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El antirracismo sale a la calle en Madrid: "Los discursos de odio de las instituciones son crímenes de odio en la calle"
La marcha anual que convoca la Asamblea antirracista de la ciudad ha aglutinado a un millar de personas que han marchado por el centro de la capital contra el racismo institucional y la brutalidad policial. Los activistas también han recordado a todos aquellas personas racializadas o migrantes que han muerto debido al racismo en España.
Un millar de personas han marchado por el centro de Madrid en contra de las violencias racistas y los discursos de odio. Así rezaba la pancarta principal que abría la manifestación convocada por la Asamblea Antirracista de Madrid, justo este 13 de noviembre, día en el que se cumplen 29 años desde que Lucrecia Pérez, una migrante dominicana, fuera asesinada por un Guardia Civil: fue el primer delito considerado como un crimen de odio por parte de la justicia española. Iniciada en la plaza de Neptuno, los manifestantes han coreado soflamas contra el racismo institucional, la brutalidad policial y en recuerdo de todos sus "hermanos que han perdido la vida en este trayecto que es el sistema racista europeo", tal y como ha afirmado el activista encargado de los cánticos.
"Aunque el aumento de los discursos de odio nos afecta de forma particular, son un fenómeno muy transversal. Ahora la sociedad acepta cosas que pensábamos superadas, pero estamos retrocediendo en muchos aspectos, tanto en la calle como en los mensajes por parte de ciertos partidos políticos y medios de comunicación", explica Diego Paz, portavoz del colectivo convocante. Así, pasaba casi media hora de las 17:00 horas cuando las pocas centenas de personas congregadas empezaban a dar los primeros pasos.
Algunos de los cánticos recurrentes durante la protesta se han referido al ordenamiento legal español: "La ley de extranjería mata gente cada día", han gritado en repetidas ocasiones. "Ningún ser humano es ilegal", "CIEs no", "no estamos todas, faltan las asesinadas" y "aquí están los antirracistas" han sido otras de las soflamas que se han podido escuchar durante la larga marcha, que ha finalizado minutos antes de las 21 horas en la Puerta del Sol. Cinco furgones de Policía Nacional y otros tres franqueaban la marcha, a la que cada minuto que pasaba se sumaban más activistas.
Rodilla al suelo, puño en alto
Justo en su llegada a la plaza de Cibeles, frente al edificio de la sede del Gobierno local de la capital, los allí presentes han hincado la rodilla en el suelo y han levantado el puño en recuerdo de "todas aquellas personas que siguen muriendo debido a la violencia policial o por el racismo institucional", tal y como ha afirmado uno de los portavoces de la Asamblea. Ahí, un Serigne Mbayé realmente emocionado ha sido el último en levantarse del suelo, de hecho, apenas ha podido hacerlo con la ayuda de algunos de sus compañeros.
Este diputado en la Asamblea de Madrid por parte de Unidas Podemos ha aprovechado la cita para remarcar que "la proliferación de los discursos de odio desde las instituciones tiene su impacto en los crímenes de odio en las calles".
En este sentido, desde el colectivo convocante han extendido sus reclamaciones de la forma más transversal posible, porque "van en contra de todas las minorías", en palabras de Paz. Este mismo activista, preguntado por la respuesta que suele dar la comunidad blanca a los ataques que reciben las personas migrantes y racializadas, ha declarado lo siguiente: "Entendemos, por ejemplo, la respuesta que se dio por el asesinato de Samuel en Galicia. Un crimen tan inhumano es normal que tenga esa respuesta en todo el Estado, pero apenas hemos visto esa respuesta con lo sucedido en Villaverde, donde hace unos días agentes de la Policía Nacional mataban a tiros a Issa M., un hombre ghanés con problemas mentales".
El racismo, cuestión de Estado
Cualquier persona que intentara otear el final de la marcha desde su cabecera podría ver banderas de los pueblos indígenas, mapuches y de Palestina. Peor suerte ha corrido otra bandera de plástico que esta mañana ha clamado por el Sáhara libre, que abandonada en un banco de piedra de la calle Alcalá ha visto pasar a los centenares de manifestantes. "Da igual qué partido esté en el Gobierno porque el racismo institucional es algo enquistado, una cuestión de Estado", ha comentado Paz a Público preguntado por la cuestión al enfilar los primeros metros de la Gran Vía.
A este activista, además, le sorprende el uso que se da de los "menores vulnerabilizados" no acompañados: "Es increíble cómo ese odio racista no solo no perdona a la infancia, sino que se ceba con ella. Tenemos la concepción de que la civilización occidental tiene la idea de proteger a la infancia al ser algo frágil, pero eso solo sirve para la infancia blanca, no para los niños migrantes y racializados", ha explicado. Esta reflexión también ha tenido su eco durante la marcha: "No son MENAS, son solo niños", han gritado en repetidas ocasiones.
Lentos pero constantes, los activistas han recorrido la mayor parte de la Gran Vía ocupando dos carriles de la calzada. Miles de bombillitas que pronto iluminarán la Navidad callejera han sido testigos de cómo decenas de viandantes se quedaban apostados en las aceras para ver qué sucedía. Y, además de verlo, lo han escuchado: "Racismo y capital, alianza colonial" y "CIEs, vallas, redadas sin fronteras, así se construye la riqueza europea" han sido un par de cánticos coreados en ese momento.
Empezaba a caer una tímida noche cuando los peatones se compadecían de sí mismos al ver que agentes de la Policía Nacional les prohibían cruzar la calzada de una de las principales arterias de Madrid. Pasar de la calle Montera a la de Fuencarral se tornaba ardua tarea, pues el raudal de activistas antirracistas era mucho más fuerte que los ávidos movimientos de aquellos que no podían esperar más para continuar su marcha. Una vez más, lo colectivo siendo más fuerte que lo individual.
Memoria histórica antirracista en Sol
Yeison García, otro de los portavoces de la Asamblea Antirracista, intentaba medir los tiempos junto a la Policía Nacional mientras sus compañeros no dejaban de rendir homenaje a los "caídos". Una vez más, los manifestantes han hincado la rodilla en el suelo antes de llegar a Callao, lugar en el que han repetido la acción. La calle Preciados se quedaba corta para las ansias de luchar y gritar de algunos de los convocados, hasta que han llegado a Sol.
En el kilómetro cero madrileño, los antirracistas se han presentado: "Somos las Comunidades y Pueblos Afrodescendientes, Africanas, Moras/ Musulmanas, Rromanís (Gitanas), de Abya Yala, Indígenas, Caribeñas y Asiáticas. Somos las racializadas, las migrantes, las hijas de migrantes, las españolas racializadas, somos las negras, las indígenas, las indias, las moras, las mestizas, las chinas, las gitanas", han dicho encima del escenario.
Instantes después, el movimiento antirracista ha demostrado su memoria: "El 13 de noviembre salimos a las calles por Lucrecia, por Mame, por Manuel, por Illias, también por Younes, asesinado al grito de moro; por Eleazar, asesinado por gitano y por diverso funcional; por las dos mujeres latinoamericanas que fueron acuchilladas en los últimos meses en la cola del banco de alimentos —continuaban su diatriba — por ser migrantes precarias; también por Samuel, asesinado al grito de maricón. Por la joven arrojada de la muralla de Lugo por mujer trans. Por Daniel Jiménez, porque no fue un suicidio su muerte en la cárcel de Algeciras. Salimos por el reciente asesinato de Issa M".
Y subidos al escenario han continuado denunciando la existencia de los CIE, "donde se vulneran sistemáticamente nuestros derechos", han enunciado, la existencia de la ley de extranjería, el incumplimiento sistemático de sus derechos sociales, laborales, políticos, civiles y económicos y la pervivencia de "calles, plazas y monumentos en honor a personas y hechos históricos que fueron parte de la persecución, intentos de exterminación y explotación histórica de nuestras comunidades", en sus propios términos.
El reloj del edificio de la sede del Gobierno regional presidido por Isabel Díaz Ayuso se acercaba a las nueve cuando ha concluido la movilización después de que la Asamblea Antirracista de Madrid leyera algunas de sus reivindicaciones. "La lucha es todos los días, no solo hoy, 13 de noviembre, y eso lo sabemos todas las que estamos aquí", ha declarado a Público una activista que escuchaba atentamente a sus compañeras del escenario.
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