Las lluvias de marzo han mejorado de manera transitoria los problemas de sequía que sufren algunas zonas de la península. El Parque Nacional de Doñana, que se encuentra en peligro de extinción, también ha experimentado cierto alivio con las precipitaciones de la borrasca Nelson, pero desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife) recuerdan que la marisma sigue inmersa "en el ciclo seco más largo desde su historia".

Así lo ha afirmado este jueves Carlos Davila, responsable de la Oficina de SEO BirdLife en Doñana. Además, ha recordado que "el actual año hidrológico aún se mantiene por debajo de la media histórica de 500 mililitros".

La borrasca Nelson aumentó las masas de agua de Doñana. Esto favorece a los ecosistemas del espacio protegido, transformando el paisaje y favoreciendo la presencia de aves acuáticas en áreas de marisma natural que permanecían completamente secas.

A pesar de la recuperación parcial, la organización señala que continúa la sobreexplotación de los acuíferos a causa de los regadíos de su entorno, los efectos de la crisis climática y un modelo turístico mal dimensionado.

Doñana es un humedal incluido en la región mediterránea europea, una de las zonas del mundo más sensibles a los efectos de la crisis climática, caracterizados por el incremento en la recurrencia e intensidad de las sequías y temperaturas medias más altas.

El patrón de lluvias está cambiando, lo que influye en el ciclo natural de inundación y sequía de la marisma, las primaveras se acortan y veranos son cada vez más largos y calurosos, con temperaturas que superan cada vez con más frecuencia los 40ºC.

SEO Birdlife pide que se escuche a la comunidad científica y se actúe en Doñana y su entorno con urgencia, responsabilidad y rigor técnico, para garantizar el futuro del espacio protegido y de la población de su entorno.