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España es protagonista del caos en las políticas europeas de control migratorio

El último informe de la fundación porCausa cifra en 9.344 millones el gasto de la UE en externalización de fronteras desde 2004. 

Salvamento rescata a un centenar de migrantes en un cayuco en Tenerife, a 20 de abril de 2024
Salvamento rescata a un centenar de migrantes en un cayuco en Tenerife, a 20 de abril de 2024. Alberto Valdés / EFE

El informe Externalización: caos, corrupción y control migratorio bajo la apariencia de cooperación europea, además de ofrecer cifras y un análisis económico de la inversión en externalización del control de fronteras que nadie antes había realizado, da un paso atrás y trata de dar una explicación sobre cómo "una persona muriendo en Mali en el desierto es consecuencia directa de una decisión tomada en Bruselas o Madrid", explicaba al inicio de la presentación del informe Gonzalo Fanjul, coautor de la investigación.

La idea de que la frontera europea llegue a Tanzania parece descabellada pero la realidad es que la externalización del control de las fronteras ya ha alcanzado al país africano. Además, este proceso de transformación de las fronteras físicas en fronteras simbólicas con el objetivo de controlar los movimientos migratorios en territorio no nacional, no es nuevo. Esta política ha sido instaurada paulatinamente por la Unión Europea desde los años 80, hasta llegar a convertirse en "la marca de agua de cualquier política de cooperación o de comercio que la UE quiere desarrollar en África, y esta marca ha quedado grabada en piedra con el reciente pacto migratorio aprobado por la UE", explica Fanjul.

Desarrollo del proceso de externalización de fronteras en el continente africano desde los años 80
Desarrollo del proceso de externalización de fronteras en el continente africano desde los años 80. Fundación porCausa

"La verticalización de la frontera y la externalización no es gratis" afirma Cristina Fuentes, coautora del informe, y así lo demuestran los datos de gasto económico europeo en políticas de externalización que por primera vez han sido analizados. Aún así, los más de 9.000 millones identificados "son solo la punta del iceberg ya que la opacidad es absoluta", afirma Fuentes. Según la coautora del informe, "la cumbre de la Valeta fue una oportunidad perdida para reflexionar y cambiar esta política pero la UE en su lugar decidió invertir más en externalización, generar más barreras, más centros de deportación y más muerte en diferentes países africanos".

El informe argumenta cómo este sistema, en lugar de conseguir los objetivos de control y seguridad que vende, provoca caos. "La frontera es caos en la medida en que provoca muerte y desconcierto, es caos en el origen y en el tránsito y es caos en destino, este sistema es caótico en su totalidad", resume Fanjul. En medio de este caos, en el que pierden tanto los que defienden una perspectiva de derechos humanos, como los que argumentan en favor de la seguridad y el control, "solo gana una parte, la industria del control migratorio, legal e ilegal".

Esta industria "legal" gana millones a costa de este sistema caótico y está conformada por empresas perfectamente conocidas, muy alejadas del concepto de mafia que habitualmente escuchamos en relación a los movimientos de personas migrantes. "Hablamos de industria pero hablamos también de políticas de cooperación", continúa Fanjul. Una parte de las políticas de externalización utiliza lo que los autores del informe denominan "cooperación contaminada", el uso de la ayuda económica europea como herramienta de control migratorio es descrita como "inmoral" y "peligrosamente ineficaz". Fondos y material militar procedentes de estas políticas de externalización han sido usados para perpetuar regímenes dictatoriales o reprimir protestas políticas en países como Senegal.

Dentro de esta lógica, "España ha pasado de ocupar un lugar preocupante para la UE desde su entrada en la Unión por contar con unas fronteras físicas colindantes con África y consideradas como 'porosas' a convertirse en socio privilegiado de la UE a la hora de dar continuación a esta política migratoria basada en la externalización” explica Fuentes. España es protagonista del caos, abanderando proyectos y políticas en diferentes países, como Marruecos. Una política migratoria en manos de los ministerios del interior europeos que promueve una lógica de securitización y reducción de los flujos migratorios que es un espejismo. "Cuando Grande-Marlaska dice que es un éxito que han llegado menos personas que al año anterior lo que realmente está diciendo es que han muerto más personas intentando llegar", explica Fuentes.

Este sistema inmoral, obsoleto e ineficaz se sostiene en el tiempo por diferentes razones. Por un lado, está sujeto a una narrativa equivocada que reduce las migraciones a una cuestión de emergencia o de amenaza, una narrativa reactiva y colonial tan obsoleta como el mismo sistema. Por otro lado, esta política está en manos de organizaciones con un mandato militar y de securitización, y además existen intereses económicos muy sólidos que solo ganan a costa de este caos. El caos asegura interés y es utilizado por las fuerzas más reaccionarias a nivel político y social.

El informe no llega a plantear alternativas a este caos aunque los autores destacan que "iniciativas como la iniciativa legislativa popular (ILP) de regularización recientemente debatida en España muestra que la sociedad tiene otras prioridades" y que otro tipo de políticas migratorias son posibles.

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