Contenido patrocinado por Philip Morris
Cómo puede la innovación conducirnos hacia un mundo sin humo
La humanidad ha avanzado siempre gracias a la innovación. Ocurre en todos los ámbitos y en el sector del tabaco no podía ser de otra manera. Fumar es un hábito dañino y eso es un hecho, pero aún sigue habiendo un elevado número de personas que no lo dejan. Por ello, es necesario seguir apostando por la innovación y el desarrollo de nuevos productos que la ciencia avala como mejores alternativas al cigarrillo.
Contenido patrocinado
Actualizado a
La innovación está presente en toda la historia de la humanidad y en todos los ámbitos, y gracias a ella se han ido logrando avances que han permitido el desarrollo de las sociedades. Desde los pueblos más antiguos hasta nuestros días, la innovación se ha traducido siempre en progreso.
Por ejemplo, en la industria automovilística, el ingeniero sueco de Volvo, Nils Bohlin, fue un paso más allá cuando introdujo un cambio en lo que por entonces se conocía como cinturón de seguridad en los coches, transformando los ya existentes desde 1958 en algo mucho más útil: un cinturón de seguridad con tres puntos de apoyo, tal como lo conocemos hoy.
En este sentido, el estado australiano de Victoria confió en esta apuesta innovadora y promulgó una ley en 1971 que hizo obligatorio el uso de este tipo de cinturones de seguridad y alcanzó resultados revolucionarios en cuanto a la mortalidad a consecuencia de accidentes de tráfico.
No hay una solución perfecta para todo, pero la humanidad mejora a pasos agigantados a través de la innovación gradual, y eso es un hecho.
Innovación para alcanzar un mundo sin humo
La mayor parte de los sectores está en plena transformación con un objetivo: reducir el impacto que generan los productos en la salud, en el medioambiente o en la sociedad en general. El sector del tabaco no es una excepción, y la innovación también es una parte fundamental de lo que hoy representa. Y es que, desde hace casi dos décadas, empresas como Philip Morris están apostando fuertemente en investigación y desarrollo de alternativas al cigarrillo para aquellos fumadores adultos que de otra forma continuarían fumando.
Y el porqué de este cambio se vislumbra en los datos que tenemos: en la actualidad aún existen más de 1.000 millones de fumadores en todo el mundo, y según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, esta cifra no va a cambiar de manera significativa en los próximos años.
Las políticas de reducción del daño, que se plantean como complementarias a las tradicionales de prevención y cesación, se basan precisamente en favorecer el acceso de los fumadores adultos a mejores alternativas que cuenten con un respaldo científico. Sin embargo, para que estas alternativas consigan reducir el riesgo de daño para los fumadores adultos y, eventualmente tener un impacto en la salud pública, tiene que cumplir los siguientes criterios: debe haberse demostrado científicamente que el producto en cuestión es significativamente menos nocivo que los cigarrillos y debería ser suficientemente satisfactorio para los fumadores adultos.
Un reto 360º basado en ciencia
Como comentábamos, Philip Morris es hoy en día una empresa muy diferente a la que era hace más de una década. Ha invertido desde 2008 cerca de 11.000 millones de dólares en ciencia, tecnología, desarrollo de productos, comercialización temprana y fabricación.
En palabras del Director Financiero de Philip Morris, Emmanuel Babeau: "Estamos convencidos de que la mejor forma de lograr un cambio sistémico y de impacto es transformando desde dentro hacia fuera, colaborando de forma constructiva con las distintas partes de la sociedad y, en última instancia, sustituyendo los cigarrillos por productos sin humo."
Sus productos libres de humo están disponibles hoy en 80 mercados de todo el mundo, y estamos hablando de que esa transformación ha ocurrido en solo unos pocos años desde la primera prueba que la compañía hizo con esos productos en 2015. Pero esto no se queda aquí, la intención de la compañía es que para 2025 podamos hablar de que al menos la mitad de sus ingresos netos provengan de estas alternativas libres de humo. En definitiva, de seguir apostando por un futuro libre de humo de los cigarrillos.
Philip Morris asegura que "un futuro sin humo es alcanzable, y los beneficios que puede aportar a las personas que de otro modo seguirían fumando, y por tanto a la salud pública mundial, son enormes. Sin embargo, no podemos lograrlo de manera individual. Junto con las autoridades públicas y la comunidad científica, así como la sociedad civil, podemos aprovechar al máximo esta oportunidad".