Vox se crece tras la inapelable victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Las elecciones europeas del pasado 9 de junio dejaron un sabor agridulce en la extrema derecha española porque, aunque ganaron dos escaños más en la Eurocámara, no consiguieron el éxito de sus homólogos en otros países como Francia, Alemania o Países Bajos. Además, socialdemócratas, verdes y liberales pudieron reeditar la alianza en una Comisión Europea que ha logrado contener la influencia de la extrema derecha. Ahora, el regreso de Trump a la Casa Blanca les sabe a victoria absoluta y no han tardado en usarlo contra un Partido Popular tibio y equidistante ante las elecciones estadounidenses.

Santiago Abascal fue el primer líder político español en pronunciarse y lo hizo para celebrar lo que calificó de "victoria del mundo libre". "Es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad", dijo el presidente de Vox. En el mes de febrero, Abascal acudió a la convención ultraconservadora de EEUU en Washington y mantuvo un encuentro de 15 minutos con Trump en el que, según contó su formación, hablaron de ideas compartidas como la lucha contra "ideología de género y la cultura 'woke'" y el fortalecimiento de las fronteras.

Con Trump al frente de una de las tres principales potencias del mundo y decidido a implantar su agenda ultra, los de Abascal se han lanzado contra el PP. La derecha tradicional es otra de las grandes afectadas por el resultado de las urnas en EEUU: tendrá que decidir si extrema su discurso o reacciona buscando el centro político.

El PP no se posicionó públicamente durante la campaña, aunque en privado, como ya contó este medio, cargos del comité de dirección reconocían que preferían la victoria de Kamala Harris, la candidata demócrata. La incomodidad con Trump es absoluta y Vox quiere sacar rédito de su proximidad al nuevo presidente de EEUU.

Ignacio de Hoces, diputado de Vox, vicesecretario de Acción Política y mano derecha de Abascal, replicaba así a la felicitación de Alberto Núñez Feijóo al líder republicano: "Está muy bien que felicites a Trump a pesar de vuestro rechazo a lo que simboliza.Pero estaría mucho mejor que te pusieras a defender la vida, la familia, las fronteras, la libertad y la seguridad como él pretende". Y añadía: "Por cierto, da ánimos a Cuca, que su admirada Kamala se ha estrellado".

También Juan García Gallardo, exvicepresidente de Castilla y León, recordaba este miércoles las declaraciones de Cuca Gamarra sobre Harris en las que aseguraba que "en las crisis aparece una mujer con fuerza" y que "ha revolucionado la política". La secretaria general del PP no se ha referido a ella este miércoles y ha defendido que "ojalá vengan tiempos de avance, de entendimiento y de paz" entre EEUU y Europa. Gallardo se ha referido a PP y también PSOE, tras la victoria del republicano, y ha asegurado de ellos que "están en el lado equivocado de la historia".

FAES dice que Trump “no es una buena noticia”

Quien más claro se ha pronunciado ha sido la fundación FAES del expresidente del Gobierno y del PP José María Aznar. Según el análisis de FAES, la victoria de Trump "no es buena noticia, ni para España ni para la Unión Europea en su conjunto, ni tampoco para la OTAN". "El éxito del discurso que Trump encarna: un populismo adobado de planteamientos proteccionistas, aislacionistas, y de actitudes intemperantes que en su momento llegaron al abierto desafío institucional alentando ni más ni menos que un asalto al Capitolio", continúa el think tank de la derecha.

Jorge Buxadé, jefe de la delegación de Vox en el Europarlamento, contestó a FAES comparando la victoria de Trump con el Ave María de Schubert: "Todo lo que erosione la férrea oligarquía global es bueno. Todo lo que rompa la implacable tiranía del globalismo, de lo woke, la cancelación cultural y el autoodio a nuestra Civilización, es maravilloso (sic)".

Desde las generales del año pasado el PP cree que ha conseguido noquear a Vox, pero desde su salida de los gobiernos autonómicos, los de Abascal han reconducido su estrategia política y la victoria de Trump es un importante balón de oxígeno. La extrema derecha quiere llevarse por delante a la derecha tradicional en su batalla cultural contra el progresismo.