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Francisco se asegura la continuidad de su pontificado con el nombramiento del 80% de los cardenales que elegirán a su sucesor

La Iglesia del futuro tendrá que poner la mirada en sus grandes desafíos, como el avance de la secularización en Occidente, la competencia con otras religiones y la renovación de su estructura interna que favorezca una mayor presencia de las mujeres.

El Papa Francisco en la basílica de San Juan de Letrán, durante una una asamblea con la diócesis de Roma, de que él es obispo. REUTERS/Remo Casilli
El Papa Francisco en la basílica de San Juan de Letrán, durante una una asamblea con la diócesis de Roma, de que él es obispo. Remo Casilli / REUTERS

La Iglesia del Papa Francisco, tras más de una década de pontificado, dejará huella. La era de Jorge Mario Bergoglio, ya cristalizada, un día dejará paso a un sucesor que tendrá que continuar su legado. Teniendo en sus manos, nada más y nada menos, que el camino de los católicos de todo el mundo; tras una época histórica marcada por el primer heredero de Pedro latinoamericano, argentino, jesuita y con el nombre de Francisco.

Muchas son las novedades, en los últimos días, que están protagonizando la vida dentro del Vaticano. Tan sólo esta semana: la nueva encíclica Dilexit Nos, la renovación del acuerdo bilateral con China en relación al nombramiento de los obispos en el país asiático y el cierre del Sínodo de la Sinodalidad. A medio plazo, en menos de dos meses, tendrá lugar la renovación del futuro Colegio Cardenalicio que elegirá al sucesor de Francisco. Todo ello, además, a las puertas del comienzo del próximo Jubileo de 2025.

¿Qué dirección tomará la Iglesia del futuro? Desde un punto de vista geográfico, seguirá la esencia fronteriza y periférica promovida por Francisco desde el inicio de su pontificado: así pues, una Iglesia menos europea y más universal. Como prueba de ello, será la fotografía del próximo Colegio Cardenalicio, es decir, del conjunto de purpurados que elegirán al próximo pontífice. Para el próximo 8 de diciembre, el Santo Padre ha convocado un nuevo consistorio en el que nombrará a una veintena de cardenales que se sumarán a los que ya tienen derecho, en el futuro, a escoger al sucesor de Francisco desde la Capilla Sixtina en Roma.

El 80% de los 141 cardenales electores de la Iglesia habrán sido directamente nombrados por el Papa Francisco: 57 europeos –entre ellos, 18 italianos, 10 españoles y 6 franceses–, 36 americanos –18 sudamericanos, 14 norteamericanos y 4 centroamericanos–, 26 asiáticos, 18 africanos y 4 oceánicos. Será, así pues, un cónclave mucho más internacional, pasando de los casi 50 países representados en el cónclave de 2013, a los más de 70 si hoy mismo hubiera que elegir a un nuevo sucesor en el trono de Pedro.

"La Iglesia Católica es una iglesia global con miembros en todos los continentes. Esta diversidad es su fuerza, pero también un desafío", explica a Público Kristina Stoeckl, profesora de Sociología de las Religiones de la Universidad Luiss de Roma. Citando la importancia del Sínodo de la Sinodalidad que concluirá este fin de semana, la experta en religiones asegura que "el objetivo del sínodo" es el de "acercar las decisiones" de la Iglesia "a la gente". Pero, de forma natural, "implica también un mayor riesgo de división dentro de una Iglesia tan diversa".

El cénit de la visión fronteriza y periférica de la Iglesia de Francisco, de hecho, se resume en el reciente viaje apostólico del Santo padre a Asia y Oceanía, donde en casi dos semanas ha visitado Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Este y Singapur; convirtiéndose así en el viaje papal más largo de todo su pontificado y a la vez compendio temático del mismo: cambio climático, diálogo interreligioso, periferias y migraciones.

El gran desafío geográfico de la Iglesia Católica a lo largo de este siglo –inspirándose, entre otras cosas, en la labor misionera del jesuita Matteo Ricci en el siglo XVI– es y será China. Tras la Revolución Comunista y la toma del poder por parte de Mao Tze Tung, China y la Santa Sede no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951; pero eso no significa que no haya puntos de diálogo.

La renovación del acuerdo bilateral entre ambos países para el nombramiento de los obispos católicos en el país asiático, hace unos días, es un ejemplo de ese –aunque sea mínimo– diálogo. Tras la primera firma en septiembre de 2018, una segunda en 2020 y la tercera en 2022; la actual renovación, por primera vez, por otros "cuatro años" según han confirmado Roma y Pekín en los últimos días, evidencia el paulatino desarrollo de las relaciones entre ambos Estados. Según el Vaticano, éste sigue "intencionado" en continuar el "diálogo respetuoso y constructivo" con el país asiático, por el "bien de la Iglesia católica" y de "todo el pueblo chino".

Otra de las novedades procedentes del Vaticano, esta semana, es la publicación de la nueva y cuarta encíclica del Papa Francisco, Dilexit Nos, un texto en el que el Papa Francisco pone el foco sobre la importancia del "corazón" en un mundo marcado por los conflictos y las tecnologías: "En este mundo líquido es necesario hablar nuevamente del corazón, apuntar hacia allí donde cada persona, de toda clase y condición, hace su síntesis; allí donde los seres concretos tienen la fuente y la raíz de todas sus demás potencias, convicciones, pasiones, elecciones", afirma Jorge Mario Bergoglio en la parte inicial de su recién estrenada encíclica.

Pensar en el pontificado del Papa Francisco implica, casi de forma natural, pensar en el concepto de apertura dentro la Iglesia. Algo que se concretó, por ejemplo, a los pocos meses del comienzo de su pontificado, a finales de julio de 2013. Se encontraba en el vuelo papal, de vuelta de su viaje apostólico a Brasil, en el trayecto de Rio de Janeiro rumbo a Roma. Contestando a las preguntas de los periodistas, el Santo Padre argentino pronunció una frase de hemeroteca: "Si una persona es gay, busca al Señor y es de buena voluntad ¿quién soy yo para juzgarla?". Una década más tarde, en diciembre de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicaría la conocida declaración de Fiducia Supplicans que, aun no reconociendo el matrimonio homosexual como tal dentro de la Iglesia; daba luz verde a que las parejas homosexuales pudieran ser bendecidas.

Uno de los aspectos más tradicionalistas en relación a la Iglesia de Francisco, sin embargo, tiene que ver con asuntos como el diaconado femenino, el aborto o la maternidad subrogada. Y aunque bien es cierto que el Papa Francisco recuerda regularmente la centralidad de la mujer en la vida humana –e incluso dentro de la Iglesia al confirmar que "la Iglesia es mujer"–; la visión oficial del Papa Francisco en relación a muchos de estos asuntos controvertidos se pueden leer en la declaración Dignitas Infinita, la declaración de la Doctrina de la Fe publicada el pasado abril, donde la Iglesia explica su postura al respecto; pero también acerca de muchos otros temas de gran consenso social, como son la lucha contra la violencia contra las mujeres o contra la trata de personas.

Otro de los asuntos tratados en el documento Dignitas Infinita son precisamente los abusos sexuales, uno de los temas más controvertidos en las últimas décadas para la Iglesia y donde Francisco ha sido siempre inflexible al respecto: "Los abusos sexuales son una vergüenza para la Iglesia y pedimos perdón", pronunció una vez más, hace unas semanas, el Papa Francisco desde Bélgica: "No encubráis los abusos, condenad a los abusadores", dijo Bergoglio dirigiendo su llamamiento a los obispos. Y añadió: "El mal hay que llevarlo al descubierto, como hacen algunos de los abusados con valentía".

"El Papa Francisco ha afrontado, sin medias tintas, las culpas de la Iglesia en relación a los abusos de menores", opina la profesora experta en religiones Kristina Stoeckl. Todo ello, en un contexto social en el que ya no se puede mirar a otro lado: "La Iglesia ha sido puesta en discusión tras los abusos cometidos en su interior y la sociedad ya no tolera el camino del silencio acerca de estos crímenes", divulga la docente de la Universidad Luiss de Roma.

El diaconado femenino ha sido noticia precisamente esta semana en cuanto ha sido un asunto debatido alrededor del último Sínodo de la Sinodalidad, una cita donde la Iglesia reflexiona acerca de sí misma junto a los obispos y otros miembros, también mujeres. El prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, ha asegurado en los últimos días que el Papa Francisco ha expresado que "la cuestión del diaconado femenino" no disfruta de suficiente "madurez" para ser tratada en el Sínodo. Pero, ha añadido el cardenal, "el Santo Padre está muy preocupado por el papel de las mujeres en la Iglesia" y ha pedido a la Doctrina de la Fe de "explorar las posibilidades para su desarrollo" sin incidir directamente en la cuestión del diaconado femenino ya que, para Fernández, apresurarse para pedir la "ordenación de diaconisas no es hoy la respuesta más importante para promover a las mujeres" dentro de la Iglesia. Esto se debe, explica, a que "todavía no hemos realizado unos pasos que, sin embargo, podríamos dar".

Siempre dentro de la cuestión femenina, la maternidad subrogada y el aborto son las materias en las que se puede comprobar la contundencia del Papa Francisco a nivel doctrinal en cuanto jefe de la Iglesia Católica. Hace unos meses, Bergoglio calificó a la maternidad subrogada como "deplorable", donde Francisco se posiciona claramente "en contra" por considerar a los niños como "objetos" y donde dicha práctica, según la Iglesia, "se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre" y donde "un hijo nunca es el objeto de un contrato".

Al volver de su reciente viaje a Luxemburgo y Bélgica, el pontífice definió al aborto, una vez más, como "un homicidio" en todos los casos y donde los profesionales médicos que lo realizan, unos "sicarios"; en un contexto en el que, para el obispo de Roma, no hay debate posible acerca del aborto porque, asegura, "se mata a un ser humano" y "se mata a vida humana".

Para defender su idea, en el vuelo papal de vuelta de Bruselas hacias Roma vinculó su negativa al aborto con la maternidad donde, según Bergoglio, "las mujeres tienen derecho a proteger la vida", tanto "la propia" como "la de sus hijos". No obstante, el papa Francisco se muestra flexible con los anticonceptivos, que "no hay que confundir" con el aborto.

El momento actual de la Iglesia no es sencillo desde varios puntos de vista. La profesora de Sociología de las Religiones de la Universidad Luiss de Roma consultada por Público, Kristina Stoeckl, ofrece una radiografía detallada de ello, divulgando que en las sociedades occidentales está avanzando un "proceso de secularización", donde hoy ser religioso es "una opción, como muchas otras" en un contexto donde también existen otras religiones: "en cuestiones de ética y política la Iglesia Católica", además, compite tanto con las iglesias protestantes "más progresistas" como con las "ortodoxas y evangélicas", "más conservadoras". Algo que, explica Stoeckl, "no se aprecia en países como Italia, pero sí en Estados Unidos o en África". Y concluye: "En un momento de grandes retos para la Iglesia, a través del Sínodo de la Sinodalidad ésta mira en su interior; donde la esperanza es que a través de un proceso de renovación interno, la Iglesia pueda encontrar el camino para afrontar los múltiples desafíos que tiene por delante". 

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