El Defensor del Pueblo pide información al Consejo Superior de Deporte sobre el 'caso Vinicius'

La Oficina del Defensor del Pueblo, órgano encargado de defender los derechos fundamentales y las libertades públicas de los ciudadanos, se ha pronunciado sobre el caso Vinicius. Mediante una nota de prensa, la institución informaba que se había dirigido al Consejo Superior de Deporte (CSD) con el fin de conocer qué acciones ha emprendido el organismo tras los insultos racistas que recibió el jugador del Real Madrid Vinicius Jr en el campo del Valencia CF el pasado domingo.

La intervención por parte del Defensor del Pueblo tiene lugar después de que dos organizaciones de la sociedad civil brasileña enviasen, el miércoles, sus quejas a la entidad por los incidentes "de carácter xenófobo y racistas" que sufrió el futbolista brasileño.

Durante el partido se podían escuchar cánticos como "mono, mono" por parte de un sector de aficionados valencianos, lo que obligó al colegiado a detener el partido durante ocho minutos.

Desde la institución, liderada por Ángel Gabilondo, se amparan en la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Una norma que señala que "las actividades deportivas han de ser un espacio libre de cualquier tipo de discriminación y de violencia".

Con el fin de que se proteja el cumplimiento de esta ley, el Defensor del Pueblo "solicita información al CSD acerca de las actuaciones que se hayan podido realizar sobre estos hechos en el seno de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, que contempla dicha Ley", informan en la nota de prensa.

Además de ello, el órgano se ha dirigido a Carlos Alberto Vilhena, Procurador Federal dos Direitos do Ciudadào, su homólogo brasileño, para informarle de la actuación iniciada.

Gabilondo ya se había posicionado el pasado martes sobre los hechos, manifestando su repulsa a los actos machistas ocurridos en Mestalla: "En todo caso y en cualquier situación, encontramos absolutamente rechazables los insultos racistas, por afectar a los derechos humanos y a los derechos fundamentales. Y, por tanto, merecen ser reprobados y denunciados".