El 35% de catalanes deben esperar entre 10 días y un mes para una visita del médico de familia
Algunos centros de atención primaria de Barcelona y el área metropolitana, como en La Llagosta, Martorell, Cervelló y Cornellà registran esperas de entre tres y cuatro semanas, según Metges de Catalunya.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
Esta semana médicos y otros profesionales sanitarios han hecho huelga por la situación "insostenible" del sistema de salud público en Catalunya. La sobrecarga de trabajo, la falta de profesionales y el empeoramiento de la atención a los pacientes que esto comporta son algunos de los principales motivos que han llevado a cerca de 10.000 facultativos a protestar en las calles durante dos días y que harán que el miércoles, jueves y viernes de la próxima semana haya nuevos paros.
La saturación del sistema tiene varias consecuencias, siendo una de las más visibles el tiempo de espera para acceder a las visitas médicas. Según datos del Departament de Salut, el 35% de catalanes debe esperar más de 10 días para una visita con su médico de familia. En algunos territorios, la espera puede alargarse dos, tres, cuatro o incluso cinco semanas, especialmente en Barcelona ciudad y el área metropolitana, según Metges de Catalunya.
El sindicato mayoritario de los facultativos alerta de que cada vez es más habitual situarse en una media de tres semanas para acceder a la visita, aunque esto no quita que en algunos casos se encuentre cita para el día siguiente. De hecho, Salut informa a Público que, aunque el 35% de catalanes tenga que esperar al menos 10 días, el 22% encuentra visita antes de dos días, y el 36%, antes de cinco días.
De hecho, este tema está sobre la mesa en las negociaciones entre el sindicato y la Generalitat a raíz de las protestas. El conseller, Manel Balcells, apuesta por fijar una espera máxima de cinco días para tener visita con el médico de familia. El lunes está previsto que se reanuden las negociaciones, aunque Balcells cree que los paros parciales en hospitales y CAP previstos para el miércoles, jueves y viernes se mantendrán.
Metges de Catalunya alerta de que la espera habitual sería de dos a tres semanas
La espera para ver al médico de familia depende de la zona, de la población que tiene asignada cada centro, del número de profesionales que están de baja, en definitiva de una serie de factores que hace que no se trate de un dato estático. Pero el sindicato ha informado a Público de que a mediados de enero los CAP Manso y Ramon Turró, en Barcelona, programaban visitas para al cabo de tres semanas, al igual que el CAP La Llagosta (Vallès Oriental) y el CAP Martorell (Baix Llobregat).
En el CAP La Gavarra, de Cornellà (Baix Llobregat), la espera se alarga hasta cuatro semanas, al igual que en el CAP Cervelló (Baix Llobregat). En el CAP Lloret de Mar (la Selva), la espera baja hasta las dos semanas, pero en el CAP Terrassa Est (Vallès Occidental) estaban dando citas a cinco semanas vista.
Uno de los colectivos que más sufre la situación límite de la sanidad pública es la atención primaria, muy damnificada después de la pandemia. Jornadas infinitas y agendas que pueden llegar a superar a los 50 pacientes diarios son el pan de cada día de unos profesionales "quemados" que temen cometer errores médicos por la falta de tiempo por cada visita: "Tienes siete minutos por paciente. Así es imposible hacer una buena atención", denunciaba una de las manifestantes de esta semana, Helena, residente en un CAP de Tarragona.
Hasta cinco semanas de espera en el CAP Terrassa Est
Una de las causas de todo ello es la pérdida de hasta 900 médicos de familia del Institut Català de la Salut (ICS) que comportaron los recortes realizados durante la anterior crisis económica. A partir de entonces empezó una saturación que, con la pandemia, ha empeorado. La recuperación del trabajo acumulado durante los momentos de más cierre, especialmente en cuanto a pacientes crónicos, ha provocado que en los últimos meses los sanitarios hayan aumentado mucho su carga de trabajo.
"Los pacientes están maltratados y yo me estoy consumiendo", resumía Marcel Garcia, médico de familia en un CAP de Palamós de la red concertada, también en la manifestación. "Quemados lo estamos todos. Algunos aguantamos, y otros no", añadía una médica de un CAP del Vallès.
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