El consumo mundial de drogas ha aumentado un 20% en la última década, según un informe que publica este miércoles la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Un total de 292 millones de personas utilizaron estas sustancias en 2022 y en el 78% de los casos se trataba de cannabis.

Esta sigue siendo la droga más consumida en todo el planeta, con 228 millones de usuarios, seguida de los opioides, con 60 millones; las anfetaminas, con 30 millones; la cocaína, con 23,5 millones; y el éxtasis, con 20 millones.

El informe señala la expansión de nuevos opioides sintéticos como factor clave en el aumento de muertes por sobredosis. Muchos usuarios consumen nitazenos, una sustancia más potente que el fentanilo y que afecta sobre todo a Europa occidental, América y Oceanía.

De los 14 millones de personas que se inyectan drogas, el 49% tiene hepatitis C, el 11,5% están infectados de VIH y el 10% con ambas enfermedades. La ONUDD advierte de que el riesgo de contagiarse de VIH es 35 veces mayor entre quienes se inyectan drogas.

Las mujeres sufren más la violencia del consumo

Las mujeres componen apenas un cuarto del total de usuarios. Sin embargo, son las que más sufren la violencia y la inseguridad que causan el consumo de drogas. La ONU denuncia que ellas son especialmente vulnerables a la violencia de género, el abuso sexual, las inyecciones inseguras y las barreras en el acceso a tratamiento.

Esta violencia  no viene solo por parte de sus parejas, sino también de otros consumidores, agentes del orden o traficantes. De acuerdo con el informe, las mujeres se enfrentan a "barreras desproporcionadas", como la falta de concienciación, el estigma o limitaciones financieras, para acceder a tratamientos y servicios relacionados.

Además, las mujeres que se inyectan drogas tienen 1,2 veces más probabilidades de contagiarse de VIH que los hombres. Además, el estigma, la discriminación o el miedo a perder la custodia de sus hijos impiden que muchas busquen la ayuda que necesitan.

Cifras récord de cocaína

El narcotráfico de la cocaína se ha disparado tras la pandemia de covid-19 y experimenta un auge inédito, asociado cada vez más a brotes de violencia e inestabilidad sociopolítica en varios países, según ha advertido la ONU.

"El nivel de fabricación de cocaína alcanzó un nuevo récord en 2022, con 2.757 toneladas de cocaína pura", indica el documento. La cifra supone un aumento del 20% respecto al año anterior y el triple de los volúmenes de 2013 y 2014.