Empresas y ciudades usan el Mediterráneo como una fosa séptica y lo convierten en uno de los mares más dañados del planeta

ALBUFERA
Una persona contempla el vertido de combustible, que según las primeras estimaciones mide entre 1,5 y dos kilómetros, y que ha obligado a prohibir el baño en tres playas de València. Ana Escobar / EFE

María Bosque Senero

Zaragoza-

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