Cinco experiencias para disfrutar en otoño
La estación nos regala una naturaleza única, paisajes de ensueño y esa tranquilidad que no siempre encontramos durante las vacaciones de verano. Por ello, desvelamos algunos destinos ideales para escapar en estas fechas y deleitarse de una estación que, en esos destinos, nunca deja indiferente.
Hemos dejado atrás el verano y las vacaciones para muchos ya son solo un recuerdo. Son multitud los que se han quedado con ganas de más y no están dispuestos a esperar todo un año para escaparse y disfrutar de unos días más en compañía de la pareja, de toda la familia o de amigos.
Para todas esas personas con hambre de escapada el otoño se presenta como una oportunidad inmejorable. No solo encontrarán precios más reducidos y ofertas especiales, además gozarán de esa tranquilidad tan difícil a veces de hallar en verano, especialmente si se desplazan a enclaves que cuentan con todas las garantías para disfrutar del mejor descanso, la gastronomía más selecta y entornos únicos.
Podrás sacarle el máximo partido a esta bonita estación del año, realizar actividades que solo pueden llevarse a cabo en otoño, disfrutar de paisajes únicos, de bosques, del mundo de la micología y de la berrea, además de deleitar el paladar con las mejores gastronomías locales y conocer productos de cercanía y de temporada.
El otoño también es para disfrutarlo y por eso proponemos cinco destinos únicos y sorprendentes para escaparse en estas fechas y disfrutar de la comodidad de los Paradores; de las mejores instalaciones, de la naturaleza que los rodea y de una atención personalizada que habla por cada uno de los establecimientos de su red.
La Sierra de Gredos es, en esta época del año, todo un espectáculo que nos brinda la naturaleza, y si lo tuyo son las setas, disfrutarás como en ningún otro sitio. Gredos en un paraíso para los iniciados en el mundo de la recogida de setas, pero también para los que no saben nada de ellas, ya que pueden participar en un curso en el que aprenderán a identificarlas y pasar un fin de semana muy especial en el que no les faltará de nada.
En esta época del año, de octubre a noviembre, Gredos ofrece la oportunidad de la recogida de setas aunque no tengas ni idea, ya que puedes participar en un curso de iniciación al mundo de las setas durante un fin de semana que incluye alojamiento, desayuno y almuerzo degustación. Aprenderás a identificar las diferentes setas y a conocer mucho más sobre el apasionante mundo de la micología.
Pero hay mucho más: lagunas, glaciares, gargantas, bosques de pinos, senderos por los que pasear… Gredos luce su mejor cara y se llena de atractivos naturales en otoño. Esta comarca privilegiada e idílica de Ávila fue la elegida para ubicar el primer Parador de la red, el Parador de Gredos, inaugurado por el Rey Alfonso XIII en 1928, y que hoy en día se ha consolidado como uno de los alojamientos más emblemáticos de la extensa red de Paradores.
El Parador de Gredos es un lugar lleno de historia donde se firmó el primer borrador de nuestra Constitución, pero sobre todo es un sitio tranquilo que se presenta como punto neurálgico de todo tipo de actividades: paseos a caballo por Hoyos del Espino, avistamiento de aves y rutas interpretativas que nos acercan al mundo de la geología.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido brinda en otoño parajes increíbles. En esta zona de Huesca se sienten los olores, el sonido del crujir de las hojas y del viento, los colores del otoño. Y es que en Bielsa se vive una experiencia sensorial y terapéutica llamada Baño de bosques, que te invita a adentrarte en el entorno y a recargar ese déficit de naturaleza que muchos padecemos.
Esta experiencia de Baño de Bosques surgió en Japón en los años 80 del siglo pasado con el nombre local de Shinrin-yoku y hoy es una de las actividades que propone el Parador de Bielsa dentro de su programa de Naturaleza para los Sentidos. Podrás deleitarte durante dos horas de inmersión sensorial en el Bosque de Cornato o en el Valle de la Pineta para asimilar todo lo que la naturaleza ofrece y después descansar en este refugio de montaña, de confortables habitaciones donde el tiempo parece detenerse.
El otoño es único como escenario natural en estos parajes, con sus imponentes las montañas, hayedos y cascadas. La urbanidad se reduce en esta zona únicamente a preciosas villas de aire nórdico de pizarra y piedra, que dibujan pueblos de cuento como el propio Bielsa, un lugar perfecto para romper el ritmo acelerado de vida de cada día y conectar con uno mismo adentrándote en la naturaleza y tomando conciencia de todo lo que te rodea.
Y qué decir de la gastronomía de Aragón que tan bien conocen en este Parador que goza, además, de una increíble panorámica para no perder de vista la naturaleza, y donde unas buenas migas aragonesas o un suculento ternasco asado hacen las delicias de los comensales.
Cazorla es un destino ideal para una escapada en otoño que nos ofrece la oportunidad de asistir a uno de los espectáculos naturales más característicos de la estación, como es la berrea, que nos aporta esas estampas otoñales donde los ciervos macho pugnan con fuerza para ganarse el favor de las hembras.
La berrea es una experiencia que hay que presenciar al menos una vez en la vida, y qué mejor que hacerlo en uno de los lugares más recomendados como es Cazorla. Se trata de un cortejo que emociona y sobrecoge, que se produce normalmente al amanecer o al atardecer y que impresiona sobremanera, ya que escuchar los bramidos y el choque seco y profundo de las cornamentas en lid, sin duda cortan la respiración.
En Cazorla, en plena provincia de Jaén, se encuentra el mayor espacio protegido de España, donde los ciervos conviven con zorros, gamos, águilas, arrendajos, ciervos o cabras montesas. Además, puedes aprovecha tu estancia para visitar el Nacimiento del Guadalquivir, la Cueva del Agua o las ruinas romanas de Quesada.
A un paso del entorno privilegiado de los ciervos surge un Parador que en realidad es un cortijo andaluz ubicado en plena montaña. En el Parador de Cazorla podrás olvidarte de lo cotidiano y dejarte llevar por la tranquilidad de un paisaje habitualmente verde que durante los meses de otoño se viste de ocre. El Parador se encuentra en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en el corazón del mayor espacio natural protegido de España, donde nace el Guadalquivir y la imponente Cueva del Agua, que podrás visitar.
En otoño, lucen en todo su esplendor chirimoyas, granadas, higos, mandarinas, manzanas, membrillo, setas, calabazas, peras, uvas y castañas, que muchos llaman el regalo del bosque, y es el producto estrella del Parador de Santo Estevo, ya sea en postres, salsas o guisos.
La castaña es un excelente producto de cercanía y de temporada para elaborar platos como el queso de cabra con castañas, la presa de cerdo alimentado con castañas a la parrilla, la salsa trufada, las peras asadas y el higo agridulce y, por supuesto, deliciosas tartas. Es una de las especialidades del Parador de Santo Estevo, que elabora platos exquisitos de la gastronomía gallega del interior con los mejores productos de la zona, pescados del día llegados desde las rías gallegas y ternera gallega IGP, todo ello maridado con vinos de la Ribeira Sacra.
El Parador se encuentra en un monasterio benedictino y es otra de las joyas de la red, también porque goza de unas vistas panorámicas espectaculares del cañón del río Sil. El restaurante Dos Abades está situado en las antiguas caballerizas del monasterio, bajo una espectacular bóveda de piedra de 14 metros de altura y junto a un frondoso bosque de robles y castaños. Es un lugar mágico para degustar la mejor gastronomía de Galicia: productos del mar y de la tierra, platos típicos de la Ribeira Sacra y postres ourensanos como la bica o la tarta de castañas.
Los orígenes del monasterio se remontan al siglo X, aunque ha sufrido ampliaciones y presenta influencias de diferentes estilos arquitectónicos, con tres espectaculares claustros: románico, gótico y renacentista. Las habitaciones fueron antaño las celdas de los monjes y ahora hay un spa instalado en las antiguas bodegas y un jacuzzi en el exterior. Pero lo mejor es que dentro del propio Parador existe un precioso bosque centenario con castaños que conviven con muros en ruinas y antiguos hornos, ideal para pasear tras haber degustado los mejores manjares.
Si lo que buscas para tu escapada de otoño es encontrarte con temperaturas agradables que han dejado atrás los calores del verano, la isla de Gran Canaria es el lugar ideal, ya que el otoño es una de las épocas más recomendables para visitar Canarias, puesto que, además, las noches son frescas y resultan muy agradables para conciliar el sueño.
La naturaleza es protagonista en otoño en el archipiélago, que cuenta con el 40% de su superficie recogida en Espacios Protegidos como el Parque Rural del Nublo, el paraje natural más grande de Gran Canaria que esta época del año torna al ocre y al anaranjado y exhibe un bonito cielo cálido.
Para disfrutar de este idílico paisaje canario de primera mano, reconocido como reserva de la Biosfera por la Unesco, el Parador de Cruz de Tejeda es el lugar prefecto, ya que ofrece las vistas más bellas de la isla. La panorámica es impresionante y los atardeceres, increíbles, puesto que está ubicado a más de 1.500 metros de altitud, siendo por ello uno de los alojamientos más elevados de la red.
El cielo y al paisaje son los auténticos protagonistas en este Parador emplazado en Tejeda, uno de los denominados Pueblos Más Bonitos de España, y se asoma desde muchas de sus estancias al Risco Caído y a los espacios sagrados de las montañas de Gran Canaria. Es una panorámica aún más espectacular desde la piscina del circuito hidrotermal, en la que puedes relajarte entre nubes; y en su restaurante, donde además te espera una muestra de cerámica popular que te sorprenderá.