En enero de 2019, los agentes de la Guardia Civil de Costa Teguise (Lanzarote) daban aviso de la desaparición de Romina Celeste, una joven de la localidad que llevaba en paradero desconocido desde la noche de Año Nuevo. Días después, una jueza ordenaba el arresto de Raúl Díaz, su marido, como presunto autor de un delito de homicidio y violencia de género. Ahora, cuatro años más tarde, el acusado se prepara para salir de la cárcel al cumplirse el período máximo de prisión provisional que permite la ley sin que se haya celebrado ningún juicio.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha decretado la libertad sin fianza para el hombre, presunto responsable del asesinato de su mujer. Raúl Díaz, que ha permanecido entre rejas los dos años que marca la ley más los otros dos que permite la prórroga, saldrá de prisión este viernes. Estará obligado, no obstante, a comparecer todos los lunes en sede judicial y tendrá prohibido salir de territorio nacional, motivo por el que se le requisará el pasaporte. 

El auto también le exige fijar su domicilio en España y comunicar todos los cambios de residencia que realice. El detenido, de 48 años, reconoció en su día haber tirado el cuerpo de Romina Celeste al mar, pero negó haberla matado y descuartizado. La magistrada encargada del caso sí vio indicios de que Díaz había asesinado a su esposa, de ahí su entrada en prisión.

La víctima había denunciado a su marido en agosto de 2018, cuatro meses antes de su desaparición. También había acudido a un centro médico dos días antes de ser asesinada, pero se marchó sin ser atendida por los facultativos. Su marido, principal sospechoso, no llegó a enfrentarse a ningún juicio. Los retrasos en todo el procedimiento han sido una constante. 

La Fiscalía pide una condena de 20 años y dos meses de prisión para el acusado por un cúmulo de delitos, entre los que se incluyen violencia de género y asesinato machista. Según el escrito de la acusación, Raúl Díaz habría asesinado a su mujer, para luego quemarla en una barbacoa y arrojar sus restos al mar. Cabe recordar que ciertas partes del cuerpo de la víctima todavía no han sido localizadas.