Las ciudades sufren la crisis climática con meteorologías extremas de mayor gravedad
Asia es el continente donde actúa con más virulencia, aunque África será el más castigado, con países como Bangladesh, Níger y Pakistán formando el Triángulo de las Bermudas de las catástrofes atmosféricas.
Madrid-Actualizado a
La crisis climática empieza a engullir grandes ciudades. El riesgo está empezando a dar paso a una cruda realidad: los episodios atmosféricos extremos ganan en frecuencia y devastación. La lista de damnificadas por los daños colaterales de la catástrofe climática crece sin remedio.
México DF es una de ellas. No es la que soporta un mayor grado de gravedad, pero ilustra a la perfección el tránsito entre la amenaza climatológica sin medidas preventivas y la visibilidad del castigo social que trae consigo el calentamiento global. A la mega-urbe mexicana, que acoge a una población de 22,5 millones de habitantes, cuando en 1950 albergaba 3,3 millones, le ha pasado factura un impacto combinado de sequía generalizada, incrementos de población -de 223.873 nuevos residentes en 2023- y pésima gestión de los servicios públicos esenciales.
En México DF la sequía, el aumento poblacional y la pésima gestión del agua han puesto sobre la mesa la opción del Día Cero
El resultado es un drenaje masivo del sistema de captación acuífera que suministra el agua a sus vecinos. El peligro ha hecho despertar el fantasma del Día Cero, término con el que los expertos medioambientales definen el instante en el que la autoridad de un municipio se ve obligada a cerrar el grifo del abastecimiento por falta de este recurso básico para la vida. Ciudad de México consume para uso público urbano un caudal de 59,9 metros cúbicos por segundo, procedente, esencialmente, de sus ricos acuíferos (el 66,3%), cinco grandes lagos -sobre todo, Cutzamala, que aporta otro 25,5%-, además de presas y manantiales, muchos de ellos subterráneos.
Pero no parece suficiente. Valle de Bravo, extensa laguna artificial situada en su parte occidental, ha sido colonizada por deportes acuáticos, campos de golf, ranchos con embarcaderos privados e incluso helipuertos. Cada vez aporta menos a las redes de distribución municipal y resulta más visible en veranos como el pasado, de pertinaz sequía.
Quizás Ciudad del Cabo sea el caso más grave. De hecho, ya anunció su primer Day Zero en 2018, revelando la gravedad de la triple amenaza que también atenaza a México DF: prolongadas y sucesivas temporadas sin lluvias, repuntes de su densidad demográfica y escaladas de los niveles que determinan el colapso en la gestión del agua.
National Geographic se hizo eco entonces de que la decisión de interrumpir la espita del agua en Ciudad del Cabo contagió a otras ciudades sudafricanas que adolecen de una redes y cauces de suministro y almacenaje adecuadas tras un decenio de escasez de precipitaciones y señales de advertencia de que la crisis climática ha arraigado en sus límites geográficos.
"Varias tendrán que declarar el Día Cero", avisan en su revista los expertos de National Geographic. Y mencionan la provincia de KwaZulu-Natal, amenazada de sequía extrema, o áreas rurales del sur de Durban, que han sobrevivido varias semanas sin servicios municipales de agua, y la ciudad de Harding, declarada varias veces zona catastrófica por déficit de abastecimiento.
Todos ellos son ejemplos de déficit de infraestructuras adecuadas. Aunque hay botones de muestra de urbes que han decidido prevenir. La innovación digital ha aportado en estos casos soluciones de emergencia.
Algo que Yakarta, la megaciudad con mayor riesgo de ser tragada por el océano, está demasiado lejos de alcanzar, porque sus gestores ni siquiera han puesto medidas para acabar con la intensa sobreexplotación de sus recursos hídricos subterráneos Al igual que Niamey, capital de Níger, que experimenta una fuga masiva de residentes. El 90% de quienes han emigrado lo han hecho por razones climáticas, según una encuesta de Naciones Unidas.
India y Bangladesh, con tres ciudades entre las quince más pobladas del planeta -Delhi, Mumbai y Dacca- apenas emplean recursos financieros para reajustar sus servicios a su creciente censo de residentes. Mientras, una decena de ciudades filipinas han tenido que acudir a fondos de rescate y reaseguros ante la sucesión inaudita de tifones de extrema severidad.
Pero ¿cuáles son las ciudades con más riesgo de soportar daños medioambientales provocados por el calentamiento global? ¿y los países? Varias clasificaciones ayudan a situar los niveles de gravedad más urgentes.
La capital que aparece en la práctica totalidad de los rankings y que encabeza el que realizan los analistas de Verisk Maplecroft, una compañía de riesgos globales e inteligencia competitiva que defiende la sostenibilidad como único factor de resiliencia activa frente a la catástrofe climática, es Yakarta. La lista enumera a nueve con amenaza extrema de entre un centenar a las que califica de alto peligro atmosférico, de las que 99 están en Asia. Su clasificación supervisa 576 ciudades del planeta.
Estas son sus deliberaciones sobre las nueve capitales con mayor riesgo ecológico por orden de riesgos decreciente.
Yakarta (Indonesia). "Está asolada por una grave polución" que se extiende sobre su territorio y cuya nube tóxica gana en volumen y se prolonga la práctica totalidad del año. A lo que se une su
"perenne amenaza de actividad sísmica y de inundaciones". Las limitaciones de acceso al agua a sus más de 10 millones de habitantes han posibilitado que sus vecinos la extraigan de manera ilegal de pozos y reservas acuíferas subterráneas. El presidente Joko Widodo planea trasladar la capitalidad del país a Kalimanta, en la isla de Borneo, una ciudad aún por construir e ideada para combatir las amenazas climatológicas de Yakarta.
Delhi (India). Aunque realmente el problema es del país más poblado del planeta, que sitúa a 13 ciudades entre las 20 ciudades con mayor amenaza climática de Asia, al que sitúan como el continente más castigado a corto y medio plazo. Chennai, Agra y Kanpur están en su top ten de la región asiática. Mientras, la OCDE señala a Kolkata y Mumbai como las urbes de más riesgo de inundaciones costeras en 2070 en todo el mundo. Verisk Maplecroft señala que Delhi suma sus exagerados índices de contaminación atmosférica que ocasionaron casi uno de cada cinco muertes en la India en 2019, mientras que sus aguas insolubles causan alrededor de 400.000 fallecimientos al año.
Lima (Perú). El aire altamente contaminado de las emisiones de vehículos es el contribuyente de mayor gravedad, según convienen investigadores de la Universidad de Chicago y la OMS en su guía de polución atmosférica que, de estar bajo los límites permitidos, elevaría la expectativa de vida en un promedio de 4,7 años a sus residentes. La ciudad es particularmente vulnerable a inundaciones por las pobres construcciones de sus viviendas y sus problemas de infraestructura.
Lagos (Nigeria). La ciudad más poblada de África es también la menos habitable. Los vertidos al golfo y a las zonas costeras durante la época de lluvias encienden cada vez más habitualmente las alarmas por inundación que, a menudo, "paralizan la actividad económica" y "ocasionan unos daños valorados en 4.000 millones de dólares anuales". El Índice de Vulnerabilidad por Cambio Climático de Verisk Maplecroft revela que "irá a peor" por la alta exposición del continente a las "inclemencias meteorológicas" y sus dificultades para "hacer frente a los impactos".
Karachi (Pakistán). Con más de 16 millones de habitantes, su riesgo climático ha empeorado en los últimos años. Y eso que en 2015 más de 1.200 de sus residentes murieron por olas de calor que superaron los 49 grados. Lahore es otra de sus urbes bajo amenaza extrema, como Karachi, que podría superar los 20 millones en 2030. Pakistán es especialmente sensible a cambios de la temperatura y a fenómenos climáticos virulentos que tendrán implicaciones severas en la salud de su población.
Puerto Príncipe (Haití). Sometida a huracanes e inundaciones más habituales y destructivos por el aumento de temperatura de temporadas secas cada vez más extensas. La Agencia del Clima americana US Aid eleva entre dos y cuatro veces el riesgo de huracanes en la capital respecto a otras latitudes de la isla. Además, ostenta una de las amenazas sísmicas más elevadas de la zona.
Miami (Florida). El escritor Mario Alejandro Ariza dice que "hay una verdad inescrutable sobre la FIDA en el sur de Florida, que será engullida por el mar más tarde o más temprano", en una de sus columnas en Yale Envorinment 360. Un acontecimiento que sucederá con una subida de cuatro grados. Algunos científicos la sitúan en 2060, pero entre 2025 y 2030 la profusión "catastrófica" de inundaciones será una constante. Al igual que en los Cayos.
Muscat (Omán). La capital omaní alcanzó los 41,3 grados en marzo y en octubre de 2021 sufrió un "raro e intenso ciclón". Los desastres serán moneda de cambio común en el futuro.
Manila (Filipinas). El nivel del mar está aumentando en la Bahía de Manila "más de cuatro veces más rápido que el promedio global". Su rápida urbanización y un crecimiento demográfico "fuera de control" han agravado una amenaza climática ya de por sí excepcional, con la llegada de una sucesión prologada y devastadora de ciclones en los últimos años, de alrededor de 20 cada año en todo el país y unos 145.000 desplazados.
En Naciones Unidas, sus últimos indicadores de Vulnerabilidad Climática establecen un Triángulo de las Bermudas de máximo riesgo atmosférico entre Bangladesh, Níger y Pakistán.
La COP27 dejó claras evidencias de que las tensiones políticas internas elevan el riesgo climático
En cambio, para Nature Society, las naciones más perjudicadas por el cambio climático con riesgos domésticos sistémicos aparejados a corto plazo, según revelaron sus expertos en la COP27, que agravan su escenario atmosférico extremo, serán Chad, en peligro de inundaciones constantes, en un contexto de confrontación militar y hambruna; Somalia, bajo una galopante sequía que generará más de 8 millones de casos de desnutrición graves; y Siria, con una década de guerra, sequías y terremotos que han elevado su riesgo de shock climático.
A estas les siguen la República Democrática del Congo, que a sus múltiples epidemias de malaria y ébola suma el centenar de grupos armados que se disputan el poder y que han duplicado los fallecimientos y los registros de desnutrición provocados por sus sequías; y Afganistán, cuyos problemas climáticos -ausencia de precipitaciones en los últimos tres años y episodios de lluvias torrenciales- se han agravado por el retorno al poder de los talibán y la desaparición de ayuda internacional.
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