Al menos 22 buitres leonados han muerto en lo que va de otoño al colisionar y electrocutarse con las torres de alta tensión de Fornillos, en el perímetro del vertedero de Huesca, según denuncia la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife), el Grupo Ornitológico Oscense y Amigos de la Tierra. 

No es la primera vez que se encuentran cuerpos de rapaces en esta zona. Los buitres llegan atraídos por el olor de los restos de comida y despojos que se arrojan a diario al vertedero de Huesca y terminan electrocutados con las torres. En 2019 ya se documentaron 11 muertes y en 2015 otras tres.

Este punto negro tiene ya una mortalidad de 36 ejemplares de buitres leonados en los últimos seis años, lo que para las organizaciones ecologistas debería ser suficiente para intervenir y prevenir nuevas muertes.

Los grupos conservacionistas denuncian que las sucesivas muertes suponen una vulneración de la Directiva de Aves de la Comisión Europea y de la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Estas normas indican que la Administración debe aplicar medidas que eviten el daño y la muerte de las especies y garantizar la seguridad de la avifauna. 

La Sociedad Española de Ornitología, además, comunica que la reiteración de las muertes en este punto podría considerarse un delito en el marco de la Ley de Responsabilidad Ambiental debido a "la no corrección de las estructuras que han causado la muerte" de las aves en el tendido eléctrico.

El buitre leonado (Gyps fulvus), es una especie protegida por las normativas autonómicas, nacionales y por las directivas europeas. Se trata de un ejemplar incluido en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial. Pero no es la única ave que ha elevado su mortalidad en esta zona por electrocución. Los registros muestran también muertes de cuervos, milano negro y alimoches. SEO BirdLife alerta también de la cercanía de núcleos poblacionales de águilas perdiceras y de milanos reales, ambas declaradas en peligro de extinción.

En España, la electrocución es una de las principales amenazas para la supervivencia de 24 especies de aves, entre ellas el águila imperial ibérica, el águila-azor perdicera o el mencionado milano real. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) cada año mueren por la colisión con tendidos eléctricos unas 33.000 aves rapaces al año