Un grupo indeterminado de niños y adultos migrantes procedentes de Marruecos llegó a nado este domingo a la playa del Tarajal, de la ciudad autónoma de Ceuta. 

Según los testigos consultados por EFE, los migrantes llegaron a la costa de Ceuta sobre las 19.30 horas en medio de una espesa niebla que ha cubierto la ciudad autónoma desde la madrugada y, tras alcanzar la playa, se mezclaron con los bañistas que disfrutaban de la jornada, lo que generó confusión entre los agentes desplegados, quienes tuvieron que acordonar la zona para proceder a la identificación de todas las personas presentes. 

La decisión de las autoridades de mantener a los bañistas en la playa hasta finalizar la identificación generó malestar entre algunos de ellos, quienes manifestaron su descontento por no poder abandonar libremente la zona.

La tensión se incrementó cuando uno de los agentes de la Policía fue apedreado por un individuo que no ha podido ser identificado hasta el momento y tuvo que ser trasladado al hospital, donde fue atendido por heridas leves.

A pesar de la situación, las fuerzas de seguridad han logrado mantener el control y han detenido a una persona por desacato a la autoridad, según ha confirmado la Policía Nacional, mientras que el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil intervino en la playa retirando varios flotadores utilizados por los migrantes.

Una creciente presión migratoria en Ceuta

Algo más de medio centenar de migrantes han sido interceptados la madrugada de este lunes en la zona de El Tarajal, en su intento por ingresar en territorio español, mientras que en las últimas 24 horas las autoridades han devuelto casi medio millar de migrantes marroquíes a Marruecos.

Las autoridades ceutíes han desplegado durante toda la madrugada un amplio dispositivo de seguridad. Tras ser atendidos por efectivos de la Cruz Roja, los migrantes fueron entregados a Marruecos, todos ellos adultos. El dispositivo de seguridad, coordinado por la Guardia Civil, ha sido reforzado tanto en tierra como en mar, con patrullas y medios acuáticos monitoreando de forma continua los intentos de cruce.

La situación, que se ha venido repitiendo en los últimos días, refleja la creciente presión migratoria que enfrenta la Ciudad Autónoma de Ceuta. La oleada de esta madrugada es una más de las muchas que se han registrado en la ciudad en los últimos tiempos, con la playa del Tarajal como uno de los puntos críticos. El presidente de Ceuta, Juan Vivas, ha vuelto a insistir en la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva que involucre tanto al Gobierno de España como a las instituciones europeas.

La situación en El Tarajal se mantiene bajo vigilancia ante los continuos intentos de cruce, en un contexto de creciente preocupación por las implicaciones humanitarias y de seguridad que este flujo migratorio representa para la ciudad.

Por ello, Vivas, durante una comparecencia pública, ha aprovechado la ocasión para manifestar su reconocimiento y agradecimiento a los cuerpos de seguridad por su "profesionalidad, dedicación y actitud humanitaria" en la gestión de la crisis migratoria. Asimismo, ha insistido en la necesidad de dotar a estos cuerpos de "más medios" para poder afrontar las "posibles contingencias" que puedan presentarse en el futuro.

Colapso en la capacidad de acogida

Según datos hechos públicos por Vivas, el número de menores atendidos en Ceuta ha pasado de 150 en enero pasado a 475 en la actualidad, lo que ha generado un colapso en la capacidad de acogida. "Es necesaria reiterar esa petición de auxilio y de socorro", ha insistido el presidente ceutí, que ha señalado que la situación ha llegado a un punto donde la ciudad no puede gestionar la crisis por sí sola.

Según ha explicado, la asistencia que se brinda a los menores en Ceuta se limita a lo esencial: "Techo o cobijo, cama, comida, ropa, aseo, salud y seguridad", y ha advertido que existe un límite físico y económico en cuanto a la capacidad de acogida de la ciudad. "Haciendo un sobreesfuerzo podemos llegar, contando con el apoyo del Estado, a 600 o 650 menores, pero a partir de ahí, Ceuta no tiene capacidad física para absorber más", ha concluido.

Cristina Pérez reconoce una presión migratoria "extrema"

La delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez, ha admitido este lunes que la ciudad enfrenta una situación de presión migratoria "extrema". En las últimas horas, se ha registrado un promedio diario de 500 intentos de entrada desde Marruecos y Argelia, lo que ha llevado a Ceuta al borde del colapso. Solo el domingo pasado, se registraron 1.500 intentos de entrada.

En su declaración, Pérez ha destacado que se están llevando a cabo entre 150 y 200 devoluciones diarias, en cumplimiento con la disposición adicional décima de la Ley de Extranjería. Sobre la capacidad del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), ha reconocido que el centro está sobreocupado. Sin embargo, ha afirmado que la situación está bajo control y que se están llevando a cabo salidas extraordinarias para reducir la presión sobre las instalaciones.

En relación con los menores, Pérez ha confirmado que el Estado está colaborando con la Ciudad Autónoma para asegurar su adecuada acogida. Ha señalado la respuesta coordinada de las autoridades y el apoyo continuo del Gobierno central, subrayando que la crisis migratoria en Ceuta no es un fenómeno nuevo, sino que se remonta a varias décadas. "Desde 1995, la ciudad ha tenido que adaptar su sistema para garantizar la seguridad en sus fronteras mientras respeta los principios del Estado del bienestar y del Estado de derecho", enfatizó.

La delegada ha llamado al PP a dejar de lado las diferencias políticas y sentarse a negociar la modificación del artículo 35 de la Ley de Extranjería, con el fin de lograr una distribución más equitativa de la acogida de menores entre todas las comunidades autónomas. "El problema migratorio no es un problema exclusivo de Ceuta o Canarias, es un asunto que nos concierne a todos", ha afirmado.