pedazos y, pese a las advertencias de los informes técnicos sobre su mal estado, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso todavía no se ha decidido a tomar medidas.

El último estudio del Servicio de Medio Ambiente y Escena Urbana del Ayuntamiento de Madrid, al que ha tenido acceso Público, señala que cabe la posibilidad de que el deterioro del centro haya podido llegar a afectar a la estructura. Una situación que ya ha comprometido la seguridad de una trabajadora del centro y que el día de mañana podría poner en riesgo al resto de la comunidad educativa.

El Ciudad Pegaso está ubicado en el distrito San Blas (Madrid) y se edificó en los años 60. El suelo sobre el que se alzó en su momento es un terreno arcilloso, poco estable, que ha provocado que los edificios de viviendas de alrededor se hayan tenido que someter a obras de rehabilitación integral. En el colegio, sin embargo, no se han llevado a cabo esas reformas.

En estos momentos, el Ciudad Pegaso es el colegio de la capital que más amianto tiene, con tres kilómetros y medio de chapas de uralita instaladas en el tejado. Aunque está recubiertas de otras chapas de color azul, el desgaste provocado por la falta de mantenimiento y el paso del tiempo las ha ido agrietando hasta tal punto que el agua llega a colarse al interior de las clases.

"Desde hace un año y medio, hay un aula de niños de 1º de Primaria, de seis y siete años, que está cerrada, inutilizable, por este motivo. Ahora estos estudiantes dan clase en la biblioteca porque ahí no pueden. Así que ahora mismo el centro no tiene un espacio de biblioteca como tal", ha explicado a Público Patricia Maestro, secretaria del AMPA del centro.

Las humedades en las aulas, el agua cayendo del techo, las puertas y ventanas descuadradas debido al vencimiento de los muros, los azulejos desprendidos, los inodoros rotos por el desplazamiento de los suelos o las inundaciones en los patios forman parte de la cotidianidad de los alumnos del Ciudad Pegaso. 

Una conserje lesionada por una puerta vencida

La normativa establece que la responsabilidad de la conservación y el mantenimiento habitual del edificio del colegio corresponde a la Junta Municipal del Distrito, pero "en el momento en que se supera un importe determinado, este caso el coste de la rehabilitación rondaría los 15.000 euros, corresponde a la Comunidad de Madrid", ha detallado Maestro.

En julio del año pasado, los servicios técnicos de la Junta enviaron un informe donde se expresaba la "necesidad urgente" de reparación de varias de las grietas detectadas. Tres meses después, volvieron a examinar el centro y emitieron otro informe donde se solicitaba a la Comunidad de Madrid un estudio pormenorizado de las patologías "para descartar que no exista afectación estructural". Este mismo documento constataba un empeoramiento de las grietas y nuevos desplazamientos en las paredes y suelos. 

"El problema es que no sabemos cuál es el riesgo que existe. Si sucede cualquier desgracia, ¿quién se hará responsable?", se preguntan desde el AMPA. "Unos baños han estado cerrados durante algo más de un año por riesgo a que se desprendan los azulejos. Estamos hablando de que 165 niños no podían hacer uso de sus aseos. Este problema en concreto se ha solucionado con una obra de mantenimiento, pero sigue habiendo un termo colgado en una de las paredes con una grieta y la estructura puede volver a desplazarse", ha lamentado Maestro.

El vencimiento de una de las puertas del edificio del colegio, que usan alumnos de Educación Infantil y a los primeros cursos de Educación Primaria, provocó una lesión en el hombro a una de las conserjes hace unos meses. Una afección que la tuvo varias semanas de baja. El informe de prevención de riesgos laborales realizado a raíz de este incidente imperaba a arreglar la puerta y reconocía la existencia de un "alto riesgo de lesiones musculoesqueléticas".

Tanto la dirección del centro, como el equipo de conserjes y las familias han presentado quejas en la Consejería de Educación, a la Dirección de Área Territorial, a la Dirección General de Infraestructuras, mediante el Portal de Transparencia... En definitiva, han llamado a todas las puertas institucionales, pero no han obtenido respuesta alguna. "Es increíble que un colegio de gestión publica esté en esta situación de abandono", ha expresado Maestro.

El Ciudad Pegaso tiene escolarizados alrededor de 500 alumnos y es un centro de escolarización preferente para niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). A las familias les preocupa que en una situación de emergencia o si ocurriera algún incidente estos niños con TEA tuvieran problemas para poder proceder en una evacuación. También ponen de relieve las consecuencias que tiene en ellos el tener que cambiar forzosamente de clase debido a la degradación del muro.

Otro de los efectos de este contexto de precariedad es la alta rotación de la plantilla. "Los docentes prefieren irse a otros centros, es normal. De 30, 25 son interinos, con lo que implica para un proyecto educativo la falta de continuidad", ha afirmado Maestro.