"Calma tensa" entre médicos y enfermeras por el malestar laboral en los centros de salud de Catalunya
Hace un mes que comenzó la huelga indefinida del personal de enfermería, que se nota especialmente en la primaria, donde han dejado de hacer tareas que consideran que no se les reconocen
Emma Pons Valls
Barcelona--Actualizado a
Ya hace un mes que las enfermeras están en huelga indefinida en una convocatoria promovida por el sindicato Infermeres de Catalunya a la que se han sumado miles de profesionales en las calles. El detonante fue la firma del conocido como Tercer Acuerdo del Institut Català de la Salut (ICS), pero el malestar en el colectivo viene de mucho más allá.
El detonante es el tercer acuerdo, pero el malestar viene de más allá
Esta situación está impactando en el día a día en los centros de salud (CAP), donde existe una "calma tensa" entre médicos y enfermeros. Con equipos formados por ambos colectivos profesionales, así como administrativos, auxiliares y técnicos, la dinámica de trabajo se ve resentida.
"Era un acuerdo muy esperado y los colectivos que teníamos esperanzas en un reconocimiento que no ha llegado dejamos de hacer tareas que no nos corresponden, o por las que no estamos cubiertas legalmente", explica a Público Antonia Raya, enfermera del CAP Raval y presidenta del Fòrum Català d'Atenció Primària (FoCAP).
Infermeres de Catalunya es por ahora un sindicato minoritario porque no tiene aún la representatividad mínima para participar en las mesas de negociación, en parte debido a su corto recorrido -se fundó en 2019. Pese a esto, ha logrado movilizar a miles de enfermeras y elevar sus reivindicaciones a la Generalitat. La última manifestación, el sábado, congregó a cerca de 6.000 personas, 3.500 según la Guardia Urbana.
"Las enfermeras llevamos muchos años aguantando una situación límite, el sistema ya estaba muy tensionado y la pandemia nos ha dejado aún más agotadas", señala en declaraciones a Público Núria Guirado, presidenta del sindicato. El propio Colegio de Enfermería de Catalunya se ha sumado a las reivindicaciones y también reclama al conseller de Salut, Manel Balcells, que reconozca a la profesión.
Las enfermeras no reciben el apoyo de los médicos
"Nos prometieron reconocimiento, pero los acuerdos no se han traducido en esto"
Las reivindicaciones no son sólo económicas, aunque este aspecto tiene un peso importante: "Nos prometieron reconocimiento, pero los acuerdos no se han traducido en esto", añade Guirado, en referencia al tercer acuerdo del ICS, pero también al nuevo convenio del SISCAT, el que regula las condiciones de trabajo de la red concertada.
Algunas de las tareas que las enfermeras de los CAP están dejando de hacer son las propuestas de bajas laborales o de cambios en la medicación, ya que son acciones que después deben ser validadas por los médicos. "Hay una sensación de tristeza y decepción, esperábamos cierto apoyo de los médicos que no hemos tenido", lamenta Raya.
Sin embargo, la enfermera señala que hay casos en los que sí se ha cerrado filas entre colectivos. Es el caso de un centenar de directivos de 50 CAP de Barcelona que amenazaron con dimitir si Salut no rectificaba en las condiciones pactadas en el tercer acuerdo. Balcells aceptó reunirse con ellos, pero todavía no hay novedades.
"Agravios comparativos" entre colectivos
En los últimos días se han sumado otros colectivos a la protesta de las enfermeras, como los técnicos sanitarios. El 27 de enero habrá una movilización convocada por la plataforma sindical Huelga Unitaria contra el Preacuerdo ICS. La plataforma tildó el acuerdo "de injusto" y "clasista" porque, según calcula, de los 320 millones que el Govern quiere destinar a mejorar el anterior convenio, el 52% será para los médicos.
El 52% de la inversión extra en sueldos se destinará a los médicos
El tercer acuerdo es fruto de las negociaciones entre sindicatos y Generalitat abiertas hace un año, a raíz de la huelga de distintos colectivos sanitarios, especialmente médicos. Lo han firmado CCOO, UGT, Metges de Catalunya y SATSE, el sindicato de enfermería mayoritario, de ámbito estatal.
Aunque responde a una demanda de años de mejora de las condiciones laborales, generó malestar por los "agravios comparativos" entre las diversas categorías sectoriales, especialmente, entre médicos y enfermeras. Guirado valora como "migas" las mejoras para el colectivo.
El sindicato mayoritario, SATSE, defiende los avances que supone el nuevo acuerdo para superar al firmado hace 17 años, que además sufrió recortes a partir de 2010. "No podemos permitirnos continuar ni un día más en un estado de negociación perpetua", afirmaba en una carta a los afiliados.
Asimismo, tildaban de "desmedidas" unas críticas que consideran que "no tienen ningún sentido". Para SATSE, no firmar significaría "la consolidación de los recortes sufridos en los últimos años, ya que no cerrar nada implica mantener lo que hay".
Movilizaciones persistentes
Pese a que, al tratarse de una huelga indefinida, el seguimiento diario es bajo, Infermeres de Catalunya ha logrado reunir a miles de profesionales en las diversas protestas que ha organizado en Barcelona.
Las comadronas son uno de los colectivos más damnificados
"Son movilizaciones sin precedentes, nunca hasta ahora se había visto a enfermeras y comadronas unidas", explica Guirado. Las comadronas son uno de los colectivos que consideran más perjudicados porque, pese a estar obligadas a cursar la especialidad para ejercer, después no se les reconoce esta formación a nivel de sueldo.
Guirado, presidenta de un sindicato muy joven -formado en el 2019, aunque la pandemia hizo que hasta el 2021 no cogiera impulso- reconoce que esta huelga, la primera organizada en solitario, ha situado al colectivo en el mapa. "Ahora el Govern nos reconoce como un sindicato legitimado".
Para desconvocar, reclama que Salut dé salida con "hechos tangibles" a lo que son sus "líneas rojas", y pese a las negociaciones, no sabe cuándo desconvocarán. "No nos gusta estar en huelga, es muy duro para todos", apunta la presidenta.
"No hacen falta más mesas de negociación, son ganas de ganar tiempo y cansar a la gente", apunta Raya. Precisamente una de las propuestas de Balcells ha ido en esta línea, pero la enfermera critica que, en cada cambio de gobierno, se inhabilita lo que han hablado con el anterior. "Nos jugamos mucho, no es solo un tema de las enfermeras: si no tienes una atención primaria eficiente, el sistema se cae".
Reconocimiento a distintos niveles
Algunas de las principales reivindicaciones de las enfermeras pasan por el reconocimiento de su nivel académico -hace años que Enfermería se corresponde con un grado, a diferencia de antes-, también de las especialidades y no tener que hacer uso de sus propios vehículos en horario laboral.
"No estamos en contra de que la profesión avance, pero hay que hacerlo con un marco legal seguro"
Las nuevas tareas que han ido asumiendo en los últimos años, ya antes de la pandemia, también están en el foco. "No somos diplomadas, no hacemos lo mismo que hacíamos en el 2006", apunta Raya, señalando las nuevas competencias y el trabajo de coordinación.
"No estamos en contra de que la profesión avance, pero hay que hacerlo con un marco legal seguro y el reconocimiento necesario", coincide Guirado, quien lamenta algunas prácticas que las relegan todavía a un rol de "secretarias".
El reconocimiento que reclaman va más allá de la retribución y tiene impacto, por ejemplo, en el acceso a puestos de gestión: "Muchas veces los ocupan médicos, y la visión es diferente. Hay que virar de un sistema médico-centrista y hospitalo-céntrico a uno multidisciplinar que ponga en el centro a las necesidades de la persona".
También reclaman ser reconocidas con la categoría profesional A1 -ahora son la A2, aunque llevan años graduadas-, una reclasificación que depende del Gobierno, pero por la que piden a la Generalitat un complemento salarial equivalente mientras no llega. Salut ha explicado que ascendería a cerca de 400 millones.
Balcells se reunirá próximamente con la ministra de Sanidad, Mónica García, para abordar una cuestión que también afecta a otros colectivos. "Todo el mundo reclama tener un nivel de categoría profesional adecuado a su formación académica y tienen razón", reconoció el conseller.
La huelga ha tenido especial impacto en la atención primaria, que sufre desde hace años una saturación acentuada con la pandemia. A nivel hospitalario, a pesar de compartir el malestar por la falta de reconocimiento, existen otras problemáticas. "Las realidades son distintas", responde Guirado, también en referencia a las residencias, donde no encuentran a profesionales ante la precariedad del sector.
Raya va más allá y explica que la falta de personal crónica en los hospitales hace que la huelga no tenga tanto impacto: "Están en servicios mínimos permanentes".
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