El cambio de caras en el Ministerio de Transportes no se verá acompañado por un cambio de estrategia respecto a las negociaciones de la ley estatal de Vivienda que mantienen el PSOE y Unidas Podemos, al menos de momento. El relevo de José Luis Ábalos en la remodelación del Gobierno que Pedro Sánchez acometió la pasada semana había resonado a guiño al espacio confederal en una materia sensible, que además se ha enquistado hasta convertirse en un problema, como es la regulación de los alquileres.

Aunque Ábalos era uno de los ministros socialistas que tenía mejor relación con algunos de los dirigentes de Unidas Podemos en el Gobierno (en especial con la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz), su desacuerdo con la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, era total en materia de vivienda.

Sin embargo, la llegada de Raquel Sánchez a Transportes, Movilidad y Agenda Urbana abrió una ventana de expectativas que apuntaban hacia el desbloqueo de las negociaciones y resonaban a que el presidente del Gobierno podría haber efectuado el relevo en este ministerio para desbloquear la ley de Vivienda. La nueva ministra aseguró en su primer acto como titular de Transportes (la entrega de carteras ministeriales, en presencia de Ábalos) que "no hay derechos y no hay dignidad sin vivienda; hablar de inclusión es hablar de vivienda y del derecho a disponer de ella a precios asequibles".

Este mensaje despertó expectativas en Unidas Podemos, pero, al menos de momento, la llegada de Sánchez a Transportes no servirá por sí sola para revertir el desencuentro que el PSOE y el espacio confederal mantienen en materia de regulación de alquileres, y son varios los factores que apuntan a ello.

El primer factor es que, aunque todavía no ha tenido lugar ninguna reunión entre los equipos de la nueva ministra y de Belarra, Transportes mantiene vigente la última propuesta de Ábalos, y no está entre los planes del Ministerio ir más allá de la congelación de los precios del alquiler ni acceder a que en las denominadas zonas de mercado de vivienda tensionado se puedan también bajar los precios abusivos de las rentas, según ha podido saber Público.

Misma propuesta, mismo equipo

El segundo factor (no tan determinante como el primero, pero importante para valorar el contexto de futuras negociaciones) es que Raquel Sánchez ha decidido mantener en su equipo a varios de los miembros que han trabajado con Ábalos todo este tiempo, entre los que se encuentran David Lucas, actual secretario general de Agenda Urbana y Vivienda.

Lucas mantiene una buena relación con Belarra y ambos acumulan unas cuantas horas de negociación acerca de la ley de Vivienda, sobre todo en la época en que la líder de Podemos era secretaria de Estado de Agenda 2030. Sin embargo, aunque han logrado avanzar mucho en materias como la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional o en la creación de un impuesto a la vivienda vacía, sus diferencias respecto a la intervención del mercado del alquiler han impedido cualquier acuerdo de sus equipos negociadores.

Belarra y Sánchez ya tuvieron su primera toma de contacto en el Consejo de Ministros que se celebró la pasada semana (el primero tras la remodelación del Gobierno), pero todavía no han comenzado a negociar sobre la ley de Vivienda. El objetivo del espacio confederal es reiniciar estas conversaciones cuanto antes y no se descarta que esta misma semana se pueda producir el primer contacto concreto sobre la aprobación de esta norma.

Este lunes, Podemos advirtió a través de su portavoz, Pablo Fernández, que no se podía esperar hasta después del parón vacacional de agosto para aprobar la medida, y trasladó que esperaba que la norma pudiera estar lista "en las próximas semanas". "No hay excusa para aplicar el acuerdo de Gobierno respecto a la regulación de los alquileres para reducir sus precios. Necesitamos una ley estatal", insistió Fernández.