Después de 20 años de la desaparición y muerte de Déborah Fernández-Cervera, Pablo P.S-L., el principal sospechoso y expareja de la joven, ha comparecido por primera vez ante el Juzgado número 2 de Tui. El acusado ha defendido su inocencia y ha rechazado contestar a las preguntas de los abogados de la familia. 

A la entrada del juzgado, unas 30 personas han recibido al encausado con pancartas de "Justicia para Déborah". Entre ese grupo de personas estaba la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, quien se ha dirigido al acusado para decirle: "Ahora vas a tener tu oportunidad, amigo".

A la espera de que "salgan más datos"

El acusado ha respondido durante dos horas a las preguntas de la jueza, del ministerio Fiscal y de su letrado. Pablo P.S-L ha defendido varias veces su inocencia pero, sin embargo, ha preferido guardar silencio en el interrogatorio de los abogados de la familia de Déborah.

Uno de los abogados, Ramón Amoedo ha señalado las "contradicciones" en el testimonio del acusado: "Ninguna declaración de las que prestó se asemeja a las demás". Para, luego, preguntarse: "Cómo puede ser que una persona se contradiga en tantas ocasiones".

Rosa Fernández-Cervera ha descrito el momento vivido de "rabia, mucha rabia contenida". La hermana de Déborah espera que la comparecencia sirva para que "salgan datos" que permitan continuar con la investigación. Además, ha señalado las incongruencias del acusado porque "está en su derecho de mentir".

20 años después de la muerte de Déborah

Déborah Fernández-Cervera desapareció el 30 de abril de 2002 en Vigo, cuando salió a correr por Samil en la víspera de su 22 cumpleaños. Diez días más tarde la joven viguesa era encontrada sin vida. La investigación de su muerte se ha prolongado durante 20 años, donde la familia de Déborah ha sufrido una investigación llena de lagunas, pistas falsas y descuidos.

El caso se archivó en 2019 alegando que fue una muerte natural. Sin embargo, la campaña promovida por la familia de Déborah permitió reabrir el caso. El 18 de mayo del 2021, tres días antes de que prescribiese el delito, se exhumó el cadáver de la joven para hacerle pruebas de ADN. También, se analizó el coche y otras pertenencias del acusado donde encontraron unas fibras bajo las uñas de la chica que coincidían con la tela de una manta que perteneció al investigado.

Nuevas pruebas de ADN

El juicio se ha desarrollado en la misma semana en la que el Instituto Nacional de Toxicología ha podido confirmar restos de ADN masculino en una de las uñas del cadáver. A su vez, se espera el análisis de un disco duro que poseía la joven y que todo apunta a que fue manipulado y borrado de manera profesional. 

La familia de Déborah y sus abogados tendrán que examinar con calma la declaración que se ha producido este 11 de marzo para decidir qué pruebas pedir respecto a lo mencionado por el acusado. En este sentido, la hermana de Déborah ha dicho: "La Justicia por fin apoya buscar la verdad. Para mí ya es una gran victoria, independientemente de lo que pase".

En relación a la investigación, Ramón Amoedo ha aprovechado para señalar que "la actuación policial de los primeros meses fue absolutamente negligente" y que "si se hubiesen hecho bien las cosas en 2002 no estaríamos aquí hoy".