Basir, superviviente de la masacre de Melilla, llega a España tras años de lucha: "Es una victoria importantísima"
Los abogados del joven exiliado consideran que su llegada es "un precedente para las personas refugiadas que solicitan protección internacional en las representaciones diplomáticas de España".
Madrid-Actualizado a
Han pasado tres meses desde que la Audiencia Nacional ordenó a la Administración cumplir una medida cautelar de carácter urgente que pedía "actuar oportunamente para promover el traslado a España" de Basir (nombre ficticio para proteger su identidad), el refugiado sudanés de 24 años que sobrevivió a la tragedia de Melilla. Este jueves sus abogados de DEMOS (Estudio legal de Derechos Humanos), Arsenio G. Cores y Adilia de las Mercedes, informaron a Público que Basir había llegado a España. Esto significa que podrá realizar la petición de asilo por la que lleva luchando más de diez años.
"La victoria de Basir es un precedente importantísimo para las personas refugiadas que solicitan protección internacional en las representaciones diplomáticas de España", manifiestan los letrados. Sin embargo, sostienen que "no hay excusa que justifique el incumplimiento de Exteriores con la resolución judicial que ordenaba el traslado urgente de Basir".
Basir, en declaraciones a Público, cuenta que está orgulloso de formar parte de esta victoria para los refugiados. "No habría sido posible sin la labor de mis abogados y el seguimiento de mi caso por parte de los medios de comunicación", recalca.
Los abogados del joven insisten que "la demora contumaz del Gobierno en la ejecución de una resolución de la Audiencia Nacional ha puesto en riesgo a Basir y demuestra una nueva actuación al margen de la legalidad y del Estado de derecho".
Para pedir asilo en España, normalmente es necesario estar físicamente en el país. El 13 de diciembre de 2022, Basir, con el apoyo jurídico de DEMOS, solicitó ante la Embajada de España en Marruecos la aplicación del artículo 38 de la Ley de Asilo que permite que la persona solicitante sea transferida a territorio español para que pueda solicitar protección internacional.
Maltrato en su llegada a España
La llegada de Basir no ha sido la esperada. Sus abogados denuncian las violencias que ha sufrido desde el momento en el que llegó al país. "Desconocemos cuáles son los motivos reales que llevan a este maltrato contra una persona que no ha hecho más que ejercer sus derechos humanos", declaran. Añaden que, si con su entrada al país "han saltado las contradicciones del Gobierno, no es Basir el responsable".
Sus defensores narran que el traslado tuvo lugar tras una compleja operación coordinada por DEMOS, Estudio Legal de Derechos Humanos, con ACNUR, tanto en España como en Marruecos, además de con el Consulado y la Embajada de España en Marruecos. Finalmente, solicitaron al Ministerio de Migraciones poder encontrarse con el joven refugiado inmediatamente a su llegada en el Aeropuerto de Madrid-Barajas. "Esto no ocurrió así", lamentan.
Abogados de Basir: "La gestión de su llegada fue absolutamente revictimizante y vulneró nuevamente sus derechos humanos"
"La gestión de la llegada de Basir a territorio español fue absolutamente revictimizante y vulneró nuevamente sus derechos humanos", manifiestan. Los abogados informan que cuando aterrizó el avión, aun en su asiento, desde la megafonía llamaron a Basir por su nombre real y completo, "desvelando públicamente su identidad".
Basir cuenta a este medio que en la puerta del avión, dos agentes de Policía, tras comprobar su pasaporte, le ordenaron que fuera con ellos. "Desconocía dónde estaba, el motivo de encontrarme allí y lo que iba a suceder", asegura. "Pregunté si podía beber un poco de agua y me respondieron que no era posible. Me tomaron fotos y las huellas dactilares, de nuevo sin explicarme el motivo", explica.
Basir pidió hablar con sus abogados, pero se lo negaron. "Estaba desconcertado y asustado; no sabía si me iban a llevar a una prisión, si me iban a expulsar o si me iba a suceder algo peor. Comencé a revivir los recuerdos de la tortura sufrida a manos de policías en otros momentos", reconoce.
Finalmente, el joven ingresó en una dependencia gestionada por la organización ACCEM. "El trabajador social, al verle aterrorizado, accedió a nos llamara a sus abogados, y pudimos dar con su paradero tras horas de intensa búsqueda en las que no sabíamos nada de él", cuentan.
Racismo institucional
"La victoria de Basir demuestra que, a día de hoy, la existencia de vías legales para acceder al derecho de asilo, como ha reiterado el Ministro Grande-Marlaska en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo, no es real", insisten los asesores del joven refugiado. Añaden que las dificultades se agravan cuando se trata de personas negras, "lo cual es el reflejo del lamentable e ilegal racismo institucional de nuestra Administración".
Basir: ¿Por qué nuestro color de piel nos condena a los refugiados negros a ser tratados como personas sin derechos?
Incluso, el propio Basir escribió una carta de su puño y letra al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que le preguntó: "¿Por qué nuestro color de piel nos condena a los refugiados negros a ser tratados como personas sin derechos? ¿Por qué Europa no nos permite otra opción que no incluya poner en riesgo nuestras vidas? Yo jamás habría intentado saltar la valla si tuviera otra opción, señor presidente, pero por mi color de piel tampoco podría nunca obtener un visado para llegar de otra forma a un país seguro".
El Defensor del Pueblo ha recordado en varias ocasiones que las personas como Basir no tienen otra alternativa que saltar las vallas o subirse a una patera si quieren pedir asilo en España. "Yo no elegí ser un refugiado. No fue por elección que dejé mi país y a mi familia, a la que amo, sino porque soy víctima de una guerra de tribus y de la discriminación religiosa que puso mi vida en peligro en Sudán", explicó Basir en la carta a Sánchez.
Atrapado y escondido en Marruecos
La última vez que Basir intentó llegar a España fue el 24 de junio de 2023. La Guardia Civil lo devolvió de inmediato a Marruecos, donde ha estado escondido durante casi un año.
El joven ha recorrido cinco países desde que la guerra en su Sudán natal le dejó sin padre, sin hermano y, por muy poco, sin su propia vida. En el camino ha sido perseguido por los familiares que le acogieron. Huyó de los ataques de grupos armados en su aldea que lo juzgó por ser cristiano. Ha sido torturado en centros de detención de migrantes de Argelia, agredido o maltratado en Egipto, Libia y Marruecos.
"Todos somos seres humanos y merecemos ser respetados. Quiero estar seguro, quiero ser libre lejos del racismo. La llegada a España es muy importante en mi vida", concluye Basir.
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