Juicio al franquismo
¿Le preocupan los efectos que pueda tener la pretensión de Garzón de enjuiciar los crímenes del franquismo?
Lo más importante es que el auto produzca restitución a las familias que han venido reivindicando su derecho a conocer y a exhumar los restos de sus familiares. Ese es el objetivo del proceso como tal y lo que me parece más importante. En cuanto al debate sobre lo que representa el auto, va a dar lugar a posiciones políticas que, en mi opinión deberían respetar la función jurisdiccional, teniendo en cuenta que sobre el auto habrá más pronunciamientos judiciales. Debemos de tener esa prudencia. Yo respeto el auto, y como presidente del Gobierno no debo de hacer valoraciones.
¿Considera un fracaso de la Ley de la Memoria Histórica que esas exhumaciones sean posibles por una decisión judicial y no por la propia ley?
Pues a mí no me parece casual que, después de 30 años de democracia, la primera vez que se produce este auto sea después de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica.
¿Cómo interpreta la reacción del PP?
No se puede arremeter contra un juez de esa manera. El PP tiende en todo a la exageración, a los adjetivos superlativos. Y, desde luego, tiene problemas de memoria.
¿Por qué la fiscalía intenta frenar la investigación?
Supongo que es por un criterio estrictamente jurídico. La fiscalía actúa autónomamente.
Pero hace 10 años el PSOE criticó a la fiscalía por recurrir la extradición de Pinochet. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Hay un fiscal jefe de la Audiencia Nacional que es el que marca el criterio a su saber y entender, salvo que tenga una posición del fiscal general del Estado. Unas posiciones de la fiscalía me gustan más y otras menos, pero son su responsabilidad.
El PSOE se ha definido históricamente como un partido federal. Dentro de unas semanas, la Constitución cumplirá 30 años. ¿Es el momento adecuado para reformarla con el fin de avanzar hacia un modelo más federal?
La Constitución tiene 30 años, y a los 30 años normalmente uno suele estar bien. ¿Puede tener alguna reforma? Sí. ¿Es imprescindible para que el país funcione? No. ¿Podría mejorarse? Sí. Hemos creado ya una doctrina de funcionamiento del Estado de las autonomías que se va enriqueciendo, que vamos mejorando. Una vez culminadas las reformas de los Estatutos, en el momento en que se llenen de contenido todos los traspasos, habremos completado el cuerpo del autogobierno.
El debate de la financiación, como pasa en todos los países descentralizados, sean federales, autonómicos o como los queramos llamar, siempre tendrá momentos en los que se ponga a revisión. Ha pasado en Alemania, en Estados Unidos. Podrá haber un modelo que dure más, pero siempre habrá ese debate, porque hablamos de la distribución de los recursos públicos.
Pero, entonces, ¿da por cerrado el modelo autonómico?
El núcleo del autogobierno competencial, sí, con la reforma de los nuevos estatutos. Pero la financiación autonómica es como la financiación local: cada cierto tiempo se hace alguna revisión, es lógico.
¿Qué pasará si el Tribunal Constitucional tumba el Estatut?
Es una hipótesis con la que no debemos de trabajar. Si no hubiera creído que el Estatut es constitucional, no lo habría votado. Por tanto debo esperar a que el Tribunal consagre la constitucionalidad, aunque pueda tener una tarea interpretativa en algunos aspectos.
¿Se plantea retomar las cuatro reformas de la Constitución que planteó cuando llegó a La Moncloa?
La reforma de la Constitución exige el acuerdo entre el PSOE y el PP. Pero el PP no ha mostrado ningún entusiasmo; más bien al contrario. Por tanto me parece un error persistir en algo en lo que tu contraparte imprescindible no se siente estimulada.
Los ministros de Interior y de Justicia han asegurado que la izquierda abertzale no podrá presentar candidatura.
Estoy completamente seguro de que lo que han dicho los ministros se va a cumplir a rajatabla.
¿Y no se deteriora la democracia cuando más de 100.000 votantes no pueden votar a los candidatos que quisieran?
No. Se deteriora la democracia cuando hay candidatos que pretenden presentarse y luego dependen de una organización como ETA. Eso es el deterioro de la democracia.
¿En el caso de que el PSE sea el partido más votado, usted garantizaría a los votantes socialistas que el lehendakari no será del PNV?
Yo tengo mucho respeto por dos cosas. Uno, por el hecho electoral en sí. Primero tienen que votar los vascos. Y segundo, por Patxi López y por mi partido en Euskadi. A ellos les va a corresponder tomar las decisiones sobre el día siguiente. Yo les respaldaré y respetaré. Tengo muchísima fe en Patxi López. Me cae muy bien y le voy a apoyar. No le voy a condicionar.
¿No es eso contradictorio con lo que sucedió tras las elecciones navarras, cuando el PSOE navarro quería gobernar y desde Madrid se presionó para que no fuera así?
No, es muy distinto porque en Navarra éramos la tercera fuerza política. Si somos la tercera fuerza política en Euskadi, evidentemente yo le aconsejaría de manera directa a Patxi López lo que he explicado en más de una ocasión. Creo que cuando eres tercera fuerza política en una comunidad como Navarra, para afrontar una responsabilidad de hacerte cargo del Gobierno hay que pensarlo mucho.
¿Qué opina del rechazo de la Iglesia a la selección de embriones?
Ni me sorprende ni lo comprendo.
¿Para cuándo se va a quitar la Biblia de las tomas de posesión?
Eso es una tradición que está ahí. No olvidemos que juramos ante el jefe del Estado. Yo prometo, pero a mí, personalmente, no me molesta. Soy un defensor del Estado laico, pero sin obsesionarme.
¿Cree necesario renegociar el Concordato con la Iglesia, o es un asunto intocable?
Algún acuerdo con la Iglesia hay que tener. Lo dice la Constitución. Muchas veces yo lo recuerdo y lo tengo presente. Esa relación es perfectamente compatible con mi convicción y mi acción en pro de un Estado aconfesional y laico. Ha habido mucha gente que habla de laicismo y que critica a veces al Gobierno. Pero el Gobierno que ha llevado las leyes más avanzadas, demostrando que no tiene ningún condicionante por las tesis de la Iglesia católica, es este Gobierno. Me sorprende ver determinadas críticas.
Después de la oposición radical a la ley del matrimonio homosexual, la reforma del divorcio, la de Educación para la Ciudadanía, quizá usted no quiera más confrontación con la Iglesia...
Ser un Estado aconfesional no significa ser un Estado contraconfesional. Lo digo como un laico practicante. Pero dentro de mi concepción de la democracia y del socialismo está el respetar que cualquier ciudadano, ejerza un cargo público o no, vaya a misa, y que eso no sea objeto de censura. Me ha parecido una posición incomprensible el que se critique a alguien que accede a un cargo público importante porque tenga una práctica religiosa.
Se refiere a Carlos Dívar, el nuevo presidente del Poder Judicial.
Sí, me refiero a Carlos Dívar.
Carlos Dívar dijo textualmente: 'Solo en amar a Cristo y en hacerle amar en una vida coherente y cabal se encuentra la única verdadera Justicia'. ¿Le parece lógico que un juez que considera los principios de su fe como la verdadera justicia presida el máximo órgano de los jueces en un país aconfesional?
Absolutamente. Yo procuro ser coherente con mis principios. Es muy ejemplificador lo que ha pasado con Carlos Dívar. Cuando me sugirieron su nombre, analicé su trayectoria profesional e institucional, pero, al igual que no hago con ninguna otra persona, no indagué, porque no forma parte de mi visión de la vida democrática, si iba a misa o si era evangelista, o había apostatado. No lo hago con nadie. Lo otro me parece precisamente lo que desde los fundamentalismos religiosos se practica y yo combato. En mi concepción de la democracia, el respeto a la práctica religiosa ha de ser absoluto. Soy tan combativo en eso como lo soy cuando los obispos han intentado impedir leyes aprobadas por el Parlamento.
¿Es usted partidario de que la mujer tenga libertad para abortar?
Soy partidario de reformar la ley y vamos a ver cuál es el informe de la comisión de expertos. Pero desde luego parece razonable que un sistema de plazos bien estructurado pueda ser más garantista. Esperemos al informe de los expertos.
El 13 de marzo de 2007, una comisión del Congreso aprobó un informe sobre la explotación sexual donde pedía al Gobierno que erradicase los anuncios de prostitución de los diarios. Sin embargo, esa recomendación no se ha visto plasmada en el plan integral que presentó hace unas semanas la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. ¿Renuncia el Gobierno a tomar medidas para erradicar estos anuncios, como pedía al Congreso?
A mí me parece una buena medida. No lo podemos imponer, es necesaria la autorregulación. Pero estoy de acuerdo con que los diarios retiren los anuncios de prostitución.
El actual ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo este verano que 'la política de inmigración de Caldera fue magnífica, pero ya está amortizada'. ¿Comparte el análisis?
No recuerdo la cita, pero hay cosas que son evidentes. Cuando se crea empleo hay una política de inmigración y cuando no se crea empleo hay otra política de inmigración. Es un hecho natural, no es una cuestión que se dicte por un Gobierno.
¿Obama o McCain?
A mí me gusta Obama. Tampoco debe ser ninguna sorpresa.
¿Qué opina de la herencia que deja Bush?
No voy a opinar, no soy objetivo.
Que George W. Bush no le haya recibido en ninguna ocasión, ¿lo considera motivo de fracaso o de orgullo?
El tiempo lo dirá. Yo no me siento orgulloso de no haber tenido una conversación con Bush. Pero después de todo lo que ha pasado y cómo ha acabado la cosa es entendible, porque me he opuesto claramente a la política de Bush. He sido coherente.
¿Le preocupan los liderazgos latinoamericanos de Hugo Chávez y Evo Morales?
Latinoamérica ha tenido tradicionalmente procesos de estabilidad e inestabilidad. Ahora llevamos un tiempo de democracias y hay que apostar por su estabilización. Debemos respetar los procesos electorales democráticos.
¿Cuándo viajará a Cuba?
Será en 2009.
¿Por qué es tan delicado un viaje a Cuba y no lo es a China?
Porque Cuba ha sido objeto aquí de una gran polémica política. Aznar fue a Cuba y no pasó nada.
¿Cómo lleva el síndrome de la Moncloa, el virus que dicen que afecta a todos los presidentes?
De momento aquí no hay productos tóxicos, ni financieros, ni políticos ni psicológicos.
¿Se presentará a un tercer mandato?
Todos sabemos que lo más responsable en este tipo de decisiones es hacerlo el último día. La decisión sobre lo que pase en 2012 la tomaré en el 2012.
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