La propuesta del Ministerio de Educación sobre la nueva EBAU presentada este miércoles a los consejeros autonómicos del ramo suscitó por enésima vez el rechazo de la derecha. A la espera de que se abra un periodo de debate y de diálogo para llegar a acuerdos respecto al diseño de esta nueva prueba, Andalucía, Madrid y Castilla y León, comunidades gobernadas por el PP, rechazaron de plano este primer documento.

Tal como trasladó el departamento dirigido por Pilar Alegría, la previsión es que su implementación sea "gradual en la estructura, contenidos y criterios de evaluación de las pruebas, de modo que se abra un cierto margen temporal de adaptación progresiva al nuevo modelo, tanto por parte del profesorado como del alumnado".

En esencia, el Ministerio propone así un modelo transitorio durante los cursos 2023-2024, 2024-2025 y 2025-2026, en los que la prueba se dividirá en cuatro ejercicios, todos ellos con una ponderación del 25%. Un ejercicio será sobre la materia de modalidad de prueba elegida por el alumno o alumna, y dos de ellos serán de las materias comunes de Historia de la Filosofía e Historia de España. El cuarto ejercicio tendrá carácter general y evaluará las destrezas asociadas al ámbito lingüístico. En este ejercicio se pretende evaluar principalmente la madurez académica del alumnado.

Pasado el periodo transitorio, a partir del curso 2026-2027, este ejercicio general de madurez pasará a tener una ponderación del 75% y sustituirá a los ejercicios de las materias comunes. Se mantendrá, con una ponderación del 25%, el ejercicio específico sobre la materia de modalidad elegida por el estudiante. La prueba quedará así dividida en dos ejercicios: uno más globalizado y otro de materia, ambos con un enfoque competencial.

En cuanto al ejercicio general de madurez, "constará de un dossier formado por una serie de documentos como textos, imágenes, infografías o tablas, que girarán en torno a un mismo tema". Con este material, "se pedirá al alumno o la alumna que realice un análisis desde diferentes perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas)".

El objetivo es valorar la capacidad del alumnado para "analizar, valorar, extraer información e interrelacionar toda esa documentación". Asimismo, este ejercicio constará de preguntas en castellano, la lengua extranjera que haya estudiado el alumno y también con la lengua cooficial en los territorios que cuenten con ella (Catalunya, Galicia y Euskadi).

El PP pide una EBAU única para toda España

Con todo, y como ha ocurrido en otras ocasiones con otras propuestas del Gobierno, Andalucía, Madrid y Castilla y León fueron las primeras autonomías en reaccionar a una medida que, en cualquier caso, no es definitiva, para defender "una EBAU única para toda España". Cabe recordar que Educación ya descartó este extremo porque supondría una invasión de las competencias autonómicas.

Pese a esta cuestión, Patricia del Pozo, consejera de Educación del recién constituido Ejecutivo de Juan Manuel Moreno Bonilla, calificó de "sinsentido" que existan 17 pruebas diferentes en el Estado español. "La reflexión que hacemos es que esta propuesta ahonda en un modelo, el de la LOMLOE, que no compartimos porque no resuelve los problemas más importantes de la educación y camina en sentido contrario a la cultura del esfuerzo y a la excelencia educativa", remachó.

En la misma línea se pronunció el vicepresidente de la Comunidad de Madrid. El también consejero de Educación y Universidades, Enrique Ossorio, destacó que el documento presentado "no ofrece soluciones al sistema de acceso a la universidad que cuenta con distintas evaluaciones y con exámenes diferentes". "Los estudiantes madrileños compiten con los de otras regiones que tienen unas pruebas más fáciles y unos criterios de evaluación distintos", llegó a señalar a través de un comunicado.

Por su parte, la consejera de Educación de Castilla y León, Rocío Lucas, consideró que la nueva EBAU "no soluciona el actual problema de falta de igualdad de oportunidades" para reivindicar una prueba de acceso "única" a lo largo y ancho del Estado. 

Desde Galicia reclamaron un modelo que sea "justo, homogéneo y garantice la igualdad de oportunidades". A su entender, desde hace años se vienen produciendo desigualdades "de forma sistemática" que están perjudicando a esta comunidad y la presidida por Alfonso Fernández Mañueco, ya que pese a estar a la cabeza de España en resultados académicos están por debajo de la media en las calificaciones de la EBAU.

Más tarde, Carmen Navarro, la vicesecretaria de Políticas Sociales del partido dirigido por Alberto Núñez Feijóo, ahondó en esta dirección, además de acusar al Gobierno de "pretender aglutinar y diluir el peso de todas las materias comunes" en el ejercicio general de madurez.

A la espera de que otros territorios valoren también el documento presentado este miércoles, que podrá ser remendado, el Gobierno Vasco lamentó "las formas" en las que el Ministerio de Educación y Formación Profesional convocó dicha reunión y cómo hizo llegar su propuesta. Y es que, según apuntó el consejero de Educación de Euskadi, Jokin Bildarratz, un tema "de tal importancia" no ha pasado previamente por la Comisión de Educación "para una necesaria reflexión, diagnóstico y puesta en común".

Asimismo, lejos de las quejas expuestas por los de Feijóo, Bildarratz manifestó su "preocupación" por el respeto al ámbito competencial de Euskadi en materia educativa "o por la voluntad homogeneizadora que se intuye en la primera propuesta realizada por el Ministerio".

CCOO aplaude la propuesta por el Gobierno

Por otra parte, en una primera aproximación y pendiente de realizar un análisis más profundo sobre ese texto, CCOO ha aplaudido el objetivo de "simplificar" y "reducir el número de pruebas" en el marco de la propuesta de Educación. "Nos parece un objetivo razonable", ha explicado el secretario general de la Federación de Enseñanza del sindicato, Francisco García.

Asimismo, vio con buenos ojos la previsión de alinear el modelo de EBAU también con el modelo de currículo competencial que hay en el sistema educativo a partir de la aprobación de la LOMLOE. "No tendría sentido que en el sistema educativo se prepare a los alumnos en unos currículos por competencias y luego el acceso a la universidad se rigiera por otras consideraciones", sostuvo.