sevilla
Se retira la máscara y saca su clarinete. Junto a él otros 12 alumnos con instrumentos de viento realizan idéntica acción. Las ventanas del aula están cerradas. El profesor, único que conserva la mascarilla puesta, queda mínimamente refugiado tras una pantalla transparente. Suenan los instrumentos y la saliva de los estudiantes de música se dispersa en partículas invisibles por toda la sala. Con respiración agitada en todo momento y expeliendo el aire con gran virulencia por sus instrumentos, tan sólo con que uno de ellos fuera portador de la covid-19 se produciría un contagio masivo, porque tras esta clase la decena de alumnos se dispersa para acudir a otras aulas en las que compartirán materia con otros alumnos y alumnas.
"Estamos dando clase en una bomba de relojería de coronavirus, que en cualquier momento puede explotar", explica uno de esos alumnos. El mismo escenario, con leves variaciones, se produce en el resto del aulario del conservatorio.
La preocupación por esta situación está generalizada en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla, donde esta semana se han reunido con urgencia para hablare de este tema una treintena de profesores. "Queremos que nos dejen dar clase de manera telemática y, de ser posible, desde nuestra casa, para evitar contagios", asegura uno de los profesores. En la asamblea de urgencia se respira miedo. Miedo al contagio en una tercera ola de la pandemia del que muchos creen que no van a poder escapar si les siguen obligando desde la Junta de Andalucía a seguir impartiendo clases presenciales.
El caso del conservatorio superior de música de Sevilla no es un caso aislado, según afirman fuentes del profesorado. La Junta de Andalucía contempla a estos centros educativos como si se tratase de institutos de enseñanza secundaria. La aplicación de los protocolos anticovid en las enseñanzas secundarias se basa en que el alumnado lleve siempre puesta la mascarilla, a la creación de "grupos burbuja" y en la ventilación de las aulas. Sin embargo, en los conservatorios de música el perfil del alumnado obliga a muchos, como los de asignaturas de canto o viento, a que no puedan tener puesta la mascarilla.
Además, la enseñanza musical tiene asignaturas comunes y optativas que obligan a los alumnos a cambiar de clase y de compañeros varias veces al día, de manera que no existen "grupos burbuja" sino una interacción social casi total entre el alumnado "de manera que, un posible contagio de un alumno implica una concatenación de contactos en la que prácticamente se ve implicado todo el centro", alertan los profesores en un documento de conclusiones.
También resaltan en su escrito que "a un conservatorio superior de música asiste un alumnado que no viene únicamente del entorno geográfico cercano al centro, sino que, por el contrario, acude desde un gran número de pueblos y ciudades de toda la autonomía, incluso en muchos casos de otras comunidades autónomas y del extranjero", por lo que concluyen que "esto implica que personas de diferentes localidades, la mayor parte de ellas confinadas en la actualidad, se juntan sistemáticamente todas las semanas para cantar y tocar en diferentes y variables formaciones instrumentales, además de asistir a sus correspondientes clases teóricas que tienen un promedio de ratio de 20 alumnos por clase".
Para terminar de rematar esta situación de alto riesgo de contagio, en el caso del conservatorio de Sevilla ubicado en la céntrica calle Baños de la capital hispalense, las ventanas durante las clases deben permanecer cerradas atendiendo a una denuncia por "contaminación acústica".
Un nivel de exposición al virus que ha motivado la movilización tanto de alumnos como de profesores, que reclaman su derecho a recibir una enseñanza segura, en similares condiciones a la de otros centros de enseñanzas superiores universitarias, que en estos momentos están impartiendo clases online con un riesgo muy inferior al que sufren los conservatorios. "Solicitamos a la Consejería de Educación que tenga en cuenta la situación de riesgo en la que se encuentran estos estudios en la actualidad y permita que se imparta la enseñanza de forma online, evitando en lo posible los desplazamientos innecesarios de alumnos y profesores", reclaman.
"Somos partidarios de la impartición de las clases online por ser la forma más eficaz de frenar la propagación del virus sin merma en la calidad educativa”, aseguran la treintena de profesores que han dado la voz de alarma, en el documento de conclusiones que han realizado tras la asamblea de urgencia de esta semana para tratar este tema. Ponen como ejemplo el caso concreto de las Universidades "en las que se imparten enseñanzas de Grado del mismo nivel y donde ya está autorizada la docencia online, siendo discriminatorio el trato que se da a los Conservatorios Superiores a este respecto, a los que se equipara a centros de enseñanza primaria en cuanto a la obligatoriedad de la presencialidad en las clases".
Las clases online, con medios privados del profesorado
El 3 de septiembre del año pasado, en una circular de la Viceconsejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía se establecía que "los centros docentes podrán establecer, en el marco de su autonomía pedagógica y organizativa, medidas que permitan la asistencia del alumnado de forma presencial, telemática o semipresencial en las diferentes asignaturas, materias, ámbitos o módulos profesionales".
Sin embargo, semanas después, el 21 de septiembre del 2020 el Consejo escolar del Conservatorio Superior de Música de Sevilla remitió a todo el claustro de profesores el Protocolo Covid, en el que se informaba que desde el Servicio de Inspección se había decidido que las asignaturas colectivas teóricas y teórico-prácticas no podrán impartirse en régimen telemático semipresencial por la incapacidad de la red de internet del centro de soportar varias videoconferencias de manera simultáneas.
A finales de noviembre, más de 80 profesores remiten un escrito al Servicio de Inspección en donde se ruega se tomen las medidas oportunas que aseguren la seguridad de la comunidad escolar, sin respuesta de la Administración andaluza, por lo que el pasado lunes 25 de enero los profesores dirimen en un claustro las soluciones posibles que pueden llevarse a cabo dentro del marco que permite la Inspección de Educación: Podrían darse clases colectivas teóricas o teórico-prácticas a distancia o semipresenciales, desde las diferentes aulas del centro, siempre que se tenga el visto bueno por escrito de todos los alumnos, la aprobación posterior de la inspección y utilizando los recursos del propio profesor: tanto ordenador como conexión a internet, esto último debido a la incapacidad de la red de internet del centro de soportar varias videoconferencias de manera simultáneas.
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